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Conozca la tradicional "Ruta de la chicha y la empanada" en Chillán

CELEBRACIONES. En la zona céntrica chillaneja se encuentran diferentes locales que ofrecen comidas típicas en estas festividades nacionales.
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Alejandro Torres Caamaño

Olga Álamos estima que lleva más de 50 años en la producción de empanadas y fue su madre quien le heredó la receta. De tanto usar el uslero, según relató, se tuvo incluso que operar de las manos; aun así, no dejó de lado su labor aunque le delegó el trabajo a hijo y nuera Marta Ramírez, quienes hoy pueden decir que viven de la venta de empanadas.

"El secreto es lo jugosa de la empanada, la masa es una receta que la llevamos por años. Mi mamá me enseñó a hacer esto hace 50 años, y de ahí pasó a mi hijo y mi nuera, que es ella la que las hace porque ya me cansé", contó Olga Álamos. La familia tiene su local de ventas ubicado en Avenida Brasil #335, Chillán, y para esta semana 'dieciochera' esperaban vender más de mil empanadas.

Así, y a raíz del legado de Olga Álamos, hoy, su hijo y su nuera, además de sus respectivos hijos, continúan con su labor y recientemente fueron galardonados con el primer lugar en el concurso de "La Mejor Empanada de Chillán", certamen organizado por el municipio de la ciudad.

Y tal como ellos, existen distintos productores de empanadas que en Chillán conforman una ruta que en estas fechas festivas destacan. Entre aquellos también resalta Graciela Valdebenito, quien afirma que sus empanadas son unas de las mejores que hoy se ofrecen en la capital regional de Ñuble.

"Yo sé que mi empanada es buena. Le tengo mucho amor a la cocina, pero además hay que darle importancia a los insumos, la carne hay que tenerla bien picada, es harto trabajo, pero como dicen, es con amor. Yo hago el pino y mi marido la masa. Es una tradición de nuestra familia".

Valdebenito conoce la receta hace muchos años, aunque confiesa que dada la alta cantidad de pedidos que les solían realizar durante estas fechas, decidió abrir un negocio en Mejillones, y hoy, tras dos años de aquello, ha vuelto a Chillán.

La chicha

Ahora bien, y no solamente en cuanto al consumo de empanadas, el tradicional local chillanejo 'Onde el Pala', además de ofrecer comidas típicas, también tiene en su carta la reconocida chicha de uva. "Hay que partir desde la base que el Pala inaugura su temporada de chicha en los primeros días de mayo, y acá siempre se está de 18, siempre se está de Fiestas Patrias, pero en estas fiestas ponemos más énfasis para poder atender mejor al público, ya que andan todos deseosos de 'chilenear', y para ellos es que guardamos la mejor chicha para estas fiestas", dijo Rodrigo Palavecino

La atención al público en el ya clásico local chillanejo se extendió todos los días de la festividad desde las 12:30 horas hasta las 03:00 de la madrugada con música en vivo, especialmente con folclor nacional. Además, es preciso mencionar que la familia Palavecino produce la chicha en San Nicolás según una tradición familiar.

La chicha, según detalló Rodrigo Palavecino, debe tener varias características elementales para que el público la pueda disfrutar: debe poseer un color rosado, chispeante, con alcohol, dado su fermentación, y con un dulzor específico, ni mucho ni poco. "Esas características en la chicha, cuando el comensal la prueba, dice 'esta es la chicha del Pala'", dijo.

En su carta, la chicha la ofrecen de varias maneras: la tradicional, con naranja, en ponches con helado de piña (maremoto), y el "chicharrón" (chicha con ron). "Hay varias cosas más que el público puede descubrir en cuanto a variedades de trago con chicha".

Otro de los clásicos productores de chicha reconocido por los ñublensinos son aquellos que elaboran sus productos en Portezuelo, desde el Valle del Itata. Allí se encuentra Manuel Riquelme, conocido tradicionalmente como 'Manolo', quien es parte de la sociedad y administración de Vinos Lovaina.

'Manolo' estima que la venta de chicha ha disminuido en comparación a otros años, aunque sí, según la demanda en estas fiestas proyecta un aumento en las ventas de un 45% respecto de un mes normal. "Se nota que ha bajado el consumo a nivel de la ciudad, se nota que están consumiendo más licores, además de vino. Creo que a la chicha le queda un poco más de años, quizá este, unos más y desaparece. El terremoto la sobrepasó", manifestó Manuel Riquelme.

