Los artistas, especialmente los que se desempeñan en regiones, con todos los esfuerzos y contratiempos que su actividad implica, son personas que, como pocas, encuentran sus fundamentos en la vocación, en un profundo compromiso por crear, aunque muchas veces la respuesta del resto de la comunidad no resulte ni medianamente satisfactoria.

Para dedicarse al arte y la cultura se requiere un temperamento especial, un alma con mucho de quijotesca, que intentará salir adelante por grandes y poderosos que resulten los molinos que se atraviesan en el camino.

Hoy los creadores están en un momento aún más complicado. La imposibilidad de reunirse con nsus públicos los ha puesto en jaque. Por las razones conocidas, no hay presentaciones, muestras, actuaciones, recitales, exposiciones, performances, tocatas, festivales o como quiera que se les llame. Y eso tiene un costo. Un costo grande, como ocurre con otros trabajadores que han quedado de brazos cruzados mientras dure la emergencia. Resulta fácil decirlo, pero para quien está directamente afectado es un asunto vital, otra amenaza, como si no bastara con el coronavirus.

Chillán se caracteriza por tener una intensidad cultural de la que puede estar orgulloso. Siempre hay en marcha alguna actividad o un número diverso de ellas, que aglutinan esfuerzos de muchas personas e instituciones.

Hoy, sin embargo, se encuentra en un receso forzoso que ha dejado a sus cultores prácticamente sin recursos y en medio de una dolorosa incertidumbre, la misma que tiene secuestrada a toda la humanidad, con las agravantes ya señaladas.

Por eso es importante que la comunidad se acerque a ellos de manera virtual, que se informe de las presentaciones que realizan a través de internet y que en la medida de lo posible haga su aporte a las campañas financieras. El arte nos ayuda a vivir mejor. No hay que olvidarlo.

Lo que debió ser un fin de semana de reflexión y reunión familiar dada la contingencia que estamos viviendo producto de la crisis sanitaria Covid-19, se ha transformado nuevamente, en decepción, falta de respeto, ética y educación de nosotros como ciudadanos hacia las normas y autoridades que nos representan. Lo anterior nos muestra en forma real nuestro propio comportamiento frente a la crisis que nos embarga.

Que duda cabe que la actual es la peor crisis desde por lo menos la II Guerra Mundial, en donde se a puesto en jaque no solo los sistemas de salud, sino además, ha puesto de cabeza a países completos que buscan mediante medidas extraordinarias salvaguardar vidas y la economía de sus países frente a una inminente recesión.

Pareciera ser una tormenta perfecta, sin embargo, es la realidad que todos hoy debemos asumir, tales como nuestra responsabilidad respecto de nuestras acciones y como estas afectan a los demás, ya que de nuestro comportamiento dependen las vidas de nuestros entornos mas cercanos, sin embargo, pareciera ser que algunos aún no lo han entendido.

Todo lo anterior, nos muestra como personas abusan del poder que tienen y se sienten privilegiados inclusive para trasgredir una norma que indica no salir de las áreas con restricción. Según entiendo, todos los ciudadanos somos iguales ante la ley. Es decir, con los mismos derechos y deberes.

No existen privilegiados frente a una pandemia. Quién tenga un helicóptero y salga sin permiso de una zona con restricción está infringiendo la ley y abusando del poder que cree tener contraviniendo la indicación de la autoridad.

Ese es el Chile real. Ciudadanos que creen que las leyes y normas son para algunos, menos para si mismos, lo que queda de manifiesto en todos los sectores de nuestra sociedad, desde el más rico al más pobre.La indolencia, falta de educación y cultura evidencia nuestra precariedad.

Autoridades de todos los sectores pidiendo expresamente a la ciudadanía hacernos responsables de nosotros mismos, no pensar que podemos tomar vacaciones frente al mar o en el campo haciendo caso omiso a lo que expresamente se nos ha pedido como ciudadanos y padres responsables.

Otra vez más queda de manifiesto el gran problema que tenemos como ciudadanos. Las normas no para todos menos para nosotros.

Nuestros intereses particulares son más importantes que el bien común.

Mientras esa mentalidad siga imperando en nuestra toma de decisiones, seguiremos teniendo la sociedad que todos hemos construido y que a simple vista hemos observado los nefastos resultados Que esa forma de pensar nos ha causado.

Una persona indolente es una persona profundamente egoísta que no sabe vivir ni convivir en sociedad.

Camila Zarzar Amor

Directora Mujeres al Poder

La crisis sanitaria ha provocado retrasos, teniendo que reestructurar el calendario escolar 2020. Sin embargo, el Mineduc ha estado haciendo un trabajo valioso para enfrentar de la mejor manera posible el período de suspensión de clases fruto de la pandemia que nos afecta. Actualmente los escolares están teniendo clases online o se les está entregando guías para realizar. En ese marco, se ha decidido adelantar las vacaciones de invierno del sistema escolar para cautelar el cumplimiento del calendario académico, que se extendería ahora hasta fines de diciembre. Pero ¿por qué es necesario adelantar las vacaciones? A pesar del amplio acceso a internet que hay en el país, de acuerdo a un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cerca de un 87,5% de los hogares chilenos cuentan con este servicio, por tanto, aún queda un grupo no menor que no está conectado a la red. A ello hay que agregar que a todos nos tomó por sorpresa la suspensión de las clases que debido a la expansión de la pandemia, haciendo que no todos los docentes estuviesen preparados para lograr manejar con facilidad las plataformas digitales. Y aunque de a poco tanto jóvenes como maestros y apoderados han comenzado a desenvolverse de mejor forma con el nuevo sistema, sumado a los esfuerzos realizados por el Mineduc para seguir con la educación de los niño, lo cierto es que la extensión del periodo de suspensión de clases durante todo el mes de abril, será una ayuda fundamental para que los profesionales se organicen, mejores el sistema y además puedan reforzar vacíos y dificultades en la aplicación de las metodologías de educación a distancia, las cuales deben ser resueltas lo antes posible. Países como Nueva Zelanda, Australia, Colombia y México, y que sigue las recomendaciones de la OCDE, que apunta a que se usen las vacaciones para recuperar las horas de clases. Asimismo, el 78% de las personas, entre ellos padres, que piensan que extender la suspensión de clases hasta fines de abril y adelantar vacaciones de invierno corresponde a una buena iniciativa (Cadem, marzo). Y es que si bien, nadie duda de la importancia de las vacaciones para los niños y jóvenes, como un espacio para distraerse y divertirse, debemos recordar que esta situación es excepcional a las circunstancias en pandemia. Porque antes de pensar en el tiempo de esparcimiento, sin duda, es necesario para el desarrollo integral de nuestros jóvenes, hoy cobra aún mayor relevancia que se logren entregar los contenidos mínimos como corresponde, sobre todo a los sectores más vulnerables.