Lo ocurrido recién en la Araucanía da para muchas interpretaciones. Me he encontrado con un brillante comentario escrito por Margarita Labarca Goddard, abogada chilena radicada en México, quien con punzante ingenio habla de política contingente, en forma diferente.
Margarita habla sobre "La Jungla" en tanto que "selva", pero trazando un paralelo genial con lo acontecido en la Araucanía. Y me quedo con ello. Dice la abogada, viuda de Héctor Behm, otro inolvidable intelectual chileno: "La jungla es como la selva, pero peor. El ser humano siempre ha luchado contra la jungla para encontrar un lugar seguro donde instalarse y vivir en paz. Porque la jungla es invasiva, crece, se adelanta y si te descuidas te expulsa de tu lugar"
Para nadie es ajeno el paisaje descrito, pero si lo trasladamos a la actualidad social, las palabras alcanzan una dimensión diferente, más bien un aviso de que el color verde debe adaptarse a los nuevos tiempos, antes de que los viejos tiempos rebroten en nuestra geografía humana.
En otro párrafo, agrega otra verdad lacerante: "La jungla está habitada por miles de animales rastreros, de insectos venenosos y de bestias agresivas". Lo que escribe Margarita Labarca me ha impresionado porque de aquella descripción de la naturaleza geográfica, se desprenden antecedentes de advertencia política en la naturaleza social de nuestro país.
Los hechos ocurridos en la Araucanía son de una gravedad profunda, puesto que no son nuevos. Son temas históricos, tratados de solucionar por la vía de la violencia. Considero importante señalar que los problemas políticos se solucionan con medidas políticas. La violencia engendrará más violencia y ya tenemos experiencia en aquello, cuando surgen "junglas" controladas por los animales rastreros, bestias agresivas…descritas por la columnista que me inspira.Y ya que hablamos de jungla, de paisajes de la naturaleza, también considero que llegó la hora de prever los cambios climáticos brutales, la desaparición de especies y el aumento global de la temperatura que nos llevaría al drama del planeta Chile. Creo que, en el momento de la ecología política, debemos eliminar los elementos contaminantes, armonizar las especies, regar permanentemente la convivencia y aplicar en forma equitativa los abonos del desarrollo y del crecimiento pacífico de la naturaleza humana.
Miguel Ángel San Martín
periodista