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Reconocido realizador Patricio Guzmán entregó su mirada documental en la zona

VISITA. Durante tres días, el documentalista chileno dictó seminario y compartió ideas con un grupo de audiovisuales de Concepción.
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se nota la experiencia, el camino y la mirada que Patricio Guzmán ha logrado formar en más de 50 años de una carrera fílmica iniciada con el cortometraje "Viva la libertad", realizado en 1965.

Y aunque aquella pieza de 18 minutos no navegaba en las corrientes del documental, como sería su opción, sino que en la ficción y animación; el título apelaba a un concepto que el director tendrá muy presente en el rodaje de su vida profesional: la libertad.

"La creatividad es libre, independiente si resulta o no", señala el documentalista nacional, casi al cierre de la última jornada del seminario "Filmar lo que no se ve", que Guzmán ofreció hasta el viernes, en Concepción, para unos 30 profesionales y estudiantes del área audiovisual (las charlas fueron en el Teatro UdeC).

Organizado por Pantalla Cines y Market Chile, con financiamiento del ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y la colaboración SenseContents y la UdeC, la iniciativa gratuita _-previa postulación y selección- convocó en la capital regional a una serie de gestores, realizadores y guionistas del área de varias ciudades del país (también extranjero). Desde el miércoles último escucharon las palabras, apreciaciones y consejos de Guzmán en torno a los elementos narrativos y soluciones, que pueden favorecer la obra documental desde el rodaje hasta el proceso de montaje.

Por vías paralelas

Aunque reconoció que le gustaba mucho el cine de ficción, enfatizó que su mirada y esencia estaba al lado del documental, género por el cual ha sido reconocido a nivel mundial. Esto, a partir de títulos clásicos como "La batalla de Chile", obra en 3 partes sobre el gobierno de Salvador Allende, "La cruz del Sur" (1992), "Salvador Allende" (2004), "Nostalgia de la luz" (2010) y "El botón de nácar", su más reciente título, de 2015.

"Me siento orgulloso de hacer documentales, pero la variedad es tan amplia que la acepto", dijo sobre una tendencia visitada actualmente por algunos realizadores, que apuestan por obras que cruzan documental con ficción. "El lenguaje (del cine) no es uno solo, y estos son dos mundos distintos", agregó el director de 77 años.

Para Guzmán el documental "explora al ser humano de manera insólita", configurando un rostro único. "No está maquillado, sino que es la vida, la que los llevó ahí", apuntó con un claro sentido de la realidad.

Sobre la producción de este tipo de género en Latinoamérica, y en Chile, el cineasta con residencia en Francia desde los días de exilio, con palabras directas apuntó a que, ojalá, se dieran más recursos para hacer documentales.

"Debiera repartirse más plata para hacerlos. Pienso que en Chile hay un talento muy especial para hacer documentales, hay una introspección que se presta para éste, algo interno en Chile que lleva el documental, es una manera de ser naturalmente", comentó destacando que, pese a la falta de recursos, siente que hoy se hacen cada vez más documentales con presupuestos mínimos.

En ese sentido, aconsejó a la audiencia, para lograr un espacio en este medio hay que tener mucha paciencia. "El profesional (del área audiovisual) está al borde del arte y la artesanía (técnica), pero trata de mantenerte como puedas porque en todas partes pasa lo mismo", dijo, indicando que en el mundo no deben ser más de 2000 los documentalistas profesionales.