Según cifras del Ministerio de Salud, una de cada diez muertes en Chile es atribuible al consumo de alcohol. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que Chile es el país latinoamericano con los índices de ingesta per cápita de bebidas alcohólicas más elevados. Existe un consumo anual de 9,6 litros de alcohol puro por persona. Si bien los hombres son mayores consumidores, con 13,9 litros al año, las mujeres han avanzado rápidamente, para llegar a 5,5 litros. Triste récord el de nuestro país, con cifras bastante superiores al promedio mundial de 6,2 litros de alcohol puro per cápita.

Las imágenes de botellas y latas esparcidas en espacios públicos de nuestra Región, especialmente después de fines de semana, se han terminado por convertir en un tema recurrente de denuncia vecinal. Parece muy lamentable la forma de divertirse, en especial cuando se trata de algunos jóvenes. El alcohol junto al tabaco, son consideradas drogas que han ganado espacios importantes entre los adolescentes, situación que, por cierto, inquieta a los establecimientos educacionales y a las propias familias.

El inicio en su consumo no solo preocupa, sino que debería motivar a que la sociedad ponga especial atención a estos fenómenos. Y es que a pesar de los impuestos en el caso del tabaco, por ejemplo, hoy sigue siendo frecuente observar a escolares fumando en espacios públicos. Y si se trata de la bebida, no solo los espacios públicos evidencian el consumo irresponsable y la poca fiscalización, sino que también el comportamiento en grupos, cada vez de más corta edad, da cuenta de la participación que tiene el consumo de alcohol. Se trata de una escalada que preocupa a la sociedad en general. Y es que aún con mayores restricciones, el acceso de jóvenes y menores a las bebidas alcohólicas no disminuye. No se trata solo de una tarea del Estado, sino que de un problema que deben atender y en especial, anticipar las familias.

Sabemos que la ciudadanía está demandando cambios sustanciales en diversas materias, y la salud, por supuesto, no es ajeno a ello. Por eso, el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera, junto con la creación de un plan regional para formar cien especialistas, poner en marcha la construcción del tan ansiado Hospital de Ñuble y ejecutar otros proyectos que están fortaleciendo la atención primaria en diversas comunas, ha presentado al Congreso el proyecto de Mejor Fonasa, la principal reforma a esa institución en muchos años, enmarcada en la Agenda Social impulsada por el Ejecutivo. Ello, con una clara proyección de gran impacto positivo en la clase media. Este proyecto hará más fácil el acceso a las atenciones de salud, estableciendo plazos máximos de espera para todas las atenciones, un punto sensible y que está siendo abordado para que esté garantizada la atención sin esperas prolongadas. Fonasa operará como un Seguro Público garantizando que sus beneficiarios accedan al Plan de Salud Universal, estableciendo un sistema de protección financiera a través de una cobertura mínima de 80% en el Plan de Salud Universal, del nuevo Seguro de Medicamentos y del Seguro Catastrófico de Fonasa, reduciendo el gasto de bolsillo de las familias. La propuesta legal pretende que los 14,5 millones de beneficiarios de Fonasa en Chile, accedan a una atención de salud oportuna, de calidad y con cobertura financiera. En nuestra región, esta política pública de salud beneficiará a 453 mil usuarios de Fonasa. Tenemos confianza en que el Parlamento agilizará la tramitación y esperamos que prime la transversalidad a la hora de apoyar este proyecto que solo tiene consecuencias positivas en las atenciones de nuestra población. En este Plan Universal de Salud, están considerado el examen de medicina preventiva y el manejo de enfermedades crónicas, hospitalización, atención de urgencia, maternidad y cuidado del recién nacido, medicamentos e insumos hospitalarios y medicamentos ambulatorios, rehabilitación, exámenes de laboratorio y rayos, cuidados paliativos, servicios de Pediatría, enfermedades AUGE y otros beneficios que se establezcan en leyes especiales. Se establecen tiempos máximos de atención para cirugías y consultas de especialistas de enfermedades no cubiertas por el Auge, lo que es muy trascendental porque recordemos que actualmente solamente las 85 patologías del AUGE tienen máximos de espera para atención. También, si un recinto hospitalario no puede responder a un usuario con los plazos establecidos, será Fonasa el encargado de hacer la derivación respectiva, dentro de su red de prestadores, para cumplir con el compromiso.

En ese sentido, lo hemos enfatizado, la red pública será la prioritaria, y luego los hospitales institucionales, hospitales universitarios, instituciones sin fines de lucro y privados. En las derivaciones, las instituciones que integren la red no podrán cobrar más que lo que se pagaría en el sistema público, que es justamente una de las principales dudas que nos hacen las personas. Como se puede apreciar, son cambios sustantivos que avanzan en el camino correcto hacia una mejoría de las prestaciones y calidad de la atención.

Marta Bravo

Seremi de Salud de Ñuble

Las vacaciones pertenecen a lo que llamamos ocio y descanso, es tiempo de gratuidad. Su primer fruto es que nos renuevan. Es una actividad recreativa en su sentido más verdadero, nos "hacen de nuevo", somos "re- creados". La manera de hacerlas, con juegos, salidas, lecturas, deportes, viajes, etc. dependen de cada persona y de su entorno familiar. Sin embargo, las vacaciones suelen traer problemas y tensiones.

Para más de alguien solo pensar en vacaciones es sinónimo de estrés. Ya sea por la preparación, por temas económicos, no lograr los acompañantes deseados o, simplemente, porque no se está convencido de que vale la pena hacerlo. Como el descanso es una dimensión humana, se conecta con todas las otras dimensiones del ser humano. Si se hace, se podrá crecer en sabiduría, demostrar el amor a los seres queridos, cultivar y acrecentar virtudes. Vacacionar es ante todo un tiempo diferente, el lugar ayuda pero no es lo más importante. En esto, también se da la primacía del tiempo sobre el espacio. Importa más el modo y la cantidad de tiempo que, los lugares elegidos o recorridos.

El primer paso es perder el escrúpulo para tomar vacaciones. La sociedad nos ha enseñado, de manera sutil, que solo nos concentremos en nosotros mismos, nos potencia en las iniciativas y emprendimientos individuales, anula las diferencias y nos hace olvidar que existen los demás. Así, estamos convencidos que no hay que perder tiempo, que lo útil es lo productivo y sin pudor algunos se enorgullecen de trabajar hasta en vacaciones. Eso es inhumano y deshumaniza. Por el contrario, es necesario recordar que los "otros" no son una amenaza y que hay gestos valiosos que engrandecen y que no necesitan dinero, no pertenecen a la dinámica de la producción sino a la gratuidad.

Las mejores vacaciones son las que cada uno necesita. No es bueno descansar imitando o comparándose con los demás. Las expectativas tienen que ubicarse en el horizonte de la vida de cada uno, no de las modas ni de lo que hacen otros. De lo contrario, el efecto será quedar cansado y estresado.

Al mismo tiempo, en vacaciones tenemos que tener presente a los demás. Así comienza un buen descanso. Normalmente, se sale y se está en lugares que nos obligan a interactuar con otros. Si pudiéramos tener una consigna en vacaciones que sea la alegría, no dejarse abatir por imprevistos ni ser un problema para los demás. Por lo mismo, y a propósito de la vida cotidiana, el Papa Francisco citó un texto de la Sagrada Escritura que dice, dentro de tus posibilidades: "trátate bien" y "no te prives de pasar un buen día" (EG 4). Con mayor razón esto vale para las vacaciones.

Luis Flores Sacerdote diocesano