Chile está viviendo una de las peores crisis institucionales de su Historia. El sistema neoliberal que le mostraba como ejemplo macroeconómico, mediante una eficaz red de medios de comunicación a su servicio, ha fracasado. El barniz que tapaba las vergüenzas de la desigualdad, ha desaparecido. Ha sido el sacudón de la masiva protesta popular.
Llegó la hora de efectuar los cambios profundos que nuestra sociedad necesita y reclama. Colocados sobre la mesa los problemas más acuciantes, recibidos los apoyos abrumadoramente mayoritarios, es necesario establecer las formas y caminos que nos conduzcan a la solución urgente de los problemas inmediatos y que abran los surcos donde se sembrará la nueva forma de desarrollo social, económico y político para nuestro país.
Hace una semana, señalé en estas mismas páginas que nos están faltando los liderazgos que identifiquen a los diversos sectores de la sociedad. Creo que ahora es imprescindible iniciar la marcha por los caminos del gran diálogo por la Patria.
Los ñublensinos nos destacamos por tener gran capacidad organizativa, enorme potencial creador, imaginación para desarrollar iniciativas y amplio margen de tolerancia para buscar consensos. Esos elementos van a ser muy necesarios a la hora de avanzar, porque somos una sociedad caleidoscópica, y no excluyente. Debemos sacar lo mejor para unir, para construir, para entendernos y alcanzar formas de vida más igualitarias, de progreso.
Hemos conseguido abrir una puerta para hacer una nueva Constitución. Una Carta Social elaborada entre todos. Un marco de convivencia amplio, generoso y que nos devuelva la esperanza de un mañana mejor.
En esa gran tarea debemos emplear nuestra inteligencia, nuestra visión de Estado y nuestra capacidad para entendernos. No se trata de una simple vuelta de tortilla, no se trata de dejar abajo a unos y arriba a otros. Se trata de convertir en inteligente nuestra convivencia. Se trata de echar las bases para que el crecimiento sea igualitario y justo, para que la vida en común avance segura y en paz.
En honor a los que han caído durante esta gran protesta nacional, en homenaje a quienes han sufrido heridas, malos tratos o detenciones injustas, debemos poner a disposición de todos nuestras capacidades y talentos, toda nuestra inteligencia, para alcanzar un nuevo sistema de convivencia, más justo, más equitativo, con igual de oportunidades. Así conseguiremos avanzar hacia una sociedad mejor.
Miguel Ángel San Martín Periodista.