Fuerza Aérea de Chile: 90 años al servicio del país
Hace 90 años el Comodoro Arturo Merino Benítez, artífice de las políticas aeronáuticas del país, visualizó la importancia de unir a Chile por los caminos del aire y llevar el progreso de la Patria a los lugares más apartados y lejanos del territorio nacional.
Bajo esta premisa fue creada la Fuerza Aérea, una Institución eficiente, reconocida y respetada por todos nuestros conciudadanos a lo largo de su historia.
Somos una Institución que le pertenece a todos los chilenos y chilenas, integrada por aviadores militares con un profundo compromiso y convicción de servicio público, que vela por la protección de la soberanía nacional, el desarrollo y el bienestar del país y sus habitantes.
Los aviadores militares somos legítimos amantes de la Patria, al igual como las generaciones que nos precedieron y legaron esta Institución permanente del Estado, por lo tanto seguiremos colaborando con nuestro medios polivalentes en cada una de las adversidades que deba enfrentar el país, como lo es hoy la crisis sanitaria debido a la expansión del COVID-19.
El país es testigo de la rica y próspera historia institucional durante estos 90 años, plagada de grandes hitos y proezas aeronáuticas, de hombres valientes y visionarios como el Comodoro Arturo Merino Benítez, quienes han construido los Caminos del Aire del país, a fin de proteger los cielos de la Patria y contribuir al crecimiento de un Chile cada día más grande.
General del Aire Arturo Merino Núñez, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile
Me cuido, te cuidas… nos cuidamos
Nunca cobró tal importancia conjugar una intención que nace en mi persona, considera un tercero e impacta en mi entorno.
No hay margen para el egoísmo, la mezquindad o el desencanto.
Egoísmo que me impida reconocer que mi acción afecta a los demás, mezquindad que diga que soy incapaz de regalar un gesto tan pequeño como no transitar en espacios públicos; desencanto cuando confirmo que la última oportunidad que tenemos como humanidad para ser artífices de nuestro propio bienestar la desaprovechamos y por tanto no hay vuelta atrás.
Lo social dejó de ser importante, la política no está en condiciones de aportar, lo económico por ahora no es relevante por tanto solo resta que entre todos construyamos la posibilidad de vivir.
Gracias a todos quienes están por la protección, gracias por todos aquellos que se esfuerzan por evitar que esto aumente día a día, gracias a todos aquellos que tratan y tratarán de sostener sus servicios de utilidad y apoyo a los más afectados.
Cuando los médicos proponen medidas extremas, cuando pensamos en cerrar la ciudad, cuando tenemos compatriotas que no pueden volver a su país y cuando definitivamente acuñamos el concepto de catástrofe, significa que ya nada es igual.
Evitemos que sea él, ellos o vosotros quienes actúen, es tiempo que yo, tu y nosotros decidamos permanecer en casa y no salir.
Que Dios proteja a Chile y sus habitantes.
Carlos Millar Ettori
Tecnología para el teletrabajo
Como consecuencia de la pandemia mundial de Covid-19 y su incrementada propagación en Chile, el teletrabajo ha pasado de ser una opción más para convertirse en una necesidad. Ya con la suspensión de las clases en todos los colegios y, con el rápido paso a fase 4, son muchas las empresas que están dando a sus colaboradores la posibilidad de desempeñar sus funciones desde el hogar, con el objeto de protegerlos y evitar que se expongan.
Si bien una parte importante de la población chilena tuvo la opción de trabajar de forma remota durante las semanas más álgidas del estallido social a fines del año pasado, ahora nos enfrentamos al mayor experimento de teletrabajo de la historia, en el que la tecnología y la conectividad cumplen un papel esencial.
Además de disponer de un equipo adecuado que permita a los trabajadores llevar a cabo sus funciones desde cualquier lugar, es necesario entrenarlos para que puedan continuar trabajando sin poner en riesgo su salud.
La tecnología debe estar a la vanguardia en situaciones adversas como ésta y solo si la aprovechamos correcta y conscientemente podremos reafirmar los beneficios que aporta esta nueva forma de trabajar.
Ariela Mendel