Ñuble, región pobre de Chile
Señor Director:Estas son las consecuencias de la regionalización de Ñuble, la visibilización de la segunda Región más pobre de Chile. Las autoridades están al debe con la región y ponerse en sintonía con las demandas que han provocado días de turbulencias en Chile hoy debe ser una prioridad, esto trae como consecuencia un llamado de atención a la clase política, pero también hace un llamado de atención al ciudadano que no está interesado en votar, y lo importante de acudir a emitir el voto cuando hayan elecciones de las autoridades que nos representan, tanto a nivel comunal como en el país. Porque éstas son las consecuencias nefastas de quienes nos gobiernan y quienes dirigen nuestra ciudad, ya que los únicos perjudicados somos los ciudadanos comunes y corrientes que hacemos crecer a este país con nuestro trabajo día a día.
Lo importante para destrabar el conflicto en Chile es, tanto sociedad civil como la clase política en conjunto, debe trabajar en disminuir la desigualdad y construir políticas públicas robustas que hagan una mejor distribución de los recursos para clase media y la gente vulnerable que tanto lo necesita, pero sobre todo, poner el énfasis en mejorar las pensiones y dar un trato digno a los adultos mayores que como sociedad tenemos abandonados. Pero aún así hay mucho hacer, para aumentar la empleabilidad y disminuir la pobreza de la Región.
Ismael Sepúlveda Bruna.
Constitución
Señor Director: Se está pidiendo una nueva Constitución que sane nuestros males que no hemos sido capaces de solucionar nosotros: responsabilidad, ética, disciplina, solidaridad, puntualidad, educación, lectura y muchas otras. Esas carencias provienen de nosotros y la voluntad de cambiar que no vendrá de una nueva Constitución. Es un engaño que nos estamos engañando y engañando a los otros.
No será el momento de preguntar, qué podemos hacer nosotros por Chile y no que Chile puede hacer por nosotros. No será que nos demos con una Constitución plagada de derechos sin deberes. No será que estamos buscando una Constitución tercermundista.
Alfredo Schmidt Vivanco.
Por la razón o la fuerza
Señor Director:Nuestro escudo nacional esboza esta frase, digna característica de todos y cada uno de los chilenos. Pero, ¿cómo puede ser que en este último tiempo se desplegara multilateralmente la fuerza? Se registraron saqueos, asesinatos, perturbaciones al orden público, insultos y un sinfín de causas que proponen a la violencia como solución a los problemas que enfrenta nuestro país. Nos hemos olvidado completamente de nuestra racionalidad al seguir eslóganes vacíos en multitudinarias manifestaciones que suelen terminar en destrucción total. Conciudadanos, no exijamos la paz si avalamos la violencia.
Mariana Burgos.
Monumentos
Señor Director:Desde la cultura grecolatina viene la tradición de levantar monumentos a figuras señeras de la sociedad. Como la historia humana no es angélica, si no terrena, hay monumentos muy merecidos y otros impuestos por las circunstancias políticas.
En la sociedad chilena hay unos cuantos cuyo consenso histórico, ampliamente mayoritario, los ha convertido en referentes de la identidad nacional. Desde luego, que puede haber algunos discutibles. Sin embargo, cualquiera reflexión en torno a estas esculturas que, casi siempre son obras de artistas de renombre, debe hacerse en el marco de la serenidad propia de una sociedad civilizada. Agraviar monumentos con escrituras de extrema vulgaridad y, más aún, derribarlas en actos francamente repudiables, no hacen más que ensuciar manifestaciones cuyos propósitos pueden contar con un amplio respaldo ciudadano.
Hemos visto con estupor cómo se ha derribado un monumento a Pedro de Valdivia por grupos que se concertaron para su fechoría hablando en español, la lengua que Valdivia nos legó como el lado luminoso de la Conquista que, como todo proceso de expansión imperial, no estuvo exento de abusos. Neruda, que algo sabía de historia, sintetizó lo esencial de ese proceso en una frase genial: "Se llevaron el oro pero nos dejaron el oro, las palabras". Gracias a la Conquista, nos incorporamos a lo más avanzado de la civilización universal con una lengua que poseía una literatura tan magnífica como la que nos ofrece el Quijote de Cervantes.
En muchos países del mundo existe el monumento al soldado desconocido en memoria de esos muchachos del mundo popular que murieron en guerras que nunca buscaron pero que los procesos históricos les impusieron y que, con el corazón abierto se la jugaron por su patria. Eran hijos del pueblo a los cuales la historia oficial quiso reconocer junto a los héroes mayores que nunca pelearon solos. Por eso, derribar con un lazo al soldado desconocido de la Plaza Italia, constituye un agravio a la nación y una prueba concluyente de la escasa civilidad de quienes creen que el lenguaje de las piedras y de los rallados vulgares pueden ser estandartes de nobles causas.
Alejandro Witker. Historiador.