Ya estamos caminando por la nueva página de la Historia Grande de nuestro Ñuble. Somos dueños de un trozo importante de nuestro propio destino. Y debemos demostrar que tenían razón aquellos que iniciaron esta lucha que nos abrió la puerta al futuro. Más de veinte años luchando por la idea común de la regionalización, como medio para alcanzar el progreso, la justicia social y el combate a las desigualdades. Y, tras ella, mucha gente empujándola con grandeza, con amplitud, con valentía, sin exclusiones, convenciendo con argumentos, con ideas…hasta llegar al Parlamento, al Gobierno de la Nación. Todo, con la misma generosidad de los originarios que lanzaron esa idea: con transversalidad ejemplar.
Llegó la hora de avanzar por aquel camino soñado por tantos. Y debemos ser leales con ese sueño, avanzando hombro con hombro, mano con mano, porque nos pertenece a todos los ñublensinos, sin egoísmos, sin parcialidades, sin personalismos. Porque nos necesitamos todos.
Cada cual en su papel, desempeñándolo con la fuerza de la razón y de la Historia. Nuestros antepasados demostraron la fortaleza de la gente de esta tierra frente a las catástrofes de la naturaleza y a los desafíos que nos planteaba la vida. Fueron capaces de levantarse cuantas veces fuera necesario, legándonos esta tierra maravillosa que hoy surge como un nuevo amanecer de ilusión. Lo hicieron eliminando diferencias y obstáculos, con inteligencia y decisión. Hoy, sus herederos no podemos ser menos.
Quienes asumen la histórica misión de echar a andar los nuevos desafíos que asumimos, deben tener la certeza de que todos estamos detrás, con el sólo interés de avanzar, de progresar, de terminar con la pobreza que avergüenza y las inequidades. Y si estamos todos detrás, ellos deberán contar con nosotros.
Al mismo tiempo, quienes asumen un papel de oposición, deben hacerlo con la misma altura de miras que hemos recibido de nuestros antepasados. Es decir, ser fiscalizadores de una buena conducción, garantes de la ejecución correcta de los programas prometidos. Pero también, vanguardistas en la postulación de iniciativas que engrandezcan la marcha de futuro. Y, por sobre todo, ser rigurosos, constructivos y generosos en la crítica.
Es el momento de la grandeza política y social. Es la partida de un proyecto que nos debe conducir hacia las cotas que merecemos, sin excepciones. Debemos construir sólidamente los peldaños que nos permitirán subir hacia la conquista del nuevo futuro. Y lo debemos hacer entre todos.
Miguel Ángel San Martín Periodista.