Prestar Ropa, es una frase arraigada en el vocabulario chilensis que quiere decir, otorgar a quien no tiene, apañar o sostener.
Germán Carrasco es poeta, así, sin más adornos que proporcionarle, porque la poesía no tiene apellidos ni aproximaciones, la poesía es, sosteniéndose en sí misma. En este libro (Editorial Lumen 2019- 178 páginas) sin embargo, encontramos una beta distinta de Carrasco, que ya exploraba en "A mano alzada" (2013) y en The Clínic. Sin ausentarse del verdadero propósito que contiene su existencia: la literatura. Prestar ropa es una compilación de crónicas rescatadas y otras inéditas, que van desafiando al lector a transitar por diferentes veredas (sus veredas).
Las crónicas se van componiendo como una sinfonía, de distintos hechos en la vida de Carrasco, momentos divertidos con su hijo, hallazgos que sobrepasan su curiosidad, como encontrar un auto aparcado en un estacionamiento desde hace veinte años. A su vez proporciona una potente guía de lectura, ya que todo su contenido viene enriquecido por una bien manejada intertextualidad, esto es una cualidad importante en un escritor que, como indica Enrique Vila- Matas; una buena obra debe estar compuesta por elementos esenciales como: la intertextualidad, conexiones con la alta poesía; conciencia de un paisaje moral en ruinas; ligera superioridad del estilo sobre la trama; la escritura vista como un reloj que avanza. Germán logra todo esto y más, haciendo un extenso análisis del mundo que lo rodea y que muchas veces lo comprime, como por ejemplo en una de las preguntas que se formula: ¿Quién puede vivir sin Clonazepam? Naturalmente que pocos, en un país con las más altas tasas de suicidios y depresión, en donde las benzodiacepinas se venden como pan caliente y se consumen como chubis. Otro de los tópicos en estas crónicas es la precariedad en donde aparece como guaripola de ésta, Alfonso Alcalde, y no podía ser de otra forma, si junto a las carencias y el abandono, la muerte es lo único que queda para poder soñar, y eso, bien lo supo el poeta.
Otra de Carrasco es revelar el modus operandi ya naturalizado en Chile que es El acto policial: esa cosa de prohibir todo, propia de un país de guardias, conserjes y secretarias recepcionistas que disfrutan negando, que dicen con una sonrisa "se cayó el sistema" o lo envían a uno a la puerta x del pasillo del infierno para resolver un problema.
Finalmente, la contingencia social y política se toma la última parte del libro, donde no aparecen personajes relevantes, ni nombres, ya que el movimiento social comenzó como una masa sin rostro, acéfala, pero bien organizada en las marchas que se vienen replicando desde octubre de 2019. Muchos de los textos recopilados en este libro tienen que ver con la antesala del estallido, tal vez con los motivos que lo detonaron.
Laura Daza
Editora independiente.