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Silvia Ferreri en las honduras de "La madre de Eva"

Amor de una madre y tránsito de una hija

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¿Por qué te interesó el tema de la transición de género?

-Me enteré de la historia de una persona que conocía personalmente, aunque no se trataba de alguien muy cercano a mí. Era una niña que conocía desde que nació, la hija de una amiga de mi madre, que llevaba muchos años sin ver. Un día, mi madre me llamó por teléfono para contármelo y a partir de ese momento empecé a sentir curiosidad. Creo que, sobre todo, influyó mucho que en ese momento yo estuviera embarazada de mi primer hijo.


En resumen

-¿Por qué quisiste que la historia fuera contada desde la madre?

-La voz que predominaba, la más importante dentro de mí, era la voz de la madre. Creo que se debió a que ella era mi principal punto de vista, era la que de alguna forma tenía que sufrir la decisión sin poder hacer mucho. Nunca me interesó relatar el proceso de transición de género en sí mismo, eso no era el sostén de la historia. El sostén era una madre que sufre una decisión tan definitiva y tan dolorosa por parte de su hijo-hija y cómo aprende a vivir con eso.

-¿Por qué indagaste en el aspecto médico?

-Todo mi trabajo nace de la realidad. Era importante ver con mis ojos una operación quirúrgica de este tipo, qué significa tener cicatrices, dolor, saber cuál es el proceso por el que pasa un cuerpo en una reasignación quirúrgica. Porque hablar de forma genérica no manifiesta el dolor físico que esa persona vive. Para mí ese proceso era tan importante porque es la representación más viva del dolor extremo que siente una madre: ver a su hija en la mesa del quirófano.

"La madre de Eva" (Edicola Ediciones) fue finalista del Premio Strega 2018.

3 preguntas

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Silvia Ferreri es una escritora y periodista italiana que nació en Milán y hoy vive en Roma. Actualmente es columnista del "Corriere della sera". En esta novela seguimos la voz de una madre que le habla a su hija Eva de 18 años, quien al interior de una clínica serbia se somete a una operación que cambiará definitivamente su vida.

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giancarlo mazzaro

Perversión en la corte

Llegó a cines chilenos "La favorita", la nueva película del griego Yorgos Lanthimos que en los Oscar tendrá que competir con "Roma". Una retorcida cinta de época protagonizada por un elenco en estado de gracia.
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Hollywood mata talentos. No es una máxima, por supuesto, pero el año pasado, los alguna vez independientes Damien Chazelle y Steve McQueen terminaron haciendo películas por encargo exentas de identidad ("El primer hombre" y "Viudas"). Y si miramos hacia atrás, podemos sumar a la lista a Danny Boyle, Gus Van Sant, Tim Burton y un largo etcétera.

También están los cineastas extranjeros revelación que, absorbidos por la gran industria y encadenados a contratos millonarios, terminan renunciando a sus inquietudes originales para dirigir cualquier cosa por encargo, incluso películas de superhéroes. Es lo que le pudo haber pasado al griego Yorgos Lanthimos si no hubiese impuesto su estampa autoral ante la industria.

Responsable de un cine incómodo y estilizado -aunque algo efectista para ciertos paladares-, debutó con "Kinetta" (2005), centrada en una ciudad pobre de Grecia que se ve remecida por una serie de asesinatos.

Pero el reconocimiento le llegó con "Canino" (2009), probablemente su mejor película hasta la fecha, ambientada en una mansión donde un matrimonio mantiene encerrados a sus tres hijos, educándolos a fuerza de falsas verdades y prometiéndoles que podrán salir cuando boten sus dientes caninos. Cruel, extraña y dotada de un atípico humor negro, le significó a Lanthimos el reconocimiento en Cannes y en una larga lista de festivales internacionales. También le abrió las puertas de otros mercados. Así, tras realizar la subvalorada "Alps" (2011), dirigió a Colin Farrell y Rachel Weisz en "The lobster" (2015), su gran hit, centrado en un asilo donde los solteros deben encontrar pareja en un plazo establecido; de lo contrario, se transformarán en animales. El siguiente paso del cineasta, ya beneficiado por altos presupuestos, fue "El sacrificio del ciervo sagrado" (2017), protagonizada nuevamente por Farrell y una Nicole Kidman fría y elegante. Pudo haber sido su camino hacia la domesticación, pero el griego amenazó esa posibilidad con atrevimiento, nihilismo y una puesta en escena fantasmagórica.

Ahora se estrena "La favorita", su nuevo largometraje, potenciado por diez nominaciones al Oscar. Afortunadamente, esto no frena el espíritu iconoclasta de un director que adopta los códigos del cine de época para violarlos con la majestuosidad retorcida de un Stanley Kubrick. Un cóctel de perversiones en torno a una reina inepta y bulímica (Olivia Colman) que, en la Inglaterra del siglo XVIII, es seducida por dos trepadoras: su asistente (Rachel Weisz) y una sirvienta caída en desgracia (Emma Stone) que trama algo parecido a una venganza. Lanthimos ofrece un cóctel de bajas pasiones y violencia en la corte. Devela la corrupción que se esconde tras la fastuosidad monárquica. Transforma en esperpento los vestidos, los espejos y los bailes de salón. "La favorita" es una necesaria provocación.

Olivia Colman encarna a la reina ana en la cinta.


en resumen

"La favorita", el sexto largometraje del griego Yorgos Lanthimos, cuenta con diez nominaciones al Oscar, entre ellas, Mejor Película y Mejor Director.

Por Andrés Nazarala R