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Altos y bajos de las clases online en la Escuela Artística Claudio Arrau León

CHILLÁN. La educación a distancia ya es difícil, pero todavía más cuando implica la ejecución práctica simultánea. Pasa con los instrumentos musicales en la Escuela Artística, pero en general, los docentes están conformes.
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Crónica Chillán

El extenso período de confinamiento como medida preventiva del Covid-19 ha obligado a las clases a distancia, que en el caso de las especialidades artísticas son particularmente difíciles, pues cada jornada tiene supervisión práctica de técnicas. Todas las disciplinas de la Escuela Artística han adoptado la modalidad online durante el distanciamiento, pero resulta más difícil en la línea de música.

De ello dan cuenta algunos profesores del establecimiento, que han sostenido contacto con sus alumnos desde el inicio de la pandemia. El 16 de marzo, este recinto de formación artística se sumó a las medidas preventivas que indicó el Ministerio de Educación, por lo que abruptamente se suspendieron las clases, que recién habían iniciado una semana antes.

La docente María José López tiene a su cargo la academia de contrabajo en la Escuela Artística. Relata que ha visto un avance entre sus alumnos semana a semana, ya que mantienen una práctica planificada del instrumento. Sin las clases online los estudiantes relajarían la disciplina de la práctica constante.

Sin embargo, en algunas ocasiones ha enfrentado problemas de conexión, ya que el audio de las videollamadas no es de la mejor calidad, y es imposible de comparar con las clases presenciales. Cuando esto ocurre, la profesora les pide que envíen videos de algunos extractos, que después ella puede evaluar más en detalle.

"El estudio del contrabajo es muy físico, entonces muchas veces tengo que corregir algunos temas de postura con el instrumento y me es difícil que ellos lo corrijan a través de las clases online, porque les muestro los ejemplos, pero les cuesta un poco llevarlos a su postura. Pero en general ha sido una herramienta que me ha permitido mantenerme en contacto con mis alumnos, ver su desarrollo y mantenerlos motivados y activos en el estudio del instrumento", comparte.

Es importante resaltar que la docente María José López viaja desde Talca cada semana en tiempos normales, pues así como hace clases en la Escuela Artística, también ejerce en distintas comunas del Maule. También ha asistido a Carmen Gloria Mella en la dirección de la Orquesta Sinfónica Juvenil e Infantil de la Escuela Artística Claudio Arrau León.

Apoyo de la familia

Tan importante como la responsabilidad de los alumnos es el apoyo de la familia de cada uno de ellos, pues no basta una clase semanal para la ejecución de una disciplina artística, sino que se complementa con estudio sistemático. Por lo mismo, es fundamental el contacto de los docentes con los apoderados también.

Para la profesora de violín Pamela Arriagada, este tiempo no ha sido muy fructífero, ya que de todo el material que envía, ha recibido poca respuesta. Solo uno de sus alumnos ha manifestado interés por una clase por videollamada.

"Lamentablemente no puedo decir que con clases a distancia se logre un avance significativo, pero sí que los alumnos por lo menos se mantengan en su nivel, siempre y cuando haya compromiso y apoyo de la familia. Sobre todo en mi caso, porque la mayoría de mis alumnos son de enseñanza básica, entonces su tiempo y su atención la deben compatibilizar con sus deberes escolares. He tratado de ser más flexible en cuanto a repertorio y exigencias, pero cuidando los elementos base de su aprendizaje", explica.

En tanto, el profesor Javier Aguilar tiene a su cargo la enseñanza del corno francés en la Escuela Artística desde 2019. Ha mantenido los ensayos con la misma periodicidad y, de manera tan metódica como lo permite el distanciamiento social. Esto le permite respirar conforme con lo que han hecho en período de pandemia.

"Tenemos alrededor de una hora y media con cada alumno, una vez a la semana. Ha resultado bastante bien, aunque a veces hay problemas de internet, pero se soluciona o cambiamos de horario cuando no se puede. Tal vez no es lo ideal, porque no puedo ver del todo la postura o embocadura, pero es posible mantener un avance con los chicos y yo creo que va a ir muy bien", detalla.