Práxedes Caro Antigüeno (Quinchamalí 1915 - Quinchamalí, 1994), ceramista reconocida, como una de las precursoras del imaginario nacional de la cerámica negra de Quinchamalí. Hija de Petrona Antigüeno y madre de tres hijos: José, Inés y Manuel de los cuales, Inés continuó con su ancestral trabajo en greda. Práxedes Caro, en vida obtuvo el Primer Premio en alfarería en el año 1953, en el Salón Nº XXIII del Grupo Tanagra en Chillán, con unas piezas artísticas de caballos con huasos y chinas.
Fuimos a conversar con el historiador Adolfo Márquez Esparza, quien conoció y compartió una amistad de un par de décadas con la alfarera, para consultarle sobre el valor que él le asigna a esta ceramista en la construcción del imaginario y la visualidad quinchamalina que ha trascendido al imaginario nacional, traspasando las fronteras del país desde el siglo XX hasta hoy. Márquez nos señaló sobre ella: "El valor de Práxedes Caro radica, a mi juicio, en que ella llevó el arte popular de Quinchamalí a escenarios nacionales, como la Exposición del Parque Forestal de Santiago en el año 1959, mostrando sus hermosos caballos y guitarreras, piezas con sello propio. Lo segundo, es que ella formó a otras ceramistas y transmitió sus aprendizajes, siendo generosa siempre con el conocimiento. Pude observar, gente joven que se acercaba a ella para aprender. Además, Práxedes nunca fue esquiva con una fotografía, la conversación o los saberes vernáculos. Siempre daba respuestas con un dejo de picardía y nostalgia".
En los años cincuenta, fue el artista Nemesio Antúnez, quien le señaló a Caro, el valor de su trabajo y quien le aconsejó que firmara sus piezas. Antúnez, plasmó en unas litografías las piezas de Quinchamalí, además de construir un mural y un mosaico, en una galería de Santiago, inspirado en el trabajo artístico de las alfareras de Ñuble. Esa visualidad quinchamalina apoyó este oficio y colaboró a identificarlo. Paralelamente, el folclorólogo chillanejo, Tomás Lago, se puso a la tarea de formar un Museo de Arte Popular Americano en Santiago, hasta allí trasladó una colección de cerámica de Quinchamalí que permanece hasta hoy, dejando además, plasmado en escritos parte de sus investigaciones sobre el tema y sus conversaciones con Práxedes Caro. Por su parte, el franciscano poeta, Fray Ramón Angel Jara plasmaba en unos versos el nombre de la ceramista: "Las mejores del país, / que habilidad en sus manos / "de mi madre lo aprendí", dice ña Práxedes Caro". También Pablo Neruda la valoró, en su libro, Para nacer he nacido, señalando: "Que me perdone Marta Colvin, pero la mejor obra escultórica chilena que yo conozco es una "mona con guitarra", de greda, una de las tantas que se han hecho en el ombligo mundial de la cerámica: Quinchamalí…El único regalo que le hice a Picasso, fue un chanchito negro alcancía, juguete, aroma chillanejo, creación de la insigne locera Práxedes Caro".
Por lo señalado, colegimos que habrá que recopilar su trabajo y escribir sobre "la viejita linda", como la llama el historiador Márquez, porque Práxedes Caro fue una constructora de identidad del Chile mestizo, al cual ella representaba.