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"Ciudad satélite" de Paola Molina

El barrio como una gran familia

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-¿Qué requieres para poder escribir?

-Ando siempre con una libreta de bolsillo y lápiz para ir anotando frases que escucho, ideas que se me vienen a la mente en los viajes en micro y necesito sobretodo salir a caminar. Para Ciudad Satélite me iba a cachurear a barrio Meiggs, iba a visitar a mi tía que vive en Maipú y a recorrer las galerías del centro (de Santiago). Me gusta mucho el mundo de las cosas pirateadas, los juguetes mal hechos y las imágenes mal impresas, trato de poner un poco de ese absurdo y torpeza en lo que escribo.


En resumen

-¿Cómo era el Maipú de tu niñez y cuánto ha cambiado?

-Lo singular de Ciudad Satélite es que siempre los vecinos se creyeron lo más cuico de Maipú. Eso me daba risa porque vivíamos en la periferia igual que el resto, pero cuando pasaba algo relacionado a la delincuencia decían "oye esto se está poniendo como El Abrazo" que era la villa de al lado. Creo en la idea de comunidad y barrio como una gran familia. Antes la calle era el centro de reunión y ahora la gente valora el hogar o ir a comer un pastelito a la cafetería de la avenida principal.

-¿Por qué se perdió la idea de comunidad, crees tú?

-La comunidad se fue perdiendo

-en parte- con la llegada de las cadenas de supermercados que irrumpieron entre almacenes y bazares creados en las ampliaciones de las casas. Eso es lo que más ha cambiado en Ciudad Satélite yo creo y que se replica en villas de clase media que van funcionando como ciudades dormitorio y donde la gente siente que crecer es irse de ese lugar hacia un hogar más cerca de sus lugares de trabajo o del centro de la capital.

La primera novela de paola molina fue "Confesiones de una soltera".

3 preguntas

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Paola Molina es diseñadora gráfica y comediante de stand up, además es La Solte en plataformas digitales. A su segunda novela, "Ciudad satélite" (Plaza&Janés), la define como "un Papelucho más politizado y traumado", un libro que escribió entero en un Café Literario.

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eric valdés

Perros de la calle

Uno de los documentales chilenos más aclamados del último tiempo es "Los Reyes", de Bettina Perut e Iván Osnovikoff. Su triunfo en la última edición de FICViña corona un recorrido festivalero que comenzó en Ámsterdam. Llegará a salas de todo el país en noviembre.
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Cada película de Bettina Perut e Iván Osnovikoff es una expedición al filo del abismo. Digamos que el riesgo está presente en cada una de sus empresas, desde "Chi-chi-chi-le-le-le. Martín Vargas de Chile" (2000), pasando por "Un hombre aparte" (2001), "El astuto mono Pinochet contra la moneda de los cerdos" (2004), "Noticias" (2009), "La muerte de Pinochet" (2011), "Surire" (2015) y, ahora, "Los Reyes", documental estrenado en el Festival Internacional de Documentales de Ámsterdam (IDFA) y premiado recientemente en FICViña.

El desafío está, en primer lugar, en una proeza que cualquier documentalista evitaría por miedo a perder el control. Esta consiste en observar por un largo período de tiempo a dos perros vagos que deambulan por las cercanías de una pista de skateboard ubicada en el Parque Los Reyes, en Santiago. Son Fútbol y Chola, quiltros que se vuelven queribles desde el primer plano y que están siempre buscando pelotas (o cualquier objeto que las sustituya: botellas, ramas, trozos de cemento, etc…) para matar el tiempo. Cuando no están jugando, descansan o duermen. Sin quejarse demasiado (sí ladran cuando aparece Carabineros o cuando un evento ruidoso se toma el lugar) resisten cotidianamente la caída de la noche y las inclemencias del clima.

Perut y Osnovikoff logran lo que parece imposible: captar, a través de la observación paciente, las características distintivas de sus retratados y, a través de ellas, buscar emociones reconocibles.

La cámara de Pablo Valdés está ahí todo el tiempo, construyendo humor con sus acciones; ignorando a los humanos; magnificando la animalidad marginal a través de primerísimos planos de colmillos, patas sucias e insectos parasitarios; constatando la invisibilidad de aquellos despojados que deben alimentarse con los desechos de la sociedad. Porque la imagen del perro callejero está arraigada en la cultura chilena como realidad palpable pero también como metáfora. "Los Reyes" es consciente de la lectura política. Por eso, mientras seguimos a Fútbol y a Chola, escuchamos las conversaciones en off de un grupo de skaters adolescentes que vislumbran el futuro como si fuese una gran nube negra o nos sorprendemos con una dupla de marginales que acarrean burros desde sus bicicletas tambaleantes.

Todos son, en el fondo, quiltros, artífices del ocio en un mundo obsesionado con la productividad, seres relegados de una ciudad que desciframos fuera de campo. Estas lecturas enriquecen la apuesta y no atentan en contra del espectáculo, porque en "Los Reyes" hay humor, nostalgia, sarcasmo y la tristeza intrínseca que esconde toda historia sobre perros.

Los protagonistas de la cinta son dos perros que viven en las inmediaciones de una pista de skateboard.


en resumen

"Los Reyes" es el séptimo documental de la dupla de documentalistas chilenos Bettina Perut e Iván Osnovikoff.

Por Andrés Nazarala R

los reyes