Correo
Constitución
Señor Director:Las Constituciones no solucionan los males de Chile. Enrique Mac-Iver en su célebre discurso, "Me parece que nos somos felices…" pronunciado desde las tribunas del Ateneo de Santiago el 1 de agosto de 1900, denunciaba que el país abría sus puertas al siglo XX con una profunda crisis moral, mucho más grave y delicada que la crisis económica de la cual todos hablan. "Se nota un malestar que no es de cierta clase de personas ni de ciertas regiones del país, sino de todo el país y de la generalidad de los que la habitan".
Ahora bien, han pasado 120 años con cambios y modificaciones Constitucionales y la profunda crisis moral sigue vigente y los malestares siguen siendo los mismos.
Queda claro, que el cambio de Constitución no va a solucionar los males, por el contrario los profundizaran por las enormes expectativas que se ponen sobre ella que no se van a cumplir y las frustraciones traerán agudos problemas sociales que llevaran a nuevas violencias. Y el ciclo de la historia sigue su curso.
Alfredo Schmidt Vivanco.
30 años de democracia
Señor Director:La próxima semana, el 11 de marzo entrante, se cumplen 30 años desde el retorno a la democracia en nuestro país. Un hecho no menor, puesto que Chile logró una transición ejemplar ante el escenario que enfrentaba en aquella época. Salvo los hechos de violencia inusitada de octubre del año pasado a la fecha, nos hemos logrado entender bajo las reglas del juego democrático. En consecuencia, es el momento para resaltar, reivindicar y defender un sistema político que permite la libre expresión de las diferentes visiones de sociedad y la solución de las problemáticas por medio del diálogo.
La Moneda debe ser enfática en hacer hincapié en los valores democráticos y tender puentes hacia quienes estén por su promoción. Los que han relativizado a la democracia y han validado a sus detractores en las calles, deben ser aislados por los demócratas de lado y lado.
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José Luis Trevia.
¿Delitos de falda y cartera?
Señor Director:Desde hace un par de años que no es sorpresa escuchar a los chilenos pidiendo penas de cárcel para quienes cometan los denominados delitos de cuello y corbata, ¿esto no es extraño? A mi parecer, esta frase tiene un gran sesgo machista. ¿Será que no hay delitos de falda y cartera? ¿o será que quienes cometen estos delitos son mayoritariamente hombres? La respuesta clara es que los directorios de las empresas a nivel nacional cuentan con un bajo porcentaje de participación femenina.
En el último reporte de Medición de Indicadores, de la Comisión del Mercado Financiero (CMF), de 2019, emitido por el Comité de Género, se reportó que el indicador de la participación de mujeres en los directorios, ascendió a un 8,6%, menor al del año anterior que fue un 8,8%.
Durante mi vida profesional he sido director de empresas de distintos tamaños y diferente industrias y, como consultor, he tenido la posibilidad de asesorar directorios y en la gran mayoría las mujeres directoras estaban ausentes o eran una inmensa minoría. Lo anterior me ha permitido constatar que cuando hay mujeres presentes en las mesas directivas estas mesas funcionan mucho mejor. Las mujeres aportan, comúnmente, visiones distintas a los hombres. Son además muy rigurosas al momento de prepararse para una sesión de directorio, cosa que no siempre ocurre con los hombres.
El trabajo que se debe hacer no es fácil y debe comenzar por producir un cambio en la mentalidad empresarial de Chile para llegar a ser una sociedad más inclusiva, que permita el desarrollo laboral de las mujeres al mismo nivel de los hombres.
Debo decir que soy contrario a quienes piden reformas que obliguen a que exista una paridad de mujeres en directorios, por ley. Más bien creo que el mercado debe ir empujado a que las empresas cambien sus prácticas de Gobierno Corporativo, simplemente porque no es sustentable una empresa que cree que sólo se puede gobernar por hombres. Esa empresa vale menos, así de simple.
Juan Carlos Hayes.