A repensar el parque ramadero
Estas Fiestas Patrias dejarán un sabor amargo para los tradicionales fonderos, que sufrieron con las lluvias y una celebración anexa que los dejó si público.
Este año las celebraciones de Fiestas Patrias se han extendido por cinco días, una noticia que en la previa a los festejos, era vista con buenos ojos por los tradicionales fonderos, que año a año trabajan y esperan para instalarse con sus puestos en el recinto ramadero, que tal como el año pasado, el municipio definió que fuera en el terreno emplazado en Avenida Brasil esquina Cocharcas.
Pero esta vez las fiestas en Chillán tuvieron un agregado especial, la Semana de la Chilenidad en la plaza de Armas de la ciudad, una actividad que fue recibida de gran forma por las familias ñublensinas, que a diario repletan el sector que cuenta con más de 250 stand con venta de diferentes productos tanto gastronómicos, artesanales, y servicios.
A ello se suman actividades musicales todos los días, que a pesar de la lluvia, ha atraído a los chillanejos a participar activamente. Y qué pasa en el parque ramadero… la situación es transversalmente distinta, puestos vacíos, poco ambiente, y con locatarios que ya denuncian pérdida total de lo que han invertido.
Si bien ellos apuntan directamente al alcalde Sergio Zarzar como responsable de este fracaso, por "haber apoyado más la fiesta de la plaza que a nosotros", tal como señalan los propios ramaderos, esta situación no hace otra cosa más que invitar a los fonderos a repensar la realización de las "ramadas", para atraer a las personas.
Porque no pensar en unificar las fiestas, tanto la semana de la Chilenidad como las ramadas, en un solo gran espacio. Será entonces tarea de los fonderos y el municipio, el lograr llegar a un consenso, quizás seguir empleando la Plaza de Armas para ello, o buscar un terreno amplio y que sea de fácil acceso para las personas.
Las familias buscan pasarlo bien en un ambiente grato y cercano, que les brinde seguridad, y al parecer la han encontrado en la semana de la chilenidad que debe mantenerse en el tiempo, pero los fonderos deben reinventarse, y como dice el dicho, la unión hace la fuerza, algo clave para mantener nuestras tradiciones vivas.