"No nos imaginamos que este era un tema tan profundo y tan grave"
PÉREZ DE ARCE. Administrador Apostólico cuenta su estadía en chillán y aborda la temática de los abusos sexuales que golpea a la Iglesia.
Antes de la llegada de los españoles, Quillota formaba parte del imperio incaico y de la capital del wamani (provincia) de Chile.
Rodeada por cerros de la cordillera de la costa y ceñida por el rio Aconcagua, Quillota es conocida a nivel mundial por sus cremosas paltas y sus nobles chirimoyas, las cuales asientan su aroma y su sabor con la fresca brisa del Océano Pacífico.
En ese valle, que destaca no solo por sus fértiles suelos sino también por la calidad humana de sus habitantes, nació Sergio Pérez de Arce, el actual Administrador Apostólico de la Diócesis de San Bartolomé de Chillán.
Aunque a temprana edad emigró a Viña del Mar con sus padres y sus cuatro hermanos mayores, el Don de Gentes de los quillotanos se hizo esencia en él, y se incrustó en su estampa recia, cuyos ademanes denotan sapiencia y discernimiento.
Su hablar pausado y medido es propio de los sureños. Las raíces penquistas de sus progenitores, oriundos de Concepción, han dejado su huella y lo propio habrán hecho también sus ancestros cantábricos, de donde proviene su apellido paterno.
Quizás mejor que nadie él sabe de la crudeza de la vida y del valor del trabajo. En más de alguna ocasión su padre debe haberlo contado lo rudo que es trabajar en una mina de carbón y, su madre, los malabares que hace una dueña de casa para sacar su familia adelante.
Sabe también de la importancia de la palabra empeñada, de honrar los juramentos y de ser fiel a los ideales y principios que se han asumido como un proyecto de vida: el sacerdocio.
En la congregación de los Sagrados Corazones Sergio Pérez de Arce profesó sus primeros votos y fue ordenado sacerdote en diciembre de 1990, en el puerto de Valparaíso. "Hasta cuarto medio no había pensado en el sacerdocio, revela. De hecho empecé a estudiar Ingeniería Comercial, porque mi idea era continuar en la Universidad y tener familia. Pero durante mi participación en la parroquia me encontré con una experiencia de Dios y de Iglesia muy vital, que me ayudó mucho a crecer. Ahí me encontré con el servicio al pobre, me encontré con Cristo, con la posibilidad de que un día pudiese servir a los demás. Yo creo que eso me llevó al sacerdocio".
El sacerdote también se recifirió al momento cuando la Conferencia Episcopal lo nombró miembro del Consejo Nacional para la Prevención de los Abusos, instante en el cual reconoce que no supo que se iba encontrar con una verdadera caja de pandora. "No nos imaginamos que este era un tema tan profundo y tan grave. En el fondo todos en la Iglesia como que empezamos a tomar conciencia con el caso Karadima. Yo creo que eso a todos nos despertó y nos hizo ver que no era un problema de uno o dos casos".
"Primero uno piensa en el daño que le hicieron a las víctimas unas personas que se consagran a Dios y al servicio de la comunidad. Eso es muy penoso. Me impacta porque muestra que entre nosotros los sacerdotes, en la Iglesia, hay un grupo de personas que han cometido delitos y que tienen una manera de ser, de vivir y de funcionar que es enferma. Eso me impacta y me hace pensar en la importancia de corregir, de formar bien y, como decimos nosotros, de colar antes de que la gente llegue al sacerdocio", dijo sobre su reacción al conocer sobre la cantidad de hechos de abusos.
Cual caballero de la Edad Media, el "Hermano Sergio", como le llaman sus cófrades, llegó a Chillán premunido de su armadura y su galea. Pero a diferencia de los hidalgos de esa época, su cota de malla es la iluminación de Dios; sus títulos hablan de un hombre con una vida dedicada al crecimiento espiritual y a servir al prójimo, y sus batallas son por la paz, por la justicia, por la reconciliación y la renovación de su iglesia.
El propio Papa Francisco lo designó Administrador Apostólico de la Diócesis de Chillán. "Para eso llama normalmente el Nuncio Apostólico. Antes, me llamó otra persona del Vaticano para prepararme, para que no me pillara de sorpresa y para ver también si yo estaba disponible. Yo sí le escribí una carta al Papa, una vez que me nombró, y él me la contestó de su puño y letra.
Y ante dichos escritos la pregunta es qué le decía el Papa en esa carta. "Me daba las gracias por haber aceptado el cargo, me animaba y me estimulaba, y me decía que contaba con su oración y su amistad. Fue muy bonito recibir una carta personal de él.
Para que un sacerdote sea nombrado en cargos tan delicados como los que ha ejercido y hoy ejerce, deja en claro que "nadie está más allá del bien y del mal en el sentido de que todos somos pecadores y podemos tener faltas. Pero sí han buscado personas que no tengan una situación pasada que las complique, obviamente. Han buscado personas que puedan dialogar, que hayan tenido una experiencia de gobierno eclesiástico, -yo fui Provincial de mi congregación-, y en algunos casos, que no es el mío, personas que también tengan conocimiento de Derecho Canónico".
