Calzados "Made in Ñuble" que sobreviven a las importaciones
FÁBRICAS. Sin duda que con la llegada de los productos importados muchos fabricantes se han tenido que reinventar o cerrar sus locales.
Caló hondo el anuncio del inminente cierre de la fábrica de calzados Guante-Gacel, marcas reconocidas de la industria nacional con 90 años de trayectoria y sucursales en Argentina, Perú, además de 34 tiendas a nivel nacional. A este cierre se le suman otros en el mismo rubro, como la fábrica de Albano y Calzados Beba, que a sus 47 años bajó sus cortinas.
En Ñuble, si bien la industria de la fabricación calzado es escasa y eminentemente artesanal, hay fabricantes que ofrecen productos de gran calidad, con cuero natural, hechos a mano, a la medida y al gusto del cliente. En estas pequeñas empresas reconocen que desde que se comenzó a expandir el negocio del retail y las importaciones desde China, las ventas de los fabricantes de calzados ñublensinos bajaron en más de un 50%.
Es el caso de Danitza Lazcano, quien lleva 34 años en este rubro. "Calmany" está ubicado en Isabel Riquelme 977, donde fabrican principalmente zapatos de huaso y ortopédicos que no se encuentran en el comercio. Según Danitza, "la destrucción de la artesanía es por todo malo que viene de China, eso mató toda la artesanía y la producción nuestra; de hecho, llega calzado chino a ocho mil pesos, nadie compite con eso, las personas priorizaron precios en vez de calidad", señala.
En cuanto al secreto de como reinventarse o subsistir, dice que "lo que esperamos es sobrevivir como todo el mundo, porque esto no da para más. Yo amo lo que hago, si hubiese buscado algo lucrativo ya habría cambiado de giro qué rato, esto era una tienda donde se atendía a la gente de generación en generación, el cliente pasa a ser un amigo acá, es totalmente diferente al negocio que está establecido como el retail. Si no hiciéramos una línea diferente, como la ortopédica, con los zapatos normales habríamos desaparecido".
Su empresa no trabaja con distribuidores, los zapatos se venden solamente en la tienda y su producción en la actualidad es de un par diario.
Un ejemplo de reinvención e innovación es lo que realiza la Fábrica de Calzados "Leo", ubicada en San Carlos. Es la más antigua de la región, con 35 años de experiencia y atendida por sus propios dueños, Patricio Lizama Méndez y su esposa Violeta Valladares Aedo. Emigraron de Concepción y cuentan con 10 trabajadores.
Su producto estrella es la confección de zapatos de cuero de diferentes colores, diseños que llaman la atención por la diversidad de modelos tanto para hombres como mujeres, además de confeccionar carteras, billeteras y bananos. "Fabricamos entre 10a 12 calzados, ya que toda la confección es distinta", comenta Violeta.
Entre sus trabajadores tienen a un estudiante en práctica de la carrera de Diseño Industrial, que es uno de los secretos que tiene este matrimonio para mantener vigente la fábrica y así motivar a los más jóvenes para que sigan este trabajo y que hagan empresas.
"Atención personalizada, directamente con la gente. Yo me tiro de guata a tomarle la medida del pie, hay una relación directa fabricación-cliente, ese plus engancha, lo que confeccionamos y la buena calidad del producto", es el secreto que utilizan, según lo que señala su dueña.
La diferencia que existe hoy en día entre el zapato importado y la versión "made in Chile" es la calidad. Los primeros son desechables, causan mal olor, varices y se parten a los tres meses; por el contrario, en el caso del segundo, son hechos por artesanos que van cortando, pegando y cociendo con delicadeza cada parte del calzado. Además de que son modelos exclusivos que no se van a encontrar en el retail y a precios más bajos.
En cuanto a las ventas, no se han visto afectados notoriamente porque han tenido que ser innovadores, incorporar a su producción plantillas, calzado ortopédico y postular a diferentes proyectos para ir de la mano con la modernización. "Ahora estamos viendo la posibilidad de hacerles zapatos a los carabineros a nivel nacional. Al proyecto que postulamos, que son para personas que tuvieron accidente dentro de la institución", dijo Valladares.
Al ser consultados sobre qué es lo que podría hacer el ente gubernamental para que ninguna otra fábrica de calzado cierre, Violeta pide "que a la gente se le eduque para que no compren zapatos plásticos, porque si no compras un producto éste desaparece, le forma úlceras varicosas, hongos. Buenas políticas y buenas políticas de información de que el zapato es fundamental y en la actualidad es tierra de nadie".
