Correo
Asamblea Constituyente
Señor Director: Los que están pidiendo Asamblea Constituyente deberían preguntarse: ¿cuántos van a ser sus miembros?, ¿cómo van a ser elegidos?, ¿cuánto tiempo van a durar?, ¿cuánto se les va a pagar?
Si no se contestan estas preguntas lo mas probable que la asamblea Constituyente se transforme e un congreso de consuelo que sirva para colocar a todos los políticos que quedaron cesantes en la última elección y el gasto lo pagaremos una vez más aquellos que trabajamos.
Eduardo Navarrete Melo.
La voz de la gente
Señor Director: Hemos visto un despliegue impresionante de chilenos que protestan por la inmensa desigualdad que han soportado por tanto tiempo, especialmente los más dañados son los trabajadores, estudiantes y jubilados, lo que ha llevado a una crisis de desconfianza con todo lo que se tenía por autoridad, las colusiones de los empresarios de las grandes empresas, los delitos de robo en instituciones como las Fuerzas Armadas y Carabineros, los delitos de los políticos y de los personeros de cuello y corbata, los "perdonazos" a las multitiendas, la corrupción de políticos que no son sancionadas por la justicia y la propia justicia chilena tienen un debilitamiento a la acción que desarrollan. A esto se unen las bajas pensiones que son de miseria, mientras las AFP obtienen grandes y millonarias ganancias que son una burla con lo que se les entrega a los verdaderos dueños de los fondos previsionales, los sueldos de los trabajadores no alcanzan para llegar ni siquiera a los 15 días del mes y las políticas del gobierno están muy lejanas a lo que vive y siente la inmensa mayoría, sin entregar soluciones reales y que lleven a cambiar el sistema que los tiene en la desesperación.
La violencia que hemos visto no se justifica, toda vez que son grupos minoritarios y organizados que no representan lo que se está pidiendo y solo se trata de actos de delincuencia, los que saquean e incendian para crear el caos y les sea más fácil robar, y las policías y fuerzas de orden han demostrado una pasividad y falta de acción en contra de los encapuchados y agresores, no en cambio hacia los que protestan en forma pasiva y con convicción.
Los medios de comunicación de TV muestran una y otra vez los incendios, agresiones, violencia y muy poco las marchas pasivas de la inmensa mayoría. Todo lleva a crear un clima de agresividad y descontento mayor.
Ahora, para poder calmar a la ciudadanía se debe llegar a propuestas con hechos concretos y a la brevedad, cosa que no se hace y se mantienen las mismas propuestas que la gente rechaza. Se podría de una vez por todas anunciar un sueldo mínimo de $450.000 y de una pensión mínima de $300.000, que se puede lograr con volver al cálculo de la edad de jubilar que era a los 85 años y no como está hoy a los 110 años; de inmediato subirían las pensiones en un 50% y solo basta la firma del Presidente, ni siquiera de los Parlamentarios. Además de ir a un Plebiscito para una nueva Constitución y llegar a una asamblea constituyente, que es lo que la gente está esperando.
Raúl Ferrada Varas.
Violencia en Chile
Señor Director: Cuando la violencia se hace mayor y las consignas para justificarla se gritan con más fuerza, conviene recordar que vivimos en el país número 1 de la OCDE con personas sin habilidades intelectuales básicas, y cerca de la mitad no tiene comprensión de lectura.
La agresividad es inherente a la naturaleza humana, pero la violencia desatada es pura y simple incultura. Se puede ejercer desde la cúspide de la pirámide social con medios sutiles y sofisticados, o desde su base, con escombros y bombas molotov. Hoy ambas formas son visibles con prístina claridad.
Cualquier persona puede ser parte central de esta incultura cuando no concibe convertirse en villano o victimario, sino que siempre tiene que ser justiciero o víctima. Entonces estamos ante un violentista extremo, en potencia o en el acto. Pero sin paz no puede haber prosperidad, y viceversa. Mientras antes nos demos cuenta mejor.
Raúl Paredes Ramírez
¿Qué han logrado?
Señor Director:
Las semanas pasan, las manifestaciones siguen, y parecen estar lejos de acabar. Con todo, vale preguntarse ¿Qué se ha logrado realmente con éstas?
El Ministerio de Hacienda estima en hasta US$3.000 millones los daños por violencia y recorta a 2,2% el crecimiento económico de nuestro Producto Interno Bruto en 2019. Ello se demuestra en locales robados, gente con miedo de ir a trabajar, colegios cerrados, polarización, odio y resentimiento. Una revuelta que, algunos dirán, comenzó con un noble afán, está logrando solo dolor y decaimiento para todo un país.
Así las cosas, mientras el pueblo ansiaba mejorar su situación y apagar el supuesto incendio de sus vidas, héroes que nadie pidió llegaron prometiendo apagarlo. Quien habría pensado que lo intentarían apagar con bencina.
Nicolás Martins. Fundación para el Progreso.