La complejidad de indagar el delito de robo es que en la mayoría de los casos no existe relación entre la víctima y el victimario; según cifras del Ministerio Público, apenas el 8% de las causas tiene imputado conocido, y es por ello que la Policía de Investigaciones está trabajando fuertemente en la implementación de una novedosa metodología denominada "IIR-360".
Según el jefe de la Brigada Investigadora de Robos de Chillán, subprefecto Miguel Durán, la sigla hace alusión a una "investigación integral de robos en 360 grados", la cual "busca contribuir al esclarecimiento del delito de robo a nivel nacional, incorporando el análisis criminal e inteligencia policial en los procesos investigativos y de esta forma ayudar a mejorar la percepción de inseguridad y victimización de las personas".
- En definitiva ¿en qué consiste la estrategia IIR-360?
- El diseño de la estrategia de investigación de los delitos de robos está basado en el análisis ciminal, y permite la estructuración de los procesos de trabajo y la identificación de delincuentes prolíficos, mejorando resultados en las investigaciones a nivel nacional. En ese contexto, se encuentran los grupos de Mercados Delictuales de Bienes Robado (Medbro), que buscan desincentivar la comercialización de especies adquiridas en mercados formales e informales, iniciando una investigación a la "inversa", respecto de la capacidad de vincular delitos contra la propiedad y la venta de especies.
- ¿Cómo se implementa una metodología de esta naturaleza?
- Hay diversos puntos. Entre ellos, la interacción con sistemas de información, ya que existe coordinación con otros organismos para así tener más cantidades de datos que decantan en una mejor investigación; asimismo, el recurso humano -que son los detectives- son capacitados y reentrenados para que así tengan conocimiento, habilidades y competencias necesarias para abordar las complejidades. Por otra parte, se optimizan los procesos investigativos, potenciando la comunicación a través de instituciones estratégicas como la Fiscalía, y el robustecimiento de la base de datos para ordenar y estructurar circuitos de trabajo.
- ¿Esto incluye la incorporación de tecnología?
- La implementación de la estrategia establece la utilización de dispositivos que permitan enfrentar la sofisticación de algunos ilícitos. El uso correcto de las tecnologías va en directo beneficio a la investigación, facilitando el trabajo operativo y fortaleciendo las facultades entregadas a las policías, ya que ayuda en la obtención de los medios de prueba haciendo más efectiva la persecución penal. Lo anterior se complementa, con la recolección de información relevante que se obtiene gracias al análisis e inteligencia policial de los detectives, que es puesta a disposición de las diferentes brigadas especializadas. Esa información es actualizada constantemente para contribuir al desarrollo de las investigaciones.
- ¿Qué herramientas legales le permiten llevar a cabo esta metodología?
- La Agenda Corta Antidelincuencia que entró en vigencia en 2016 buscó facilitar la aplicación efectiva de las penas establecidas en los delitos de robos, hurto y receptación, para así mejorar su persecución penal. En ese delito, nosotros hacemos un esfuerzo por el resguardo del sitio del suceso, incorporamos técnicas especiales para la investigación y también la facultad de fiscalización que ya viene realizando Medbro.
-En el caso de Medbro ¿existe un grupo especializado en Chillán y cómo operan?
- En las ciudades con más de 100 mil habitantes existe un grupo Medbro, como es el caso de Chillán. Acá, un grupo de detectives de esta brigada especializada fiscalizan los bienes de las entidades formales e informales, tales como locales de compra y venta de metales, joyerías, comercio de electrodomésticos y línea blanca, ya que muchas veces las especies que han sido sustraídas en diversos delitos se ven comprometidas con el delito de receptación. En ese sentido, opera desincentivando el delito de receptación, y es una labor que además se desarrolla en las distintas comunas de la Región de Ñuble. Como máxima, se establece la metodología "inversa", que es investigar el robo a partir de las especies incautadas, identificar al legítimo dueño, y recabar antecedentes respecto al robo original; de esta forma, además, se logra desarticular organizaciones delictuales dedicadas al comercio ilegal de especies robadas.