Al respecto de su sensación al ser nombrado como administrador de la Diócesis de Chillán recordó los sentimientos que lo embargaron. "Cuando me lo pidieron yo por mí no hubiera querido. Tenía mi trabajo, mi Congregación y tenía hasta un destino para el próximo año. Tenía proyecciones de irme a la misión que tenemos en Argentina. Pero uno lo hace por amor a la Iglesia, porque siente que hay que afrontar este problema grande que tiene la Iglesia y también por solidaridad con el Papa".
"En general la gente ha sido muy acogedora. Se ha descomprimido el ambiente, porque la situación era tensa acá en la Diócesis. Pero también me han recibido con bastantes expectativas que no siempre es fácil responder. La gente tiene expectativas de que los cambios pueden ser rápidos. Y hay temas aquí que no se abordan en poco tiempo porque suponen un cambio de la Iglesia que habrá que ir haciendo a través de los años", expresó sobre la recepción de los fieles de Chillán.
Cuando asumió su cargo, las Fiscalías de Rancagua y de O'Higgins investigaban denuncias de abusos a menores cometidos por miembros del clero regional, hechos que siguen sus procesos en canónico y en lo civil. "Cada caso tiene su camino distinto. Los casos canónicos están en la Congregación para la Doctrina de la Fe y nos han estado pidiendo algunas diligencias. En el caso Salgado (Osvaldo) nos pidieron realizar un proceso administrativo penal, que es como profundizar la investigación para llegar a establecer una sanción. De aquí a un tiempito, un mes quizás, tengamos ya resultados del proceso administrativo penal y podamos establecer una sanción".
Sobre si han aumentado o bajado los casos, agregó que "me pierdo en algunos porque son muy antiguos, Pero los casos que están más presentes son cuatro: Salgado, Bravo, Toro y Montenegro (Ricardo). Esos son los cuatro casos que se estaban trabajando directamente, son los que están en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Hay algunos casos en la justicia civil, pero ahí nosotros no conocemos lo que está pasando.
Este 25 de diciembre se cumplen tres meses de su designación como Administrador Apostólico y ante lo cual Sergio Pérez de Arce, aborda el signo que ha marcado su gestión en estos 90 días al frente del obispado. "A mí lo que me ha interesado en este tiempo es dialogar con mucha gente, que toda la gente sienta que ésta es su iglesia y que podemos construir juntos. Ese ha sido el signo más significativo. También podríamos decir ayudar poco a poco a sanar los ambientes. Lo segundo es ir abordando y solucionando, en la medida de lo posible, los puntos de conflicto, de tensión que hay sobre todo en relación al tema de los abusos, sabiendo también que es un tema de largo aliento".
Siempre el tema de los abusos sexuales salta a la palestra y ante lo cual establece la relación que debe haber con las víctimas. "Mire, por prudencia, la relación con las víctimas tiene que ser muy acordada. En algunos casos están siendo acompañadas por nuestra Oficina de Recepción de Denuncias. La profesional que está ahí me ha dicho que ya estaríamos en época de algún tipo de contacto. En un caso puntual hubo una persona que me pidió una entrevista y yo la atendí y traté de ser lo más acogedor y cordial posible. Pero fue una petición de esa persona".
Cuando usted asumió la administración de la Diócesis lo recibieron con un lienzo en el que se leía: "Bienvenido, hermano Sergio, otra Iglesia es posible y ante lo cual expresó que "por supuesto que podemos hacer una Iglesia más parecida a lo que Jesús quiere de nosotros: más participativa, con más protagonismo laical, con más clericalismo. Pero es un trabajo que requiere tiempo y compromiso de todos, Es una iglesia que tiene que ser más humilde, que tiene que crear pequeñas comunidades en muchos lados, donde los cristianos que quieran vivir esta fe puedan aportar lo suyo y hacer el camino como el Señor lo pide. Yo tengo esperanza de que tenemos que ir dando pasos en esa línea".
Finalmente reconoce que el cargo de obispo por parte del Papa no es algo que el incomode, aunque siempre con mesura. "Si fuera por mí no me gustaría. Pero entiendo que soy un candidato más o menos natural por el rol que tengo. Y si el Papa lo quiere yo estaré disponible. Y si no lo quiere yo feliz por volver a mi servicio en mi congregación".
Relación con la familia y algo más
"Somos muy cercanos. Mis padres están vivos. Tienen 89 y 84 años de edad. Hace poco vino mi madre y una hermana a visitarme unos días, y yo he ido un par de veces a verlos, aprovechando algunas reuniones", expresó sobre su relación con la familia. Otro de los temas que también abordó el administrador es qué hace en sus tiempos libres. "Nunca fui muy pegado a la música. Pero eran tiempos de "Queen" y me gustaba oír Rapsodia. Me gustaba esa música, pero no es que fuera una cultor.-Mi vida estaba muy ligada al liceo, a la parroquia y a mi barrio. Y sí, bailaba lo que todo el mundo bailaba en ese tiempo: la cumbia, el soul, aunque nunca he sido buen bailarín".
25 Diciembre se cumplen tres meses de su designación como Administrador Apostólico, 90 días en los cuales realiza un balance positivo.
55 Años Tiene el sacerdote que asumió hace tres meses en Chillán y que no descarta ser nombrado obispo en el futuro ya que lo ve como algo natural.
25 Septiembre Fue nombrado Administrador en una ceremonia realizada en la Catedral de Chillán y que contó con la presencia de varios fieles.