La característica principal de la empresa, según detalló Riquelme, es la elaboración de vinos país, acompañados también de cabernet. El consumidor, según agregó, se encuentra con un producto con más cuerpo, más aroma. "Es un producto de calidad, especial. La gente de Chillán respeta los vinos Lovaina, es el vino país tradicional".

La empresa fue constituida el año 1984 con una bodega en Portezuelo. Entonces, se salía al mercado con lo que tenían, con citronetas, por ejemplo.

"Muchas veces quedábamos en pana; hoy hay otros medios y hay ventas malas, no están acorde con los vehículos, por ejemplo. Yo mismo salía a Santiago antiguamente en un camión que quedaba en pana en Parral, pero se vendía mucho", dijo Manolo.

Recomendaciones

La celebración de Fiestas Patrias es sinónimo de festejos, reuniones en familia y, sobre todo, de una alta ingesta alimentaria, lo que se traduce en un aumento calórico en cuanto al consumo. Es por ello que en dicho contexto, Stefanie Chalmers, quien es la vicepresidenta del Colegio de Nutricionistas y académico de la Universidad Andrés Bello, entregó recomendaciones para que en este fin de semana los asados se disfruten de manera balanceada.

"Si empezamos con la técnica de ofrecer primero las ensaladas y carnes blancas, la demanda de empanadas será menor. Hay que considerar que las empanadas aportan 500 calorías, y a veces las hacen más grande", dijo.

La nutricionista añadió que el asado que se consume en horario de almuerzo debe sustituir las calorías de almuerzo. Las cantidades hay que asociarlas a las que habitualmente se comen, por tanto, las porciones no pueden discrepar de las que habitualmente están ahí, y si se come más por ser un evento festivo, la comida adicional tiene que ser previo al plato principal y debe ser constituido por alimentos de bajo aporte calórico.

"Además hay que considerar la ingesta de alcohol, que aporta un exceso calórico que diría que es uno de los más importantes de las fiestas patrias. A veces pasa más desapercibida, porque es líquido, y ahí se puede incorporar una gran cantidad calórica y que no aporta nutrientes. Se puede, perfectamente, consumir mil calorías en una tarde", destacó, manifestando que este es uno de los factores, junto al consumo de mayonesa, que más perjudica por sus ingestas y consecuencias en calorías y ausencia de fibras.

Vinos Lovaina

La empresa de Portezuelo fue fundada en 1984. Llevan más de treinta en la industria y se caracterizan por producir vinos país, además de cabernet. Uno de sus fuertes, además, es la chicha, la que según Manuel Riquelme, parte de la administración de la empresa, ha bajado en su consumo, pues la comunidad ha diversificado sus gustos en cuanto a los licores que se sirven en Fiestas Patrias. Eso sí, para estas festividades, Riquelme proyecta un 45% más de venta en chicha respecto a un mes regular. "Se nota que ha bajado el consumo a nivel de la ciudad, se nota que están consumiendo más licores, además de vino. Creo que a la chicha le queda un poco más de años, quizá este, unos más y desaparece".

Chicha de uva

Historia Tiene sus orígenes en la tradición de los indígenas del sur de América de elaborar bebidas mediante la fermentación de diversos productos como el maíz. Con la llegada de los españoles y la incorporación de distintas especies botánicas, se comenzó a elaborar bebidas a partir de frutas, y de forma particular, de uva. Es así que, mientras en la zona andina el término "chicha" siguió asociado a la bebida de maíz fermentado, en Chile, la expresión «chicha» pasó a denominar a las bebidas obtenidas de la fermentación de la uva y de diversas otras frutas. El clima mediterráneo y el suelo presente en la zona central de Chile facilitaron la propagación de la vid entre los siglos XVII y XVIII, lo que llevó a la popularidad del mosto de la uva para la fabricación de chicha. A su vez, el consumo masivo del producto, así como su producción, se difundieron de forma amplia entre Santiago y Concepción entre los siglos XVIII y XIX. En la actualidad, la chicha es reconocida en el Valle del Itata, sobresaliendo a nivel nacional aquellas que se elaboran y producen en Portezuelo, donde se trabaja la vinificadora Lovaina, entre otras fábricas.