La Feria Monterrico en Chillán, ha sido uno de los espacios históricos de la ciudad donde las familias ñublensinas acuden para estirar al máximo los ingresos económicos a los cuales logran acceder, pero la pandemia del coronavirus ha hecho que lugares como estos, concebidos para el negocio, se conviertan en centros de solidaridad donde la necesidad de uno es tan cercana al otro, que los convierte en iguales.
En este escenario de igualdad, la solidaridad ha sido la gran protagonista, porque la ayuda ha venido de los propios vendedores de la feria, personas ajenas a ella, pero donde finalmente las voluntades se unen para dar de comer cada sábado y domingo a 150 personas en la Feria Monterrico de Chillán, acción liderada por Ana Quintero, administradora del lugar.
- ¿Cómo se coordinan en la Feria Monterrico?
- Estamos realizando ollas comunes, para darles almuerzos cada fin de semana al menos a 150 personas. Empezamos a servir más o menos a la 1:30 de la tarde.
- ¿A quiénes ofrecen estos alimentos?
- A nuestros locatarios, a los vecinos del sector, realmente a las personas que necesiten almuerzo y lleguen a buscarlo, se le da su ración, uno, dos, dependiendo las que necesiten. Cada quien va con su recipiente. Llevamos como un mes.
- ¿Qué realidad observaron que los llevó a tomar esta acción?
- La necesidad. Como parte de la administración de la feria me di cuenta de la necesidad de las personas, es que cada vez se nota más, hay mucha gente que tiene sólo la feria para sobrevivir, aunque duela es la verdad, además la gente es muy humilde, gente que vende desecho de hogar, esa, la gente más humilde es la que necesita el almuerzo.
- ¿Quiénes apoyan esta olla común?
- En primer lugar los dueños de la feria, la familia Morales nos facilitan los espacios para poder hacer la comida con todas las comodidades, a nuestros feriantes, los de mayor nivel económico que nos colaboran siempre con las verduras, porotos, con cilantro, cebolla, ajo, todo eso está seguro. Pero debo una mención especial de agradecimiento a César Riquelme, él ha estado con nosotros desde el primer día, de manera incondicional, porque yo a ese señor no lo ubicaba, pero él realmente ha estado muy pendiente. Ahora nos empezó a ayudar Jorge Sabag, igual hay apoyo de otros particulares y gente conocida.
- ¿Quiénes preparan la comida?
- Dos mujeres que los hacen de manera voluntaria son las que preparan la comida, además hemos tenido dos niñas de Chillán Viejo que nos han ido a cooperar.
- ¿Se han incorporado otros rubros a la feria, además de alimentos y productos de higiene?
Si, poco a poco, por que cómo le digo a la gente que no entre cuando tienen tanta necesidad, la gente no tiene nada en sus casas, y con lo que logran vender allí, ya es productivo para ellos. La feria es mucho más barata que el mercado.
- ¿Ha crecido el número de usuarios en la feria en esta época?
- Cuando empezamos iba poca gente, pero tenemos todas las condiciones sanitarias para recibirlos, ahora ya está llegando la gente, porque los precios son muchos más baratos en la feria y el presupuesto alcanza, y es una opción, tanto para la familia, como para nuestros locatarios y clientes.
- ¿Qué es lo más impactante que ha visto en esta tiempo?
Lo más triste que recuerdo, hasta ahora, que justo antes de abrir nuestra feria, mi teléfono sonaba, sonaba, porque la gente necesitaba tanto trabajar, porque ya no les quedaban recursos, la feria estuvo cerrada 45 días y hay gente que ya no podía trabajar, claro hay algunos feriantes que tienen más recursos y podían ir a los pagos en los pueblos, pero igual estaban parados. Pero a mí lo que me entristece es la necesidad de las personas, no tener nada en sus casas para darle a sus hijos, eso me impresionó mucho. Hay gente que vendía antes en la avenida Los Puelches pero hoy han entrado a vender con nosotros, porque no les quedaba otra opción tenían que llevar de comer a sus casas.
- ¿Hay mucha necesidad?
- Claro, si no la gente no se fuera a exponer a la feria, pero la necesidad los hace salir, porque hay gente que no tiene ni para el pan del día. Además agradezco el apoyo, tanto de Carabineros como de los militares que nos están ayudando porque nos autorizaron a trabajar, nos apoyan en el control del ingreso de las personas a la feria y entendieron la necesidad de trabajo.