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Economía: retorno gradual
Existen cada vez menos dudas respecto a los nefastos efectos económicos asociados a la pandemia desatada por el coronavirus COVID-19. Y si bien resulta más o menos claro lo grave de la crisis que se avecina, persiste la incertidumbre respecto de su alcance y magnitud en sectores específicos de nuestra economía.
A nivel macro, las políticas orientadas a proveer de liquidez al mercado son necesarias, pero en ningún caso serán suficientes para mitigar los efectos negativos de la pandemia. Se requiere de políticas micro que respondan a características específicas del sector al cual están destinadas. Lo anterior, puesto que una correcta asignación de recursos requiere conocimiento de las necesidades y requerimientos específicos del sector al cual se dirigen estos recursos.
Un aspecto a considerar al momento de diseñar estas políticas tiene que ver con los potenciales efectos de más largo aliento que esta pandemia parece estar provocando. Evidencia anecdótica sugiere que muchas transformaciones de carácter estructural se han acelerado, lo que ha redundado en costos de ajuste difíciles de cuantificar. Por ejemplo, el teletrabajo se ha posicionado como una importante herramienta para el desarrollo de muchas tareas (no todas, por supuesto) en muchos sectores (considere el sector educación, por ejemplo). Sin embargo, su implementación ha significado en muchos casos, una adecuación forzosa y casi instantánea tanto de trabajadores como de organizaciones. Misma situación ocurre con el comercio minorista y su adecuación al formato de ventas online.
En tiempos normales, este tipo de ajustes ocurre en paralelo con el desarrollo de habilidades y competencias necesarias, y que producto de esta pandemia se han debido acelerar. En este escenario, una política gradual y segura de normalización de la actividad económica (apertura gradual de comercios, retorno gradual de empleados públicos a sus puestos de trabajo) podría impactar positivamente no solo en la revitalización de la actividad económica, sino que también en la suavización de los costos asociados a la correcta internalización de estos cambios tecnológicos. Sin embargo, políticas como éstas deben concebirse en un contexto en el cual el fin último sea facilitar y promover una correcta transición y adecuación de empresas, trabajadores y consumidores a la nueva realidad que esta pandemia parece estar provocado.
Cristián Troncoso, académico UNAB
Desarrollo solar
Un reporte reciente de la Agencia Internacional de Energía situó a Chile entre las cuatro naciones con mayor penetración de energía solar a nivel global, con un 8,5% de contribución de esta fuente para satisfacer la demanda eléctrica.
Ubicándose detrás de Honduras, Israel y Alemania, nuestro país es parte de una tendencia poco esperada, ya que en situaciones similares, un desplome en el precio de petróleo y el gas significaba el aumento de la demanda por dichos combustibles fósiles, en detrimento de otras alternativas.
Pero hoy la industria de energías limpias mucho más madura que antes. Además, en nuestro país otro factor relevante es el marco regulatorio actual, que incentiva la llegada de inversiones de gran magnitud, de largo plazo, y con ello la proliferación de numerosos proyectos.
De esta forma, si antes era posible ver un efecto rebote del desplome de commodities ligados a la energía, cuyos precios bajos estimulaban una mayor demanda, hoy la tendencia apunta a optar por fuentes basadas en largos años de Investigación y Desarrollo, como por ejemplo la fotovoltaica, que gracias a la constante innovación en la tecnología de los paneles y distintas curvas de aprendizaje ligadas a la máxima productividad de los mismos, la ha situado en una posición sumamente competitiva.
Víctor Opazo Carvallo, CEO de Solek Chilex
La educación no tiene cuarentena
Es relevante que, tanto estudiantes como docentes, mantengan un flujo de comunicación y aprendizaje constante y directo. Hoy, la tecnología puede marcar la diferencia en cómo hacemos enseñanza en Chile y el mundo. Y es por eso que la educación en línea se ha transformado en el único mecanismo viable, y el Ministerio de Educación debería tomar un papel mucho más activo. Es relevante generar espacios de aprendizaje virtual eficientes y sostenibles en el tiempo, y que estas plataformas y recursos educativos estén disponibles para los estudiantes y sus maestros. Sumado a esto, se deben activar acuerdos con las compañías de telecomunicaciones para que los planes de datos permitan el acceso libre a esos contenidos y oportunidades.
La educación en línea masiva, que muchas escuelas ya están implementando, y otras deberían hacerlo rápidamente, no es fácil. Se trata de una experiencia inédita que requiere que apoyemos a los docentes y a los estudiantes, pero también a las familias, de manera que podamos al mismo tiempo, apoyar la continuidad del aprendizaje sin agregar nuevas angustias y tensiones a una convivencia que ya tiene suficiente de ello.
Eugenio Severin, director ejecutivo de la organización Tu Clase, Tu País