Lo dice el Poema 20, de Pablo Neruda: "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos". Lo afirma el tango: "No se conocía coca ni morfina. Los muchachos de antes no usaban gomina. Valga la introducción para preguntar públicamente a qué van los niños y adolescentes a los colegios hoy: ¿A estudiar y prepararse para la vida? ¿A formar hábitos que los enriquezcan como personas? Desde el prisma de los acontecimientos de los últimos años, tal parece que no. Todo indica que lo hacen para participar en movimientos y luchar por causas que no les corresponden y sobre las cuales entienden poco o nada. He visto liceanas en las calles marchando en contra del aborto y en demanda de una nueva Constitución. ¡Y ni siquiera han leído nunca la vigente! También a estudiantes exigiendo un nuevo sistema previsional, pese a que no trabajan ni cotizan en ningún lado. Ya no consumen la coca ni morfina, que menciona el tango. Fueron reemplazadas por la marihuana, que es más barata y, según ellos, no provoca daño alguno.
Aclaración, casi innecesaria. No se trata de todos los estudiantes, sino de algunos. La hago para que no vengan a marchar ni a hacer "funas" frente al diario ni a desfilar por las calles de la Región de Ñuble. No culpo del problema a un sector determinado. Hay responsabilidades compartidas del Estado, la familia y los colegios. Todos coinciden en un punto: la permisibilidad, la relatividad. Todo se permite, todo es aceptable.
Hace 70 años, cuando inicié mi vida estudiantil, recibí una severa advertencia de mi padre: "Joven, al colegio se va a estudiar. Después tendrá tiempo para otras cosas". Tal recomendación pareciera no formularla nadie hoy. Es por eso que abundan las tomas, desfiles, encapuchados, desmanes, pronunciamientos políticos, etcétera. Y cuando llegan a ser detenidos, llaman prontamente a los papitos, para que los lleven de vuelta a sus protegidos hogares. Lo que propongo son los nuevos Diez Mandamientos Estudiantiles;
1. Iré a colegio a estudiar y cumpliré todas mis obligaciones.
2. No participaré en marchas, desfiles ni nada parecido.
3. Tampoco participaré en toma alguna de mi colegio, porque significa apropiación indebida y suspensión de clases.
4. Por ningún motivo llevaré bombas molotov ni piedras en mi mochila. Sólo libros y cuadernos.
5. No me enfrentaré con Carabineros. Me gusten o no, representan la ley.
6. Por ningún motivo agrediré a mis profesores con arma blanca. No los desafiaré a pelear ni les diré groserías. No los rociaré con bencina ni parafina.
7. No consumiré drogas ni sustancias de ningún tipo.
8. No pintaré consignas con spray en las afueras de mi colegio, ni en un muro, ni en lugar alguno.
9. Jamás actuaré encapuchado.
10. Practiraré el respeto, porque es la única forma que a uno lo respeten.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.