Educación y Coronavirus
En los tiempos que corren, la educación se ha visto sensiblemente afectada producto de la pandemia. La suspensión de clases y la implementación de ésta por medios digitales, ha despojado del avance normal del proceso de aprendizaje. La última encuesta Cadem revela algunas cuestiones preocupantes. Un 81% cree que es conveniente suspender el Simce de este año y un 31% prefiere cerrar el año y que todos pasen de curso. Sería nocivo para el país en un doble aspecto. Por un lado, si suspendemos nuestros instrumentos de medición, no tenemos como saber en que estamos fallando y que aspectos mejorar. Por otro, aquella "solución" sería solo tapar el sol con un dedo u ocultar la basura bajo la alfombra. La educación debe buscar directrices en que pueda amortiguar los efectos de la pandemia e intentar salir a flote, es uno de los principales mecanismos de movilidad social y de mejora en la calidad de vida. Hacerse los locos no es solución para nadie.
José Luis Trevia, investigador Fundación para el Progreso
El factor Floyd
"¡No puedo respirar!" fue la reiterada súplica de George Floyd hacia el oficial Derek Chauvin, quien con la rodilla aplastaba su cuello. Le había detenido por una deuda de US$20 en un comercio local. La acción derivó en la muerte de Floyd en el hospital de Minneapolis, Estados Unidos, "por complicaciones médicas", según se dijo entonces. Pero las investigaciones tanatológicas demostraron el vínculo entre ambas situaciones.
El hecho causó indignación en la comunidad afrodescendiente y ciudadana local, fenómeno que se extendió rápidamente a varias ciudades del país. ¿Qué explica este malestar? El abuso en el accionar de los agentes del orden público, en especial contra la así llamada "comunidad negra", es el corolario de una larga historia remontable a tiempos coloniales, cuando el comercio esclavista, pero más contemporáneamente se une a la guerra de secesión estadounidense (1861-1865), que acabó con la esclavitud (dejando un saldo de 500.000 muertos) y, ya en el siglo XX, a la lucha por los derechos civiles de afrodescendientes, cuyos símbolos son Rosa Parks y Martin Luther King, entre otros. Ir sentado en un bus, acceder a la universidad, votar, postularse a cargos de elección popular, etc. fueron verdaderos logros, pero no triunfos definitivos.
El racismo, la permanencia de ideas de grupos supremacistas blancos (como el KKK) y la misma ignorancia han favorecido que acciones como la comentada se repitan. Pero la molestia de los ciudadanos (independiente del reprochable nivel de destrucción y saqueo), en un contexto muy complejo por la pandemia de coronavirus que tiene a Estados Unidos con la más alta tasa de mortalidad a la fecha, demuestra la necesidad de un cambio cultural estructural, que deje atrás conceptos como WASP (White Anglo Saxons and Protestants), visto como sello identitario del "verdadero estadounidense". Se debe entender que la interculturalidad es el sello identitario de EE.UU., una nación construida sobre la base de la inmigración, eliminando así el prejuicio de ser una isla "racial" donde los "blancos" son los amos y los latinos, afrodescendientes e indígenas son sus inferiores. Acabar con esto es vital para no seguir viendo el nivel de destrucción y división que amenaza la paz octaviana interna que desde hace 155 años tienen los estadounidenses viviendo un pacto social étnico que cada cierto tiempo nos demuestra su debilidad, la que desde fuera muchos creían ya superada.
Carlos Eduardo Ibarra Rebolledo, director de Pedagogía de Educación Media en Historia y Geografía, Universidad San Sebastián
¿De qué lado esta la justicia?
Cuando ya van más de 50.000 personas que han sido detenidas por no acatar el toque de queda, y algunos en forma repetida, lo único que faltaba y con mayúsculas, era que los Tribunales de Justicia a declaren ilegales dichas detenciones.
Si la justicia tenía problemas con la exactitud de la balanza y la delgadez de la venda para juzgar (recordar caso del chileno que robó en el sur una concha de jabón, una gallina y un chaleco roto se fue con 5 años y un día de cárcel y para otros chilenos que se coludieron para embolsarse millones de dólares los mandaron para la casa y asistir a clases de ética). Bueno, ahora parece que tampoco está usando mascarilla, y le estaría dando lo mismo que hayan más contagiados y más muertos al igual que los infractores del toque de queda.
¿De qué sirve que se importen más y más respiradores artificiales, o la tremenda entrega de nuestra gente de la Salud (vaya mi reconocimiento), o de los que cumplen todas las reglas de la cuarentena, si quienes se supone están para hacer cumplir la leyes, están enviando un mensaje de que a usted no le va a pasar nada si no cumple el toque de queda?
Luis Enrique Soler Milla