Helga Yufer Kowald (Concepción 1922 - Chillán 1989), escultora, ceramista y pintora. Realizó estudios con el chillanejo Antón Sepúlveda y con los artistas santiaguinos Marcos Bontá y Maruja Pinedo. Radicada en la ciudad de Chillán perteneció al Grupo Tanagra y se desarrolló como artista dejando valiosas y significativas obras en la ciudad, tres de las cuales estrechamente relacionadas a la historia de Chillán y muy conocidas por la ciudadanía como son: Monumento a los caídos en el Cementerio Municipal de Chillán, ubicada en medio de la fosa en que fueron sepultadas las miles de víctimas del 24 de enero de 1939, en el Tercer Patio del Cementerio Municipal; el Monumento al Bombero, ubicada en el hall del edificio del Cuerpo de Bomberos de Chillán y el Medallón con la efigie de Pedro Lagos, en la Plaza homónima. Otras obras suyas se pueden apreciar en el Cementerio de Chillán y en su propia tumba ubicada en el Patio Nº 1 del camposanto. También las hay, en los cementerios de Concepción y Tomé. En el año 1962, Helga Yufer fue reconocida por la Universidad de Chile, como una de las mujeres intelectuales en esa década. Sus cerámicas ubicaron lugares de privilegio mundial como: la Cámara de los Comunes en Inglaterra y en instituciones y casas particulares tanto en Chile como en el extranjero, en países como Brasil, Colombia, Estados Unidos Canadá. En vida recibió varios premios y reconocimientos en sus exposiciones individuales como colectivas. En el año 1973, fue reconocida en la ciudad de Chillán, con el Premio Municipal de Arte y Extensión, otorgado por la Ilustre Municipalidad. El mismo año fue premiada por el Grupo Tanagra, con el Premio de Honor por su trabajo artístico. El reciente galardonado Premio Municipal de Arte 2019, el profesor y pintor Sergio Vallejos, describía su obra pictórica de la siguiente forma, en un catálogo de su exposición de 1981, en el Salón Andrés Bello del Instituto Profesional de Chillán: "Poseedora de una gran sensibilidad plástica y dominio técnico, realiza sus obras con gracia y transparencia de color, con cierta tendencia a no insistir demasiado y el dejar las cosas como insinuadas, apoyándose en los efectos tenues, con gamas transparentes, en unos tonos líquidos y delgados. Tiende hacia el impresionismo. Sus obras llevan el sello de su personalidad, de la espontaneidad y búsqueda cromática, y de la luz con una grata armonía tonal. Su fuerte está en los temas con flores, es aquí donde muestra una pintura clara y alegre, que hacen recordar al gran pintor Pascual Gambino". Yufer destacó por sus obras de volumen, como fueron las cerámicas y sus esculturas, pero al recorrer los nombres de su obra pictórica podemos apreciar que estaban fuertemente inspirados en Ñuble, títulos como: Atacalco, Camino a San Carlos, Camino a Los Angeles así lo demuestran. Helga Yufer, merece el reconocimiento de Chillán y de la cofradía de artistas locales, por su obra, trayectoria y legado, el cual forma parte del patrimonio artístico de la ciudad.

Fueron cuatro días, apenas cuatro días, pero dio gusto ver el interés de Chillán y de la región entera por el cine nacional durante el Festival de Cine Ñuble. Esas mismas películas que han sido tildadas de poco atractivas, muy groseras o abiertamente fomes, ahora impactaron al público que se acercó hasta el Teatro Municipal de Chillán en las funciones en distintos horarios, o bien en aquéllas que se realizaron en espacios abiertos de distintas comunas de Ñuble como Yungay, Ninhue, San Carlos y Chillán.

Sin lugar a dudas, la presencia del internacionalmente reconocido Sebastián Lelio fue un gancho especial en esta segunda versión de la competencia. Escuchar sus experiencias, sus recuerdos de Chillán durante su adolescencia o los desafíos internos que ha supuesto el rodaje de grandes producciones, acercó a este director al público común y corriente.

