Secciones

Isabel Plant habla de las "Mujeres Bacanas Latinas"

En resumen

E-mail Compartir

-Es un equipo de cuatro mujeres ¿cómo funcionan?

-Somos amigas hace quince años, así que el equipo y el proyecto nace de la amistad, las ganas de hacer algo en conjunto y la afinidad que tenemos naturalmente. Las cuatro tenemos obligaciones, trabajos, familias, pero ha sido relativamente fácil la organización para sacar adelante Mujeres Bacanas. Además nos complementamos de cabezas y talentos y escribimos un perfil al día, lo que hace mucho más llevadero el proceso. Nos llega de orgullo que el proyecto crezca.

-¿Qué descubrieron haciendo "Mujeres bacanas latinas"?

-La idea de sólo latinas nació mientras escribíamos el primer libro, que tiene perfiles más universales. De cien mujeres, ahí incluimos treinta mujeres de Latinoamérica y nos dimos cuenta que a veces lo que tenemos más cerca, es lo que menos conocemos. Sabíamos a veces más de historias de mujeres europeas o norteamericanas, que de bolivianas, uruguayas o panameñas. Así que nos embarcamos a buscar nombres, que quizás son más desconocidos masivamente.

-¿Cuál es tu mujer bacana latina preferida?

-Desde Kathrin Barboza, una boliviana joven experta en murciélagos, a Elena Caffarena, una de las madres del feminismo en Chile. También tengo debilidad por Idea Vilariño. Me conquistó la poesía directa al grano de esta uruguaya llevada a sus ideas, de amores tormentosos y fuerte compromiso político. Lo que más me gusta de las bacanas que elegimos es que no son ni santas, ni perfectas: son humanas. Y la historia de Idea Villarino es justamente maravillosa por lo mismo.

"mujeres bacanas latinas" está escrito por cuatro amigas, entre ellas isabel plant.

3 preguntas

1

En "Mujeres bacanas latinas" (Catalonia) es la continuación del compilado que Fernanda Claro, Sofía García-Huidobro, Isabel Plant y Concepción Quintana hicieron en "Mujeres bacanas".

Esta vez perfilaron e ilustraron a trece científicas, quince artistas, nueve intelectuales, dieciséis activistas y ocho deportistas que hicieron vida y obra en Latinoamérica.

2

3

"Cola de Mono": El cine de Fuguet se reinventa

Ambientada en la Navidad de 1986, la nueva película del escritor y realizador chileno presenta una historia de descubrimiento sexual bajo la luz de Stephen King, el cine de los 80 y Upa!
E-mail Compartir

El grupo Upa! estrenó su primer álbum en cassette el 10 de agosto de 1986. La canción "Creo que voy a morir", que abre "Cola de Mono", pertenece al disco posterior de la banda -lanzado en 1988-, pero da igual que la acción transcurra dos años antes. En su evocación del pasado, Fuguet no pretende ser riguroso con el contexto histórico sino que plasmar las emociones de una fase de descubrimientos. Para ese propósito, el grupo ochentero proporciona altas dosis de melancolía musical y recuerdos para una generación.

Mientras escuchamos la voz dulce y desesperanzada de Pablo Ugarte conocemos a Borja, un adolescente retraído y amante de los libros de Stephen King que vive bajo la sombra de su padre muerto (un crítico de cine que decidió terminar con su existencia). En su habitación aún hay juguetes a pesar de que él ya no es un niño. Tras bajar por las escaleras, llegará a una sucia piscina en desuso que prueba que el hogar tuvo tiempos mejores. Luego conoceremos a su hermano Vicente, quien estudia Arquitectura, y a su madre, una mujer deprimida que odia los feriados. Lo sabemos porque es Navidad. A través de esa desolada Noche Buena, el director se acercará a los miedos y prejuicios de cierta clase media en el Chile de los 80.

Hasta que, hastiado por el sofocante ambiente familiar, uno de los personajes decide salir a las calles. Esa noche de liberación terminará en tragedia. Fuguet enfrentará el deseo a la culpa en un contexto social represivo. Transformará la homofobia y la autoflagelación en cine de género, cimentando el territorio improbable donde el melodrama queer se encuentra con Stephen King, el horror y el gore.

Tomando en cuenta las conexiones de la película con el libro "VHS" podemos advertir cierto afán autobiográfico. Lo interesante de "Cola de Mono" es la forma en que Fuguet cuenta su historia a través de las tradiciones del cine en una película cargada de referentes fílmicos, de "Gremlins" a la controversial "Cruising" (1980), de William Friedkin, centrada en un asesino serial que mata homosexuales en los submundos de la escena gay de Nueva York. En esos espacios clandestinos -un parque y un sauna gay en Santiago Centro- Fuguet narra buena parte de su historia o, mejor dicho, observa a sus personajes durante instantes cruciales de cambio. El goce que luce "Cola de Mono" por los cuerpos desnudos -de un adolescente bailando música pop en calzoncillos hasta escenas de encuentros sexuales- marca acaso un renacimiento que va de la mano de libros como "Sudor". El mismo autor lo anunció, de alguna manera, en 2015 cuando estrenó "Invierno", largometraje de 5 horas de duración que parecía un punto final: no volvería a hacer cine. Fue una promesa que probablemente escondía un mensaje oculto: el que no volverá es el Fuguet que conocimos desde "Se arrienda".

en "COla de mono" el protagonista sale a la calle huyendo de su familia en una desolada "noche buena".


en resumen

"Cola de Mono" es el sexto largometraje de Alberto Fuguet. En Bafici estrenará el séptimo, grabado en México: "Siempre sí".

Por Andrés Nazarala Ramírez

fotograma de cola de mono