De amenaza a solución: el papel de la inteligencia artificial en un mundo pandémico
DILEMA. Un experto plantea que, pese a los reparos, esta tecnología puede ayudar ante la pandemia.
Agencias
La Inteligencia Artificial (IA), que muchos han visto como una "amenaza", ahora "es parte de la solución" ante problemas como la actual pandemia, asegura el analista tecnológico Josep Lluís Micó, autor junto a la periodista especializada en tecnología Patricia Coll, del libro "Hiperaceleración. La revolución industrial en la época del coronavirus".
Se trata de un trabajo que se ha visto acelerado exponencialmente por la covid-19, una enfermedad que ha supuesto un reto mayúsculo para la ciencia, dinamitado los cimientos de las economías más avanzadas, y dado un vuelco a la historia de la humanidad.
-¿Qué opina de las actitudes de la Unión Europa ante la Inteligencia Artificial (IA) antes de la pandemia? Planeaba limitar su actividad en áreas como, precisamente, la salud. ¿Cree que ese escenario se verá afectado tras la pandemia?
-El libro se titula 'Hiperaceleración' precisamente por eso. De repente, sin que nadie lo espere, se produce una especie de retorno a la Edad Media, como si estuviésemos padeciendo la peste, pero con la paradoja de que eso coincide con el despliegue de la cuarta revolución industrial y todas sus tecnologías. Muchísimos de los planteamientos sociales, culturales, políticos, e incluso éticos, que existían antes del estallido de esta crisis, tienen que cambiar. (...) Lo que hasta entonces parecía una intromisión intolerable en la privacidad de las personas porque controlaba sus movimientos y entraba en un ámbito tan delicado como la salud, ahora estas nuevas tecnologías sirven para rastrear la evolución de la pandemia y aplicar soluciones para entender cómo se propaga. (...) Creo que la mayoría de los países, con excepciones destacadas como China, han tenido que ir modificando su percepción legal y moral sobre las tecnologías, obligados por la covid-19. Porque resulta que, lo que antes se veía como una amenaza, ahora se ha convertido en parte de la solución.
-Esa hiperaceleración de la tecnología, ¿estamos realmente preparados para lidiar con ella como humanidad o todavía no?
-No. Creo que nadie lo estuvo en las tres anteriores revoluciones industriales. Una revolución supone una fractura súbita y a menudo traumática con respecto a la situación anterior. Como cualquier momento o época de transición eso desencadena muchos interrogantes. ¿Estamos mejor preparados que quienes vivieron las anteriores revoluciones con o sin emergencias sanitarias de este tipo? Sin duda no.
-En el libro dice que el coronavirus es la coronación de las máquinas. Sin embargo, hay mucha gente que sufre de la brecha tecnológica. ¿Cómo se solucionará este problema para no dejar a nadie atrás?
- Damos por supuesto que todo el mundo se va a beneficiar de estas innovaciones, que todo fluye de una manera rápida y natural porque todos gozamos de una estupenda conexión, tenemos tres ordenadores por familia, smartphones, tabletas. Pero evidentemente no es así.
-¿Qué hacer ante la desigualdad? Cuando se produce una fractura tan violenta y drástica con respecto a la situación anterior, no todo el mundo está preparado
-En este punto, más que apelar a la caridad o a la solidaridad entre alumnos de un colegio o compañeros del trabajo, creo que es cuando las empresas que están realmente comprometidas con la sociedad de la que se benefician, pero a la que sirven, deben asumir su responsabilidad e intentar minimizar al máximo estas desigualdades para que nadie se quede atrás en el camino (...) Nos aventuramos a una enorme crisis económica con gran impacto laboral. Si las máquinas aprenden las labores humanas, ¿cómo serán los trabajos del futuro?
Micó añade que "creo que la automatización de determinadas tareas no son un problema, sino la solución. Siempre que vaya acompañado de los planes para reciclar a los trabajadores y puedan desempeñar su tarea en ámbitos o actividades donde aporten valor y se sientan más realizados".