Es normal cuando se fue un año y comienza otro realizar un balance de logros y frustraciones y expresar anhelos, esperanzas y sueños para los doce meses que ya empezamos a vivir. Justamente, en esa mirada de futuro concentraremos esta columna. El principal y más importante deseo es avanzar hacia un Chile mucho más desarrollado, no sólo en lo económico, sino también en lo humano, en calidad de vida. Para ello, hay que fortalecer el trabajo decente, practicar y no sólo predicar la otrora llamada responsabilidad social y empresarial y contribuir a una existencia buena, no únicamente en lo material, sino también en salud mental y física. Por mucho que las encuestas afirmen que el 80% de los chilenos son felices, el 60% de depresión y más de un millón de personas con ansiedad y trastornos del sueño desmienten esa respuesta y señala que aún hay muchas tareas que cumplir.
Ojalá en 2019 queden atrás, de una vez por todas, los estériles rencores y odiosidades del pasado y todos los sectores socioeconómicos asuman que es preciso ingresar al futuro, no sólo a través de la tecnología. Éste no es un tema de gigabytes ni de modelo de smartphone. Tampoco se trata de remuneraciones. Es un compromiso que todos debemos asumir, desde las perspectivas materiales y espirituales.
El anhelo que no todos se atreven a expresar es que debemos superar el consumismo, que nos está devorando, y volver a ser el pueblo sencillo y alegre del pasado. Recuperar el sentido del humor y la sonrisa son imperativos de hoy, que no pueden quedar pendientes de nuevo. Un recordado gobernante sostuvo como lema: "Pan, techo y abrigo". Hoy, las necesidades son mayores. La ciudadanía espera una vivienda digna, seguridad, más respeto al medio ambiente, buenas vías de comunicación, apoyadas con también buenos medios de transporte. Desea no seguir soñando contemplando al mundo desarrollado e ingresar a él, de una vez por todas.
Otra satisfacción que ojalá nos traiga 2019 es la recuperación de la imagen y el prestigio de nuestras instituciones. No es posible que el Congreso Nacional, Carabineros de Chile, el Ejército, la iglesia católica y el Poder Judicial hayan descendido tanto en la mirada de la población. Ésta es obligación de sus mandos y todos sus integrantes, con uniforme, sotana o de civil. En relaciones humanas, esperamos que se recupere prontamente el respeto al prójimo, que hace rato lo perdimos. Asimismo, que termine la agresividad callejera, peatonal y motorizada, planos en los que, desgraciadamente, somos líderes a nivel internacional.
Los anhelos son muchos para contenerlos en una sola columna. Los experimentan niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. Y tienen derecho. Zeus regaló a Pandora una caja, con motivo de su boda. Le pidió que no la abriera. La curiosidad pudo más: al abrirla, escaparon todos los males del mundo. Cuando la cerró, sólo quedó la esperanza. Eso es lo que nos sostiene y debe sostenernos. Siempre.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.