Para la seremi del Trabajo en Ñuble, Yeniffer Ferrada, la premisa es la activación económica y la generación de empleo, "por lo que el cierre de cualquier fábrica no es una noticia que uno quisiera leer; sin embargo, por otra parte, hemos visto cómo el hecho de recuperar la capacidad de crecer ha ido dando frutos a nivel nacional y en nuestra zona no es sólo incentivar la inversión, sino que también dar tranquilidad para que los pequeños y medianos productores, los fabricantes que dan valor agregado a Ñuble con sus productos, puedan seguir desarrollándose en el tiempo, poniendo a su disposición las herramientas de capacitación e innovación que hoy existen".
El fortalecimiento del desarrollo tecnológico, la automatización de los procesos productivos y el bajo costo de las importaciones han hecho que la industria tradicional vaya adoptando estas innovaciones, pues entienden que deben ser capaces de ponerse a la vanguardia para poder seguir siendo competitivos en el mercado. Por el contrario, si la industria tradicional que no está dispuesta a invertir en tecnología, mejorar esos procesos y disminuir los costos, se va quedando obsoleta.
"Antes el mercado era más estable, así también el gusto de la gente. Ahora nos encontramos con un mercado diverso que cambia todos los días por las tendencias, por las modas y la globalización que vivimos", opina el secretario regional ministerial de Economía de Ñuble, Roger Cisternas, quien agrega que en cuanto al respaldo del gobierno, "estamos apoyando esta reconversión por los distintos instrumentos que posee Sercotec y Corfo, y con asesoría directa para mantener vivo este negocio, adaptarlo a los nuevos tiempos y así hacerlo sostenible", precisó.
Información adicional
Para la Cámara Nacional de Comercio, el Tratado de Libre Comercio con China abrió las puertas a precios de calzado significativamente bajos. Si bien la producción nacional de calzados bajó de 35 a 5 millones de pares desde 1991, en el mismo período las importaciones pasaron de 2,2 a 114 millones de pares en la actualidad.
Los recientes cierres de las fábricas de Albano (2018), Gacel (2011) y Guante (2019) no pasaron inadvertidos. El mercado digital y las importaciones dejaron atrás un rubro que parecía ser sólido y un oficio que hoy se siente en las cifras de desempleo. En el caso del cierre de Guante/Gacel, implicará la desvinculación de 283 trabajadores.
Gestión personalizada y producción artesanal: el sello de emprendedor de Ñuble
Calmany (Calle Isabel Riquelme 977) Con 34 años de existencia esta tienda es una de las más antigua de la ciudad, ya no hay más artesanos quienes puedan seguir con este oficio y ellos la última generación que queda.
"Nosotros trabajamos lo que el cliente pide, me demoro un día en realizar un par de calzados y no se puede hacer más"
José Mercan, Maestro artesano zapatero."
"Nosotros somos de Chillán, por un dato llegamos acá. La experiencia es buena y los zapatos, de cuero natural"
Moises Inostroza, Cliente de Calzados Leo"
Fábrica de Calzados Leo (Calle Matta 281, San Carlos) Uno de los secretos de permanencia en el mercado es la atención personalizada a sus clientes, quienes vienen de diferentes lugares para que les realicen el calzado a la medida.
"La destrucción de la artesanía es por todo lo que viene de China, eso mató toda la producción nuestra"
Danitza Lazcano, Dueña de Calmany"
Innovación y creatividad
Una de los grandes fórmulas para mantener el negocio de los calzados hechos a mano en la región es poder de reinventarse e ir innovando, entregando una atención personalizada y ofreciendo un producto de buena calidad, atraer a más clientes y además de acudir a los diferentes proyectos que entregan a través de Corfo y Sercotec para solventar sus negocios. No obstante, los cierres de las grandes fábricas no significan que el oficio de zapatería vaya a quedar en el olvido. Actualmente existen nuevas marcas que han surgido a menor escala y pretenden posicionar el calzado chileno. Diseño y nuevas plataformas de venta, adaptadas al mercado digital.
"Llevo 5 años comprando zapatos de cuero, cada 2 años porque la calidad es única y hay mantener la fábrica de la zona"
Patricio Concha, Agricultor"
86 por ciento ha caído la fabricación del calzado nacional en los últimos 28 años. La reducción de la producción ha dado cabida al auge de la importación.
50 por ciento han caído las ventas en las fábricas productoras de calzado en la Región de Ñuble desde que el mercado comenzó a recibir importaciones de zapatos procedentes de China.