Cotizaciones y devolución de impuestos
El 11 de marzo de 2008 se dictó la ley 20.255 que estableció la obligación de los trabajadores independientes, con rentas provenientes del artículo 42 N° 2 de la Ley sobre Impuesto a la Renta (honorarios), de cotizar para los sistemas de pensiones y de salud. Esta obligación se materializaría, en cada Declaración Anual de Impuesto a la Renta, sobre las rentas obtenidas en el año calendario anterior. La citada ley dispuso una gradualidad de la obligatoriedad de cotizar de cerca de 10 años desde su publicación. Así, el año 2015 sería obligatorio cotizar por el 100% de la renta imponible para pensiones y salud laboral (accidentes del trabajo y enfermedades profesionales), y en 2018 se sumaría salud común.
Durante ese periodo, en la respectiva Declaración Anual de Impuesto a la Renta, los trabajadores independientes podían manifestar su voluntad de cotizar o no, es decir, cada trabajador decide si cotizaba. Si no cotizaba, recibía su retención completa devuelta. Este es el mayor cambio que afecta a la declaración renta año 2020, pues desde este periodo es obligación para todo trabajador independiente cotizar para salud y previsión, recibiendo en devolución solo una parte de las retenciones, es decir, lo que queda una vez deducidas las cotizaciones para previsión y salud.
Lo anterior queda de manifiesto por la publicación en el año 2019 de la ley N° 21.133, que estableció la obligatoriedad de realizar estas cotizaciones para todos los trabajadores independientes que emiten boletas de honorarios. Esta misma ley, al considerar que la retención del 10% que afectaba a las boletas de honorarios no era suficiente para pagar las cotizaciones para salud, como tampoco la totalidad de las cotizaciones para pensiones, estableció a contar de enero de este año (2020) aumentar en 0.75 % y lo hará anualmente en el mismo porcentaje hasta alcanzar un 17 % de retención, en el año 2028
Por otra parte, la cotización obligatoria para los trabajadores independientes que emiten boletas de honorarios les da acceso a todos los beneficios de la seguridad social, asegurándoles la misma protección con la que cuentan los trabajadores dependientes. El pago obligatorio de cotizaciones para trabajadoras y trabajadores independientes comenzó en la operación renta 2019, recibiendo cobertura en Seguridad Social a partir del 1 de julio del mismo año.
Desde el punto de vista humano y familiar es entendible el reclamo de quienes se ven afectados por la reducción de esta devolución, pues en las circunstancias en que vive el país y ante la baja en las actividades económicas, produce también una merma en los ingresos de las familias, y contar con recursos se hace imprescindible. Ahora, la pregunta que se podría plantear es por qué en la norma recién pubos afectados, por las normativa.
Sergio Fernández Araya Académico FACEA UCSC
#Chile comparte
¿Cómo pedirle a una madre, a la que le pagan por día, que se quede en casa? ¿Cómo exigirle a un adulto mayor que vende golosinas para suplementar sus escuálidos ingresos que guarde cuarentena?
La decisión es clara: esa mujer y ese adulto mayor saldrán para intentar traer comida a su casa y se cuidará como pueda. Esa angustia ya la están viviendo muchas y muchos para quienes la instrucción de quedarse en casa es imposible. Y que, en el caso de muchas mujeres, se convierte además en violencia física y sexual, tanto contra ellas como contra sus hijos. El hacinamiento, la falta de espacio, la ausencia de ingresos, crispa, desespera y explota de la peor forma. Y lo que viene se ve oscuro: cesantía, recesión, hambre para muchos.
Por esto un grupo de fundaciones nos unimos para organizar una campaña y llevar cajas de alimentos a esas familias para aliviarles en algo el estrés que conlleva esta pandemia. Antes de que sea tarde y el contagio llegue a los campamentos y poblaciones donde viven los más desprotegidos, llamamos a compartir y evitar que la indiferencia se apodere del alma. La desigualdad, tal como la curva de contagios, se aplana con solidaridad y conciencia, compartiendo para que otros tengan lo mismo que uno.
En nuestro caso, lo recaudado por #ChileComparte se centrará en apoyar a los casi mil adultos mayores de extrema pobreza, que viven solos y a los que en tiempos normales asistimos en programas domiciliarios.
¿Cómo me quedo en casa?, se pregunta ese 39% de personas mayores a quienes el dinero no les alcanzaría para vivir en cuarentena prolongada, según una encuesta reciente. A ellos y a todas las familias más vulnerables es a quienes les invitamos a ayudar. Porque en este escenario se hace patente la injusticia y la desigualdad, que hoy consiste en poder quedarse en casa para cuidarse o salir porque no queda otra… para alimentarse y alimentar a otros.
Liliana Cortés, directora de Fundación Súmate, Hogar de Cristo