Alejandro Torres Caamaño
En medio de las sucesivas jornadas de manifestaciones llevadas a cabo en gran parte del país -de cuyo alcance Ñuble no queda exento-, las consignas, a veces difusas, se ciñen en torno a cuestiones estructurales del país: Salud, Educación, Pensiones, entre otros aspectos. Pero no es raro, igualmente, advertir a gente, muchos de ellos jóvenes, portando en sus manos la Constitución Política de Chile.
Así, tras 28 días de movilizaciones masivas, parlamentarios, en una histórica y larga jornada, este viernes por la madrugada, a través del presidente del Senado, Jaime Quintana, anunciaron un acuerdo entre el oficialismo y la oposición que permitió un pacto para una nueva Constitución Política. Esto se dirimió en el ex Congreso Nacional, donde representantes políticos de todo el espectro ideológico del Parlamento figuraron como firmantes, y que en cuyo caso, y por razones de negociaciones -siendo el tema central en la disputa el quórum-, el PC y el FRVS se marginaron de dicho acuerdo.
Desde Ñuble, en tanto, el académico y destacado historiador, Jaime Etchepare, definió, a modo aclaratorio, a la Constitución como la ley suprema. "Es la carta fundamental a la que deben someterse todas las otras; no puede existir una ley que sostenga algo contrario a la Constitución, la que determina la naturaleza y organización del Estado", explicó.
Etchepare se encargó por años de dictar la cátedra de Teoría Política en la Universidad de Concepción, y en otras universidades dictó, asimismo, cursos sobre sistemas políticos. Así, y según su punto de vista, "una Constitución no es las diez tablas de la ley que Jehová le entregó a Moisés. Puede ser modificada por los procedimientos que ella misma establece, o por un pronunciamiento de la ciudadanía, todo es cuestión de consenso. Si existe un gran acuerdo entre los miembros del Congreso, los directivos de los partidos políticos y el Presidente de la República, esta carta fundamental podría ser derogada, establecida otra, etc".
"Para mí, el ideal, el procedimiento, en primer lugar, para ver si se reforma o no la Constitución, es que haya un pronunciamiento ciudadano o un plebiscito; en segundo lugar, que los ciudadanos puedan elegir la opción, la vía, el camino por el cual se reforme esta Constitución", agregó, en cuanto a una forma válida y legítima de modificación. Además, durante estas semanas se ha hablado de Asamblea Constituyente; algunas voces académicas han mencionado que aquella opción es la más similar a la que propone el pacto establecido por oficialismo y oposición: Convención Constitucional.
En el caso de la Asamblea Constituyente, el académico y autor de obras de corte histórico y político, dijo que "es válida en el momento que previamente el Poder Legislativo determine que la Constitución es reformable, y que aprueben las reformas que se van a hacer, como la vía, y que el Presidente de la República lo acepte. Son los dos poderes que tienen que intervenir en la gestión de una nueva Constitución".
Desde el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad del Bío-Bío, la reconocida voz académica de Marco Aurelio Reyes, en cuanto a las vías a decidir a raíz del acuerdo en cuestión, dijo que "lo importante es consensuar los procedimientos que están sobre la mesa, que no es tampoco una posición tan firme como lo fue al comienzo de las movilizaciones. Creo que el gobierno está planteando que sea en un Congreso Constituyente, pero los nombres no importan en este momento; la otra opinión que planteaba fundamentalmente la oposición es la Asamblea Popular. Pero eso tendrá que decidirlo el plebiscito que se convocará en abril del próximo año, donde será la ciudadanía la que opte por uno de los dos caminos".
"Creo que lo que se está explorando en estos momentos es el camino que hay que buscar, que debe ser comparado. He escuchado muchas opiniones, pero creo que se olvida la experiencia norteamericana, la que es un ejercicio tremendamente democrático. Ellos, cuando tienen la necesidad de hacer alguna enmienda constitucional, llaman a una asamblea. Aquí se olvida al parecer y se está yendo a lo que se ha hecho en países como Ecuador, España… lo que importa aquí son las circunstancias históricas cuando se hacen las constituciones", añadió Marco Aurelio Reyes.
A propósito de historia y contextos internacionales, Jaime Etchepare mencionó que "yo le sugeriría a todos estos próceres que leyeran la Constitución del Reino Unido, de Gran Bretaña: no hay. La estructura del Estado se da a través de ciertas leyes fundamentales, pero no hay cuerpo único como en otras democracias occidentales".