El Festival de Cine Ñuble está recién empezando, pero a todas luces va bien encaminado. En 2019 tuvo su primera experiencia, en una sala más pequeña, menos difusión, pero el mismo tonelaje de artistas que acompañaron las calurosas jornadas de Chillán. Si acaso incidió en su continuidad la presencia de la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en la nueva región, bienvenido sea. Parece importante una oferta cultural atractiva y variada en este territorio reconocido por su ruralidad y los antiguos talentos nacidos en Chillán y sus alrededores.

Hubo aspectos negativos también y es bueno mencionarlos para mejorarlos en siguientes oportunidades. La impuntualidad en el inicio de cada función fue una falta de respeto para aquellos cinéfilos que se acercaron a horas específicas, a ver tal o cual película. Adquiere mayor relevancia todavía, si el cumplimiento de horarios caracterizaba al renovado Teatro Municipal desde su reapertura en 2016. Por otra parte, tanto el contenido de los filmes como la presentación de sus directores incitaron a la manifestación de los presentes a favor o en contra del gobierno. Cuidado ahí. La libre expresión no debe sobrepasar la línea de respeto que todas las personas merecen. En la misma sala hay espacio para aquellos que sólo querían ver la película, aquellos que buscaban reencantarse con el cine chileno, los que no tenían más que hacer y se enteraron de este panorama, los que visitaron Chillán en sus vacaciones y encontraron en el Teatro Municipal el único sitio donde soportar el calor, y los que esperaban hace tiempo este evento para continuar expresando su descontento a través del estallido social. Conmueve la presencia de destacados actores y directores en esta actividad. Así como otros eventos adquieren similar envergadura a lo largo del año, a la vuelta de la esquina este Festival de Cine Ñuble se convertirá en una nueva plataforma para realizadores nacionales. Sobre todo, si la exhibición de sus películas se mantiene en salas de Chillán, que complementan las carteleras comerciales con el cine foro. Merece una mención especial la participación del público como jurado en la calificación de cortometrajes y largometrajes. También el desarrollo de laboratorios durante este festival, que sin lugar a dudas, arrojará nuevas promesas del arte audiovisual en Ñuble.

Y como pronunció cada día el equipo organizador que encabezó el director sancarlino Tomás Alzamora, ¡larga vida al Festival de Cine Ñuble!

Catalina Garcés Rondanelli Periodista

La Federación de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS en inglés) publicó durante la jornada de ayer su habitual ránking anual de campeonatos a nivel mundial y al igual que en el 2019, el torneo chileno ocupa el último a nivel Conmebol. El Campeonato Nacional figura en el lugar 53 y si bien subió 14 lugares respecto a la última actualización, se mantiene como el peor considerado del continente. El bajo rendimiento de sus equipos a nivel continental habría condicionado al certamen nacional.

Sin embargo, hay que tomar dicha posición como un todo ya que el campeonato no es malo solamente por el bajo rendimiento deportiva, ya que la ANFP tiene mucho que decir en cuanto a su organización y como tal debe hacer su propio mea culpa.

Un ejemplo de ellos es lo que ocurre actualmente en la Primera B. Durante la jornada de hoy Ñublense y otros clubes del campeonato de la Primera B serán citados para buscar una solución ante el reclamo de San Felipe, aludiendo a que estos equipos utilizaron jugadores que por reglamento que no podían participar en la liguilla, tema que quedó autorizado en una reunión antes que se jugara el mini torneo. Además, Unión Española no se presentó a jugar la semifinal de Copa Chile y Wanderers subió a Primera División por secretaria.

Con respecto a la liguilla cabe recordar que el torneo de la Primera B se había dado por cerrado, producto de las manifestaciones por el estallido social, los jugadores fueron finiquitados y de la nada la ANFP reculó parte de sus decisiones. Además, en la liguilla participaron ocho equipos y no cuatro como era inicialmente.

En el caso de la Primera A no hubo descenso, a lo que se suma que la forma de clasificación a torneos internacionales no es justo para todos.

En lo netamente deportivo, en el campeonato juegan elementos de edad avanzada que no elevan el nivel y llegan extranjeros de dudosa calidad.

Distinto es lo que ocurrió con la generación dorada que objetivamente ya va en picada. Cada uno de ellos juega en ligas competitivas y estructuradas de tal forma que su calidad se eleva.

No se puede omitir al Sindicato de Futbolistas Profesionales que siempre pone trabas para el arranque de los campeonatos y que en poco aportan a elevar el nivel de la liga más discreta de Sudamérica.