Pandemia y medicamentos por internet
Si bien hace tiempo que la venta de medicamentos a través de Internet ha ido en ascenso, sin duda que durante los días de pandemia ha tenido una explosión.
Sin embargo, acceder a diversos fármacos por esta vía concentra un sin número de riesgos para la salud.
Internet es una herramienta muy importante en nuestra sociedad moderna. Los medicamentos que tienen condición de venta libre, son los que la autoridad sanitaria ha determinado como seguros y de amplio margen terapéutico. Pero no están ajenos de problemas si son mal utilizados. En cambio, los que requieren una receta médica, aún carecen de un sistema en Chile de receta electrónica que permita verificar su veracidad y seguridad, tanto para el usuario como por el mal uso de estos.
No es fácil adquirir un medicamento por esta vía, como si fuera cualquier otra cosa, ya que no solo tienen las complejidades relacionadas a su uso y el necesario asesoramiento del mismo, sino que entramos en un problema mundial, los medicamentos falsificados.
Esto es un problema mundial, abordado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que no hemos avanzado tanto como quisiéramos con país en este aspecto.
Otro riesgo que detalla el profesional es que los medicamentos que se puedan adquirir por Internet pueden estar vencidos o mal almacenados, lo que podría generar que pierdan su estabilidad, seguridad y efectividad.
Jorge Cienfuegos, académico Escuela Química U. Andrés Bello
Fxx
Un estudio publicado hace pocos días por un conjunto de instituciones académicas titulado "La mirada de los docentes" arroja importantes reflexiones respecto de la situación del sistema educativo y la tarea de los docentes en el contexto de la actual crisis sanitaria.
Habría que advertir que, como el mismo estudio señala, es descriptor de la realidad de las primeras semanas, por lo que es esperable que algunas de las dificultades señaladas hayan tenido progresos en los días siguientes. También que la muestra del estudio tiene algunos sesgos respecto del sistema educativo chileno que pueden distorsionar significativamente algunas conclusiones. Por ejemplo, está muy sobrerrepresentada la educación rural (17% en el estudio, 7% en el país) y muy subrepresentados los estudiantes de enseñanza media (17% en el estudio, 28% en el país).
Aún con estas aprehensiones, los datos son importantes y reveladores. Resulta abrumador que en un país que ha invertido miles de millones de pesos durante casi 30 años en tecnologías educativas, la crisis haya revelado porcentajes importantes de docentes y estudiantes que no tienen acceso a conectividad o dispositivos. Esto debió ser la prioridad uno de la política pública al comienzo de la crisis. Las escuelas cuentan con equipos suficientes para prestar a los estudiantes mientras dura el confinamiento. La optimización del uso actual del espectro 4G y el advenimiento de la tecnología 5G (que ha demorado su implementación por varios meses) ayudarían a aumentar las posibilidades de conectividad, particularmente de estudiantes y docentes.
También es revelador el bajo uso de las plataformas del MINEDUC, y de otras plataformas y recursos digitales. Resulta evidente que ha faltado claridad y orientación para que las escuelas puedan avanzar en esta línea. Mientras en el hemisferio norte las escuelas fueron notificadas hace más de dos meses que el primer semestre del año se completaría con clases remotas, y en muchos países, estados y distritos ya se les ha comunicado que el segundo semestre también se completará con esa modalidad, en Chile seguimos con comunicaciones oficiales poco claras, que suponen que "en cualquier momento" podríamos volver a las clases presenciales. Eugenio Severin, director ejecutivo Tu Clase, Tu País.
Relecciones a medida
La aprobación del proyecto de ley que limita la relección de nuestros congresistas tiene una pata coja. Al no determinar expresamente la retroactividad y descansar en el principio "in actum", dejó varios clavos sueltos. En ese sentido, lo más probable que ocurra tras la pésima técnica legislativa, es que se termine judicializando algo que debió ser resuelto en sede política. Veremos una danza de nombres reclamar ante el procedimiento administrativo del Servel y luego trasladándose a sede judicial del Tricel o inclusive recursos de protección defendiendo el "derecho a ser reelecto" como alguna vez esgrimió un presidente boliviano.
Los jueces no son un poder de elección popular, existiendo razones fundadas para ello, por lo que judicializar cuestiones que son competencia de autoridades que responden a sus electores, terminará por solo generar un declive mayor de nuestra democracia. Para qué hacer las cosas bien, si las podemos hacer mal.
Jose Luis Trevia, Fundación para el Progreso