Otras voces
Desde Fundación Huella Local, que busca realizar un apoyo estratégico en la gestión de los gobiernos locales de las comunas más vulnerables, a través de su director ejecutivo, Gonzalo Vial, respecto al acuerdo político opinó que "hay que destacar que es un triunfo ciudadano, hay una clase política que responde a una demanda que se ha expresado en la calle y es muy importante distinguir que este no es un triunfo de la política, sino un triunfo ciudadano".
"Hay un plebiscito de por medio, es decir, que no está garantizado que haya una nueva Constitución. Creo que van a haber muchos miedos que se van a empezar a difundir, campañas del terror, desde quienes creen que no estamos preparados como país para asumir este nuevo desafío", añadió.
En cuanto a cómo se logra palpar la Constitución Política en el día a día, Vial explicó esto sobre la base de que el Estado posee hoy un rol subsidiario.
"La definición del rol subsidiario del Estado es que el Estado se entromete en los temas que el mercado no es capaz de resolver, y es super difícil distinguir esa línea. Creemos que el Estado debe tener un rol más estratégico y un rol más de fomento, no solamente de estar donde el mercado no está, sino que definir lineamientos, invertir donde se debe, incluso generar empresas en el caso que se requieran para dinamizar territorios que hoy están postergados".
Jaime Etchepare, eso sí, opinó respecto a lo mismo que la carta fundamental, en estricto rigor, no influye significativamente en la vida de las personas. "Muy poco, porque según la Constitución, una que establece un régimen democrático fija los períodos de duración de los funcionarios elegidos y la forma cómo van a hacerlo por los ciudadanos. Fuera de eso, la Constitución no incide en la organización económica ni en la vida diaria", dijo.
Gonzalo Vial, además, en materia de regionalización, criticó el hecho de que la actual Constitución es de un carácter muy presidencialista. "El presidencialismo aún mantiene facultades restringidas para las autoridades regionales y comunales, por lo tanto, es parte del diseño que se tiene que modificar. No hay garantías estatales explícitas para desarrollar los territorios, que también pueden quedar consignadas en términos de los derechos que se pueden ejercer en los lugares más vulnerables del país", dijo.
Es preciso mencionar que el plebiscito se realizará en abril de 2020, cuando se votará si la ciudadanía desea o no una nueva Constitución.
Parlamentarios ñublensinos
En su mayoría, consultados por este medio, los legisladores de la Región de Ñuble estarían de acuerdo en votar sí en el plebiscito. La única duda se ciñe en la UDI, aun cuando ambos parlamentarios locales, tanto el senador Víctor Pérez y el diputado Gustavo Sanhueza, valoraron la negociación o por consecuencia el pacto obtenido, con el fin de iniciar un proceso que puede concluir en 2021, eventualmente, con una nueva Carta Fundamental. Desde el oficialismo, los citados legisladores valoraron el ceder con la oposición, pues afirmaron que ellos también lo hicieron. En el caso del PPD, la diputada Carvajal y el senador Harboe están abiertos a votar que sí, como también que la vía sea exclusivamente ciudadana.
"A mi juicio, es una Constitución no ya presidencial, sino que presidencialista. El personaje determinante en nuestra Constitución vigente es el Presidente de la República, ejerce una influencia mucho mayor que los otros poderes del Estado"
Jaime Etchepare, Historiador y académico.
Historia
Constitución de 1833 Jurada y promulgada el 25 de mayo de 1833, bajo el gobierno de José Joaquín Prieto. Los autores principales fueron los abogados Manuel José Gandarillas, liberal, y Mariano Egaña, conservador. Reformada en varias oportunidades, a partir de 1865, rigió hasta el golpe de Estado de 11 de septiembre de 1924.
Constitución de 1925 Promulgada el 18 de septiembre de 1925 por el Presidente Arturo Alessandri Palma, fue sometida a plebiscito el 30 de agosto del mismo año. Pone término al sistema parlamentario, estableciendo un régimen presidencialista. A partir del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, queda subordinada al poder militar.
Constitución de 1980 Promulgada el 21 de octubre de 1980 y publicada tres días más tarde, durante el régimen militar del general Augusto Pinochet Ugarte. Intervienen en su elaboración la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución Política, creada por Decreto N° 1064, del Ministerio de Justicia, publicado el 12 de noviembre de 1973, presidida por el abogado Enrique Ortúzar, el Consejo de Estado.
2005 fue cuando el entonces Presidente de la República, Ricardo Lagos Escobar, registró la firma del mandatario en la Constitución, en reemplazo de la de Augusto Pinochet.
10 textos constitucionales han existido en Chile. Pero en el período de la República, se registraron las tres más significativas y reconocidas: las de 1833, 1925 y 1980.