El Metro como centro de operaciones de un estallido social
Señor director: El Metro de Santiago, la red de transporte más importante que cubre nuestra capital, representó el primer símbolo de un estallido social cuyo mayor revuelo se alcanzó el 18 de octubre pasado con la destrucción e intentos incendiarios de la mayoría de las estaciones y que, en consecuencia, abrió los flancos de desahogo más profundos de una ciudadanía insatisfecha por sus históricas demandas.
Si bien, la causa puntual fue el alza en la tarifa que generó la reacción de estudiantes secundarios con evasiones masivas del pasaje; lo que siguió después, fue un efecto expansivo de disturbios, marchas y protestas ya no en contra del costo del transporte, sino de una democracia en crisis bajo un sistema que no hace sentido a una mayoría de la población.
Ante esto nos cabe la pregunta: ¿por qué el Metro habrá sido el primer bastión atacado en esta revolución?
Cuando se interrumpe la red de transporte público, está demostrado que el impacto que sufren las metrópolis en cualquier parte del globo es realmente importante; en el caso de Santiago, el caos comenzó con el cierre de estaciones y luego con el ataque e incendio de varias de ellas en un hecho inédito en la historia de Metro.
Entre el 18 y 19 de octubre, más de un 50% del total de la red, resultó con daños, 18 estaciones incendiadas y 9 totalmente inutilizables. Luego de dos meses, ha habido un lento proceso de recuperación de las líneas férreas y de la mayoría de las estaciones, no obstante, el sistema aún no se ha rehabilitado del todo y lo que ha prevalecido es la irregularidad de un servicio que ya no tiene horarios fijos.
Un cambio extremadamente brusco para los usuarios. Por muchos años el Metro de Santiago fue símbolo de estabilidad y progreso, referente de transporte a nivel mundial, que perdió cierto prestigio con su adhesión al sistema interconectado del 'Transantiago', pero pese a ello fue ganando en rentabilidad social, beneficiando a las comunas más densas y de bajos recursos que realmente requerían del servicio.
Hoy el escenario es muy distinto, y más allá de los actos que provocaron el colapso del sistema, Metro denotó una evidente carencia de alternativas para suplir su funcionamiento en la ciudad. De hecho, se requieren condiciones que hoy no están, como áreas de estacionamientos de buses asociados a cada estación, para no interferir con el resto de la red vial.
En ciudades como Londres o Nueva York, es común ver estaciones cerradas o interrumpidas, ya sea por mantención o logísticas operacionales que requieren desconexión de la red. En estos casos se proveen buses de acercamiento que intentan recomponer en superficie la herida que ha dejado el Metro a nivel subterráneo o en viaducto.
Es ese el tipo de medidas que requiere nuestra ciudad con urgencia antes de pensar en cualquier proyección de nuevas estaciones o trazados de líneas que sin un conjunto de medidas que cautelen un mínimo funcionamiento, seguirán colapsando.
Francisco Azagra Académico Escuela de Arquitectura y Paisaje, U.Central
Universidad sin PSU
Señor director:El caso de Víctor Chanfreau, a quien se le ofreció un cupo en una universidad sin mediar la PSU, refleja la contradicción permanente que lleva consigo el discurso igualitario. La posibilidad de ingresar a la universidad Austral con cupo directo mientras un número importante de estudiantes no pudo rendirla, en parte debido a su injerencia como dirigente estudiantil llamando a boicotear el proceso, refleja la vieja trama de privilegios y desigualdades que se produce entre los que se dicen defensores del pueblo pero que no viven como ese pueblo ni asumen los costos de sus acciones en nombre del pueblo. La contradicción la refleja no el propio Chanfreau sino el académico que hace el ofrecimiento sin considerar que con ello está estableciendo un privilegio respecto a otros cientos de estudiantes que no pueden tener la dispensa de un cupo listo para llegar y entrar a una universidad. Lo peor es que ese bypass se produce, no porque Chanfreau sea un estudiante pobre o desfavorecido, sino porque se le considera un redentor social de élite. El privilegio se otorga por cuestiones ideológicas, por apellidos, por tradición, por pertenencia. Eres de los nuestros. En otras palabras, estamos ante otra forma de favoritismo entre gente como uno.
Jorge Gómez Arismendi
Hinchadas sin violencia
Señor director:Durante este fin de semana se jugó la liguilla por el ascenso a Primera División en el Estadio Nacional y si bien se hicieron presente varias hinchadas no hubo problemas relacionados a la violencia y a los boicot. ¿Era necesario haber suspendido el torneo de la Primera B y de paso someterse a la presión de los delincuentes?, creo que no. Quedó de manifiesto que el problema eran las barras bravas y las de provincia.
Andrés Parra