El mandatario boliviano, Evo Morales, renunció ayer a la Presidencia después de casi 14 años en el poder, mediante una cadena nacional emitida -al cierre de esta edición -desde un lugar indeterminado, tras haber dimitido varios integrantes de su Gobierno. El líder del país altiplánico acusó un golpe de Estado mediante el acuartelamiento de los policías, después de tres semanas de protestas y caos civil.
Alrededor de las 17 horas de ayer (en Chile) fueron mostradas imágenes del avión presidencial boliviano despegando desde El Alto, La Paz, con rumbo desconocido. Después de una hora, el mandatario emitió una "Cadena (nacional) por la unidad, paz social y democracia", acompañado del vicepresidente, Álvaro García, donde lamentó un golpe de Estado: "A la comunidad internacional, sean de Naciones Unidas (ONU), sean de la OEA (Organización de Estados Americanos), Unión Europea (UE), embajadores, digan la verdad sobre este golpe de Estado", pidió Morales.
Militantes del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) dijeron al Presidente "que ya estaban atentando contra nuestras vidas: si pasa algo con Evo y Álvaro va a ser responsabilidad de Carlos Mesa (candidato presidencial opositor) y (Luis Fernando) Camacho (líder de la oposición). Mi equipo de seguridad me informó que ayer ofrecieron US$ 50.000 para que entreguen a Evo a ese grupo de opositores", sostuvo Morales.
Además, continuó el gobernante, cuando la pantalla aseguraba estar en una transmisión en directo, no grabada, "estoy renunciando para mis hermanas y hermanos, dirigentes y autoridades del MAS (Movimiento Al Socialismo) no sigan hostigados, perseguidos, amenazados". A raíz de esto, "expreso mi solidaridad a mi hermana porque (...) quemar su casa por segunda vez. Si quieren pueden quemar mi casa, pero no con mi familia. Si quieren vengarse, con Evo y Álvaro, no con nuestras familias y menos con nuestras autoridades y dirigentes sindicales. Tarde o temprano, se juzgará cómo se implementa, cómo se aplican políticas tan... No sé si sean sanguinarias, pero como con sicarios. (...) Quiero decir que vamos a continuar junto al pueblo boliviano como lo hicimos hasta ahora, luchando por nuestra querida Bolivia".
"Es mi obligación como Presidente indígena buscar esta pacificación", destacó Evo Morales, que buscaba su cuarto periodo a cargo del Ejecutivo en las elecciones del pasado 20 de octubre, llegando a proclamar el triunfo pese a las acusaciones de fraude por parte de la oposición. Horas antes de la cadena nacional, la OEA emitió un informe donde pedía dejar sin efecto los resultados de estos comicios, al descubrir irregularidades en el procesamiento de los votos después de una semana de análisis de expertos internacionales.
Luego Morales llamó a elecciones, pero sin mencionar el reporte de la organización que envió una misión al país debido a los enfrentamientos entre partidarios y opositores que dejaron a tres personas fallecidas y más de cuatrocientos heridos.
El Presidente, finalmente, aseguró que "vuelvo a la zona del trópico de Cochabamba para estar con mis compañeros". En aquella zona, Morales inició su carrera política, y ayer terminó la conferencia de más de 12 minutos en medio de una serie de rumores sobre su salida del país: "No tengo por qué escapar, (…) no he robado nada", afirmó.
Dimisiones
La presidenta del Senado y quien debía reemplazar a Morales en la Presidencia, Adriana Salvatierra, renunció a su cargo al cierre de esta edición. "Nosotros queremos que las violencias se paren", afirmó la política de origen chileno. El líder de la Cámara Baja, el oficialista Víctor Borda, hizo lo mismo. Antes ya habían dimitido el vicepresidente García y los ministros de Minería e Hidrocarburos, César Navarro y Luis Alberto Sánchez, respectivamente, argumentando también que buscan ayudar a la pacificación del país.