En febrero pasado, la realizadora Agnès Varda llegó hasta Alemania para presentar su documental "Varda by Agnès" en el Festival Internacional de Cine de Berlín. En la película se muestra hablando de su trabajo frente al público y exhibe extractos de películas anteriores, como una manera de decir adiós.

"Tengo que prepararme para despedirme y marcharme", dijo la cineasta en conferencia de prensa, aclarando que desde ese minuto en adelante se dedicaría a las instalaciones artísticas. Es más, ayer mismo en la tarde francesa iba a inaugurar una exposición en Chaumont-sur-Loire.

Sin embargo, "la realizadora y artista Agnès Varda murió en su casa durante la noche (...) a consecuencia de un cáncer. Su familia y sus allegados estaban con ella", dijo su familia en un comunicado publicado por AFP.

Pionera en el cine

Nacida en Bélgica el 30 de mayo de 1928 con el nombre de Arlette Varda, su padre procedía de una familia de refugiados griegos y su madre era francesa. La familia se instaló en Sète, en la costa mediterránea francesa, en 1940, desde donde saltó a París para estudiar Historia del Arte en la École du Louvre y empezó a trabajar como fotógrafa en el Théâtre National Populaire (TNP) de la capital francesa.

A pesar de su labor como fotógrafa, tras grabar en la ciudad pesquera en que creció, por encargo de un amigo, decidió en 1955 realizar su primera película titulada "La Pointe Courte", que narraba la historia de una triste pareja y su relación en aquel lugar.

El largometraje está considerado como un precursor de la Nouvelle Vague (la Nueva Ola francesa). Ello porque cuando el resto de futuros integrantes de ese movimiento cinematográfico vanguardista todavía experimentaban con el cortometraje, como Jean-Luc Godard, François Truffaut, Eric Rohmer, Claude Chabrol o Jacques Demy, ella se adelantó cinco años a esa ruptura con los cánones de la narrativa dominante.

Poco le importaba a a la directora. Después de tres cortometrajes poéticos, Varda filmó en 1962 "Cleo de 5 a 7", una conmovedora deambulación por París de una joven que espera unos resultados médicos decisivos. "Mi apuesta era mostrar cómo esta mujer tan coqueta, narcisista, se transforma en 90 minutos, puesto que está filmada en tiempo real. Su miedo a tener un cáncer la despierta", resumía en aquella época.

Temprana feminista

Sus películas se enfocaban en los problemas que enfrentan las personas comunes, como los recolectores ("The Gleaners and I", 2000), los vagabundos ("Vagabond", 1985 ) y, en particular, las mujeres.

Es más, uno de sus grandes éxitos fue "Sans toit ni loi" ("Sin techo ni ley"), cinta de 1985 protagonizada por Sandrine Bonnaire en el trágico papel de una joven marginal deambulando hacia su muerte. "Las mujeres tienen que hacer bromas sobre sí mismas, reírse de sí mismas, porque no tienen nada que perder", dijo alguna vez la realizadora feminista.

Convicción que quedó clara con su documental de 1977 "Una canta, la otra no" que trataba el tema del aborto. El año pasado reafirmó su creencia en el Festival de Cannes cuando encabezó, junto a Cate Blanchett, el desfile por la alfombra roja de un numeroso grupo de actrices y productoras para abogar por la "igualdad salarial". "Las mujeres no son una minoría en el mundo, y sin embargo nuestra industria dice lo contrario. Los peldaños de nuestra industria deben ser accesibles para todos. Escalemos", dijo en aquella ocasión.

Precisamente este certamen -en el que compitió tantas veces y fue dos veces jurado-, recibió la Palma de Oro honorífica en 2015, siendo la primera mujer en la historia del Festival en recibirlo. Cannes, a través de su cuenta de twitter, dijo que la muere de Varda era motivo de "inmensa tristeza".

"Por casi 65 años, los ojos y la voz de Agnès Varda encarnaron el cine con creatividad infinita. El lugar que ella ocupó es. Agnès amaba las imágenes, las palabras y a la gente. Es una de esas personas cuya juventud nunca se desvanecerá", acotó.

Un largo adiós

Cineasta comprometida, Varda también rodó varios documentales políticos como "Hola cubanos" (1963), "Black Panthers" (1968) y el filme colectivo "Loin du Vietnam" (1967).

Trabajó en cine casi hasta el final de sus días. Tanto así que a los 89 años se asoció con la fotógrafa y muralista francesa conocida como JR en "Faces Places", una obra que las mostraba recorriendo la Francia rural, conociendo a los lugareños y construyendo amistades.

La realizadora se casó dos veces: la primera con director teatral Antoine Boursellier con quien en 1958 tuvo su hija Rosalie, directora artística y la productora de "Varda by Agnès"; y la segunda con Jacques Demy en 1962, a quien acompañó hasta su muerte en 1990.

A él le rindió varios homenajes fílmicos como en "Jacquot de Nantes" (1991), que ilustraba la infancia de Demy, y volvió a su universo en "Les demoiselles ont eu 25 ans" (1993) y "L'univers de Jacques Demy" (1995). De ese matrimonio nació el actor Mathieu Demy.

"Agitados, abrumados, desconsolados: estos sentimientos vienen con la certeza de que acabamos de perder a una de los mejores artistas de nuestro tiempo", tuiteó el ministro de Cultura francés, Franck Riester, tras conocerse la muerte de la artista.