Modelo
Señor director: Chile, al presente año, posee los mejores indicadores de bienestar a nivel latinoamericano, sea en salud, educación, pobreza, entre otros. Si bien es claro que estamos lejos de ser un país perfecto, y que aún hay mucho por mejorar, me sorprende que haya personas que sugieran que la forma de acelerar el bienestar general sea replicando las mismas políticas que tienen a nuestros vecinos de la región sumidos en la precariedad, inflación, corrupción e inestabilidad.
Sí, hay urgencias que no pueden esperar, y en ese sentido la clase política juega un rol fundamental, pero también es muy importante que entendamos que difícilmente llegaremos a ser como Suecia si seguimos presionando para implementar políticas dignas de nuestros vecinos del otro lado de la cordillera.
Bárbara Haas
Cuando la autotutela resurge
Señor director: Tradicionalmente enseñamos que la autotutela o autodefensa es la reacción directa y personal de quien se hace justicia por mano propia. Desde antaño existe consenso de que los conflictos que se suscitan entre los individuos no pueden ser "solucionados" por esta vía, ya que no garantiza en lo más mínimo un desenlace justo; es previsible que saldrá vencedor el más hábil, el más rápido, el más veloz, quien tiene poder, en definitiva, quien detenta las armas, haciendo uso de la fuerza, de la violencia sobre otro.
La única vía racional y lógica para evitar esta barbarie es prohibir el uso de la fuerza a los particulares, calificándola de "ilegítima". Para hacerlo operativo, por una parte, el Estado debe proveer un servicio de justicia eficiente para obtener soluciones pacíficas a los conflictos que se susciten entre las personas y, por otra, debe procurar las condiciones necesarias para asegurar el resguardo de la seguridad nacional, la protección de la población y de la familia. Es la única forma de sustituir la sinrazón de la fuerza por la fuerza de la razón.
Sin embargo, cuando el Estado no alcanza a brindar la protección mínima frente a un acto inminente, la legislación ha debido reconocer el derecho a repeler un ataque ilegítimo y no provocado mediante la autotutela, esto es, haciendo uso de la fuerza, con ciertos criterios de racionalidad y proporción que la legislación penal prevé. En estos casos el uso de la fuerza, por esencia ilegítima, se "legitima". Ejemplo clásico de ello es la legítima defensa por todos conocida, personal, de parientes e incluso de extraños. Cuando el Estado deja de cumplir sus deberes más básicos y fundamentales, como el mantenimiento del orden, la paz social, el respeto irrestricto a la libertad, la propiedad y la vida de las personas, resurge la autotutela como reacción violenta frente a toda agresión, pero muchas veces desproporcionada, sin control alguno. Lastimosamente, la fuerza de la razón comienza a ceder a la sinrazón de la fuerza. Una derivación sumamente peligrosa y preocupante de la fallida situación que vivimos, sumado al miedo y frustración, es la idea de que, para defender su integridad, la de su familia, sus bienes o sus fuentes de sustento, las personas comiencen a buscar protección en la tenencia y uso de armas, no obstante, la regulación prohibitiva vigente. Algunos tratarán de hacerlo dentro del marco normativo y otros fuera. Resulta bastante lógico que, si quienes detentan el uso exclusivo de la fuerza se ven sobrepasados y no logran dar protección requerida, se produzca de facto una suerte de transferencia y el resurgimiento de la autotutela, que dadas las actuales condiciones podría resultar catastrófico. Urge recorrer los senderos del diálogo y de los consensos transversales evitando las polarizaciones y, sobre todo, deben adoptarse medidas que restablezcan la seguridad y el orden público, mínimo indispensable para seguir construyendo.
Jenaro Murillo Sánchez Profesor de Derecho Procesal y director Clínicas Jurídicas Universidad San Sebastián
Cosena
Señor directorNo nos llamemos a equívocos, El Presidente llamó, con urgencia al "COSENA", no por "entretención", los llamó para sondear apoyo para reponer estados de excepción, pues ya no tiene muchas alternativas de control ciudadano. Segundo, hoy, vemos como la justicia comienza a "enjuiciar", a someter a investigación a personas que habrían in fraccionado la ley, atentando contra la propiedad pública,... Se observa la dureza de la ley, más, sin justificar la delincuencia, que no es lo mismo que la expresiones de rabia e impotencia en una protesta, queda en evidencia que la justicia Chilena tiene dos caras, una para los pobres y ciudadanos comunes, otra para juzgar a los políticos y empresarios, los cuales a la primera de cambio, encuentran subterfugios para lograr perdonazos o clases de ética, quedando en la mas plena impunidad. Finalmente,: Fuerte y claro Lo señalado por once mil científicos de todo el mundo, declaran y coinciden que el tema medio ambiental, sólo tiene alternativas de solución, al margen de el sistema neo-liberal, plena coincidencia con la crisis Chilena, sólo tiene solución, si se le mete la mano al sistema.
Juan Luis Castillo Moraga