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En Twitter: #tsunami

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En estos tiempos de división en chile, nada nos había unido tanto como el odio a #AdamLevin #Maroon5 el divo ql sin gracia.

@RomiLaura1207

A los q verán hoy a #AdamLevin vayan tranquilos. El tipo estaba enfurecido porq el ex manager a estas alturas Cara de loco, firmó un mal contrato. Los he visto en vivo y valen la pena. Están comenzando la gira,es entendible q te moleste q se televise el show. #Maroon5 NO es pal Festivals!

En el TVN están diciendo que #Maroon5 dejaron las gaviotas en el camarín, pero lo peor, fue en el tarro de la basura.

@ampharillos

Entiendo que haya ido engañado por su manager pero es no es excusa para los insultos sin motivo hacia la ciudad, esta bien que el festival sea fome vendido, etc, Pero si vas a hacer un show, minimo completalo bien, para algo es un "profesional" si le pagaron igu

Si #AdamLevin esperaba que el Festival de Viña, sea un Festival como Lollapalooza etc es culpa del Manager q no le dijo q un mix TV Show.

@Mackarena007

Ale

@Gabeegaba

Correo

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Transporte escolar

La tragedia que afectó a Borja López, menor de tres años que en 2010 murió a bordo de un transporte escolar en la comuna de Huechuraba tras ser olvidado por el conductor a cargo, evidenció la necesidad de que padres y apoderados cuenten con información necesaria a la hora de contratar este tipo de servicios, ya que a estos confiaran el traslado de sus hijos al colegio.

Entre los puntos a tener en cuenta es recomendable contratar un servicio inscrito en el Registro Nacional de Transporte Escolar y cerciorarse que posea Seguro Obligatorio de Accidentes Personales (SOAP), además de contar con la revisión técnica vigente, luz estroboscopia o huincha retro reflectante en los costados. A estos requisitos se suma la necesidad de que el transporte contratado debe portar un letrero en el techo de forma triangular y color amarillo con la palabra "escolares" impresa en color negro y, obviamente, cinturones de seguridad para los escolares, si es que el furgón es del 2007 o superior.

Por otra parte, también es importante que padres y apoderados, se cercioren que el conductor cuente con licencia que lo habilite para transportar escolares, porte una tarjeta con su foto y nombre en lugar visible dentro del vehículo y que en todo momento respete la capacidad máxima de pasajeros indicada en el certificado de revisión técnica. El número de pasajeros debe ir destacado en el interior del vehículo y trabajar acompañado de otro adulto si es que transporta más de 5 niños de nivel prebásico. En suma, requisitos que pueden hacer la diferencia cuando se trata de la seguridad de quienes debemos proteger y de quienes a diario transitan por las calles de nuestras ciudades.

José Antonio Llanos Pizarro, Universidad Andrés Bello


¿Qué nos debe preocupar a los chilenos?

Una situación que debe preocupar más que la misma violencia, es la ambigüedad de algunos partidos de oposición por repudiar la violencia al punto de no solo tolerarla sino también de alentarla con la simple excusa de que lo ha hecho de la primera línea. Dónde saquear, incendiar y destruir -y para qué decir agredir, funar, insultar o cubrirse el rostro- se ha naturalizado como la esencia de una forma de protesta social legítima.

Y es que ciertamente, la democracia no solo se ejerce cada vez que hay que dejar un papelito en la caja. Esa es solo una parte. Sin embargo, dedicarse a contemplar la conducta violenta mientras ella se despliega cotidianamente o, lo que es peor, dedicarse a imaginar argumentos para no condenarla es una forma de eludir una vida plenamente democrática.

Porque seamos claros, quienes propician el saqueo, el vandalismo, la destrucción de la propiedad pública o privada, llámense anarquistas, narcos, lumpen, barras bravas o delincuencia común no tienen ningún interés en llevar adelante cambios a la agenda social o cambiar la Constitución, no les interesan las personas ni menos mejorar la sociedad en que vivimos.

Y es que, si los chilenos queremos más democracia y más beneficios porque Chile cambió, estamos llamados a construir un futuro sin distinción, un Chile consensuado, donde más allá de las diferencias de opinión, jamás ejecutaremos la violencia en contra de quienes tienen posturas opuestas. Porque vivimos en democracia y queremos seguir construyendo un país que, próximo a cumplirse 30 años desde el gobierno de transición, se ha fortalecido, de eso no hay duda.

Pilar Riesco V.


Confianza y educación

La desconfianza que hoy vivimos puede llegar a convertirse en una gran herida social, con varias capas de profundidad, cuando unos a otros llevamos tiempo mirándonos de reojo y atemorizados vemos posibles enemigos en cada vuelta de esquina.

Resulta muy difícil en una cultura de la sospecha y del prejuicio que restauremos los lazos de confianza que se han ido perdiendo, en las instituciones, en la clase política, en las autoridades, en fin, en todo lo que implique delegar y descansar en el otro; así la cohesión social se vuelve resquebradiza y vulnerable.

¿Por qué pensar que este tema debiera incomodarnos? Porque la confianza constituye parte importante del hábitat humano, el tejido social necesita de la incondicionalidad y la gratuidad, porque ella es la que genera lazos personales firmes y arraigados.

La familia y la escuela son el lugar privilegiado para formar la capacidad de generar vínculos significativos y estables; de formar la coherencia de la actuación ética y esa condición futuriza de las personas que se juega en la capacidad de prometer de un ser humano, capacidad que se adelanta al futuro y asocia con él.

Como país nos prometen unos y otros, y es dudoso que se pueda prometer futuro cuando los que prometen van siendo zarandeados por los vientos de la ocasión. Hacer de nuestros niños y jóvenes personas de palabra cumplida es un desafío incuestionable, porque prometer es una acción soberana, pero también una acción que si no la educamos corre serios riesgos; así lo expresa Chesterton: "El hombre que hace una promesa se cita consigo mismo en algún lugar y tiempo, el peligro que esto conlleva es que no asista a la cita".

Solange Favereau, Universidad de los Andes