Un 5 de febrero de 1949 la equitación nacional vivió un momento histórico que perdura hasta el día de hoy. El capitán de Carabineros, Alberto Larraguibel, y su caballo "Huaso" lograron romper el récord mundial de salto alto al superar los 2,44 metros de altura establecidos 11 años antes, en 1938, por el italiano Antonio Gutiérrez y su ejemplar "Osoppo".
En el Regimiento Coraceros de Viña del Mar, el binomio nacional superó la marca por 3 centímetros, logrando un salto de 2,47 metros, registro que perdura hasta el día de hoy, siendo la única marca mundial en la hípica establecida por Chile y que aún se mantiene vigente.
El logro obtenido ante 5 mil personas tuvo carácter oficial, ya que se llevó a cabo en una exhibición internacional de la disciplina que contó con la presencia de diversos jueces.
En varias ocasiones fue el mismo Larraguibel quien destacó que el récord se logró gracias a la profunda conexión que poseía con el caballo, donde según dijo, todo se alineó de manera perfecta para que se lograra la hazaña.
La historia que une al jinete y a "Huaso", quien antes respondía al nombre "Faithful", según relata la Federación Ecuestre de Chile en su Salón de la Fama, se remonta a la primera mitad del siglo XX.
Según expresó en su momento el angolino, conseguir el logro no fue nada sencillo. Tal como se cuenta, "Huaso" era un caballo inquieto, y la cantidad de gente que acudió a verlo romper el récord lo puso nervioso, por lo que necesitó de tres intentos para lograr la hazaña. En las dos primeras, el ejemplar no se sintió capaz de lograr el salto, pero en la última instancia, Larraguibel señaló que comenzó a acariciar al equino mientras le tranquilizaba. El Salón de la Fama de la federación ecuestre rememora sus palabras: "'Huaso', esta es nuestra oportunidad. Ahora o nunca".
Así, tras romper el récord sudamericano de 2,37 metros de altura, el angolino y "Huaso" se aventuraron en los pastos viñamarinos, donde lograron superar una marca que hasta entonces se veía lejana, y que grabó el nombre del binomio nacional en los registros históricos de la equitación mundial y siendo inmortalizados en la ciudad jardín en 2007, cuando en plena avenida Jorge Montt fue levantada una estatua conmemorativa, que representa al ejemplar "Huaso" y a su jinete Alberto Larraguibel, buscando mantener en la memoria un logro que hasta ahora nadie ha podido romper.
La historia de un caballo "inadaptado"
"Huaso", nacido en 1933, pertenecia al criadero "Las Mañanas". El equino poseía una expectativa muy alta en los hipódromos nacionales, debido a que era hijo de los reconocidos caballos de carreras "Henry Lee" y "Trémula", pero nunca consiguió destacar en las pistas. El ejemplar pasó al polo, donde su naturaleza tampoco le permitió afianzarse. Finalmente, "Huaso" fue adquirido por el Ejército, donde esperaban adiestrarlo, pero en medio de un ejercicio sufrió un accidente y estuvo a punto de ser sacrificado. En ese momento, Larraguibel se interpuso salvándole la vida, y por sugerencia del Mayor Rafael Monti, decidió entrenarlo en salto alto, donde finalmente encontraría su lugar y ganaría un lugar en la historia.
metros de altura fue lo que logró saltar "Huaso", rompiendo el récord anterior de 2,44 metros. 2,47
falleció "Huaso" en Quillota, a los 28 años. Más de tres décadas después, en 1995, su jinete lo seguiría. 1961