Pandemia de salud mental
Vvivimos en un país también afectado por variadas pandemias mentales.
Con injustificable tardanza, el Gobierno anunció, en términos ambiguos, un plan nacional de salud mental para la ciudadanía afectada por el covid 19. Esta iniciativa, como lo planteamos en columnas anteriores, debió impulsarse hace por lo menos dos meses.
Hoy vivimos en un país afectado no sólo por la pandemia mencionada, sino también por variadas pandemias mentales: miedo, depresión, incertidumbre, estrés generalizado, angustia, temor al futuro y otros síntomas. Su gravedad afecta severamente a toda la población, más allá de las barreras políticas, socieconómicas y etarias
Sabido es que, desde el momento mismo en que llega al mundo, el ser humano, instintiva o cognostivmente,inicia una lucha contra los temores, la enfermedad, la soledad y la muerte. Ésta libra hasta el momento de la partida.
Los miedos son muy variados, y no es el caso detallarlos aquí. Afectan a todos. Lo importante no es sentirlos, sino saber dominarlos, controlarlos y salir airoso frente a las amenazas que representan.
No hay nadie, por ejemplo hoy, que no tema ser víctima del coronavirus y lo que representa. Las reacciones son muy variadas: desde la negación y el desafío, hasta el abatimiento y la resignación.
A lo anterior se suma un miedo que, muchos desconocen, que es el aburrimiento. Millones de chilenos lo han vivido durante muchas semanas, confinados en sus hogares, sin poder circular libremente por las calles ni de conversar, salvo que sea en forma virtual, con sus seres queridos y sus amigos.
Éstas son las razones que convirtieron, desde el primer momento, sla pandemia covid 19 en un problema de salud mental.
Antes del inicio de la pandemia los trastornos de este tipo se insinuaron. Durante años, acumulamos individualismo, consumismo, falta de solidaridad, tendencia al aislamiento, agresividad, orientación a destruir, pérdidas de principios y valores, desinterés por todo lo que no fuera favorable cada uno. La demostración más rotunda de es fenómeno se dio con el llamado "estallido social", que, bajo el pretexto de luchar por el cambio, hizo emerger lo peor de muchos.
Por fortuna, todavía es tiempo de recuperarnos, de volver al principio: recuperar el valor y luchar a mano limpia, como se debía antes. La tarea no es psicólogos, psiquiatras, ni de fármacos. Subyacen en nuestras mentes las capacidades para lograrlo. Así sea.
Raúl Rojas
Periodista y académico