Selección o integración
Señor Director:Sin lugar a dudas, la última PSU marcó un precedente para futuros protocolos institucionales que aseguren una rendición óptima sea cual sea el mecanismo de selección universitaria. Según consignó La Tercera, la última vez que se vivió algo parecido fue en 1969. El año en que se filtró la prueba, hubo detenidos, se reagendó la PAA y se tomaron medidas para que no volviese a ocurrir un hecho similar. Desgraciadamente, hoy solo tenemos la certeza de que habrán manifestaciones e intentos de boicotear nuevamente la PSU. Pero, ¿es la violencia un medio válido para solucionar la desigualdad en educación? Por supuesto que no.
Primero que todo, es necesario que los tres poderes del Estado, junto con las entidades que les competa y los medios de comunicación, den una solución para evitar que grupos minoritarios se impongan por medio de la violencia.
Las decisiones de la ACES no son ampliamente validadas por todos los inscritos de esta edición de la prueba. De hecho, hay solo 86 alumnos imposibilitados de rendirla este año por adherir al llamado de la ACES, que equivale a un irrisorio 0,02% de los inscritos.
Sin embargo, definitivamente el camino para generar los cambios que nuestro país necesita son el diálogo y los grandes acuerdos. Valoro el esfuerzo de los rectores del Cruch en analizar una convocatoria de admisión especial enfocada en las ciencias sociales sujetas a la voluntad de cada universidad.
En esa misma línea, creemos importante que las universidades se abran a esa posibilidad ya que muchos han sido muy afectados por la cancelación de la prueba de Historia, así creamos puentes y damos más oportunidades a nuestra juventud. Esta medida podría guiarnos a un camino más inclusivo y menos segregador, integremos no separemos.
Ricardo Tuane Fundador Unidos por Chile.
Esto es muy grave para estabilidad democrática del país
Señor Director:La situación del Intendente del Intendente de Santiago, Felipe Guevara, a lo menos debe llamar seriamente la atención de la ciudadanía y especialmente de los medios de comunicación, a saber,el hecho de quedar con su cargo suspendido y ad-portas de ser destituido, pués si eso sucede, se comprueba su culpabilidad respecto de la vulneración de los derechos humanos y la libertad de las personas a reunirse, deja en evidencia que quienes están sobre el, en el campo del mandato y de las responsabilidades... queda en evidencia que se abre un campo de acusación , entonces, en torno al ministro y subsecretario del interior y del Presidente de la República.Lo anterior, por la lógica de la cadena de mando.
Pero además, una vez más, la imagen de los carabineros, queda una vez más, como cuerpo e institución, muy a mal traer.
Juan Luis Castillo Moraga.
Nuevos y viejos temas
Señor Director:Los sucesos de fines de 2019, el llamado estallido social, han abierto "nuevos" temas en la agenda pública como la desigualdad, la educación, la salud, entre muchos otros. Los actos violentos estremecieron los cimientos de la discusión política de un país habituado a la institucionalidad como Chile. Sin embargo, en medio de este debate conviene recordar la experiencia histórica de la Alianza para el Progreso.
A comienzos de los sesenta, el presidente John Kennedy de Estados Unidos propuso la Alianza para el Progreso en América Latina como un programa de reformas económicas y sociales, que contribuiría a disminuir la pobreza y la desigualdad en la región. Igualmente, la Alianza fue una respuesta al impacto político e ideológico de la Revolución cubana en el continente.
En poco tiempo, la Alianza fue critica por considerarla demasiado ambiciosa en sus objetivos, y fue señalada como un fracaso por la izquierda latinoamericana, que promovía guerrillas para tomar el poder en la región. No obstante, la Alianza para el Progreso contribuyó a impulsar proyectos graduales de reformas agraria y sociales durante las administraciones de Jorge Alessandri y Eduardo Frei, especialmente el sexenio de este último, que evitaron niveles de violencia guerrillera como ocurrió en otros países de América Latina.
El paso de las décadas y la coyuntura actual han vuelto abrir temas en los que la historia puede aportar otras visiones y experiencias. La Alianza para el Progreso fue un esfuerzo importante en Chile y la región, cuyos logros y alcances ameritan repensarse.
Froilán Ramos Rodríguez Historiador y académico Facultad de Comunicación Historia y Ciencias Sociales UCSC