Aislamiento y salud mental
Se llama a no realizar diagnósticos apresurados ni tratamientos, ya que se puede provocar o no provocar un trastorno en esta situación. El riesgo de la salud mental está cruzado por el estado de la fuente laboral y el nivel de estrés que eso pueda provocar, asimismo como la distribución de las tareas del hogar.
El autocuidado y el respaldo que entregue el Estado en materia de salud mental en este periodo es relevante para evitar que ciertos grupos de la población desarrollen nuevas patologías a raíz del aislamiento social, una medida adoptada a raíz de la pandemia del coronavirus, pero que podría generar una serie de complejidades desde el punto de vista psicológico si es que no se cuenta con el apoyo necesario.
En este periodo el autocuidado debe ir en la línea de generar rutinas flexibles, mantener contacto con familiares y amigos a través de videollamadas, seguir los tratamientos a quienes ya presentaban una patología de salud mental y no sobrealarmarse. Y si cualquier reacción le está impidiendo realizar sus tareas diarias, se debe consultar con un especialista.
En el ámbito del teletrabajo llama la atención la rápida adaptación que se generó a esta modalidad, sin considerar que implica un cambio en la rutina y una adecuación de los espacios en el hogar, que es un lugar que es reconocido como familiar y de descanso.
El riesgo de la salud mental está cruzado por el estado de la fuente laboral y el nivel de estrés que eso pueda provocar, asimismo como la distribución de las tareas del hogar que pueden derivar en fuertes brechas entre los miembros del núcleo familiar, especialmente ligado a la mujer.
En el caso de los adolescentes, pueden verse afectados aquellos que están en la etapa de definición vocacional por los cambios que el proceso va a implicar, también sufren más el encierro y la limitación de los contactos sociales y, en el caso de los adultos mayores, la vulnerabilidad está dada por la escasez de autonomía que queda latente en esta emergencia, ante la dificultad de manejar medios tecnológicos, poder realizar sus trámites y otras tareas.
Eso sí, se llama a no realizar diagnósticos apresurados ni tratamientos, ya que se puede provocar o no provocar un trastorno en esta situación. Un gran porcentaje de las personas se recupera y un grupo menor queda con consecuencias, solo hay que estar atentos a los demás y a nosotros mismos.