Solidaridad sanitaria
Como país siempre hemos llevado la bandera de la solidaridad como estandarte. Sin embargo, al parecer, esta se relacionaba más con la caridad o la entrega individual de algún bien ante la carencia de él, que una solidaridad altruista propiamente tal. Frente a la crisis sanitaria que hoy no afecta, por el contrario, implica dar un nuevo significado a lo que entendemos por solidaridad. Y una de las aristas más importantes dentro de esta nueva definición se relaciona con el entendimiento y compresión de lo que cada uno de nosotros sobre el rol del sujeto en el colectivo. Sabemos que nuestro propio actuar impacta en los otros, por lo tanto, la salud física, propia o del prójimo, depende de la responsabilidad de cada uno poder evitar el contagio personal y de terceros. Resulta imperante reflexionar en este contexto, sobre el rol que tenemos cada uno de nosotros, en el bienestar comunitario no sólo durante la emergencia sanitaria, sino que en las consecuencias que conlleva la misma. Cabe preguntarse entonces, ¿de qué manera promoveremos estrategias de salud mental en nuestros niños y jóvenes luego de la situación vivida?, ¿cómo conciliaremos la crisis económica con las condiciones de vivienda y trabajo justas que se requieren en un estado de derecho? Debemos unir nuestras reflexiones, saberes y experiencias ahora para poder abordar la complejidad de las necesidades futuras. Pero, reitero, creo que la única forma es pensando en la manera en que todo se una y por lo tanto debemos "unirnos para enfrentar" y no dividirnos para seguir negando los sucesos que a todos nos impactan.
Aurora Vergara, académica Terapia Ocupacional, UNABx
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Hoy ya podemos ver como chefs y restaurantes se han reinventado, en donde la forma de compra y el tipo de productos que vendían eran muy distintos a su oferta actual, lo mismo pasa con su forma de operar, la cual nunca volverá a ser la misma. Todo esto ha sido resultado del duro trabajo que está teniendo el sector para poder sobrevivir a la temprana crisis del Covid-19, aunque para ser sinceros parece que lleváramos años en la lucha y son solo pocos meses tratando de escapar al fantasma de quiebras y cierres masivos dentro del rubro, siendo además un espacio que está acostumbrado a esto, ya que sin su continua reinvención el final lo tiene muy claro.
Hay que ser capaces de transmitirles a los clientes nuestra realidad, la que dice que somos MIPYMES acostumbradas a las exigencias sanitarias y donde la limpieza/desinfección es parte importante de nuestro trabajo diario. El único punto crítico y en el que nos tenemos que preocupar de sobremanera es el cuidar y cuidarnos de nuestros clientes. Porque ellos son la única variable que no podemos controlar al 100% dentro de esta ecuación. Pero, para eso están las medidas dispuestas donde los comensales podrán refugiarse en la seguridad que encontrarán dentro de nuestros negocios y que para eso están trabajando las instituciones públicas y privadas.
Las empresas del rubro gastronómico no son los únicos que se han tenido que reinventar en este período, también lo están haciendo muchas de las personas que se quedaron sin su trabajo, a los que les redujeron sus jornadas laborales al 50% (por ende también sus ingresos), los que salieron de sus trabajos por 3 meses sin goce de sueldo, los que están cobrando sus seguros de cesantía y todos los que ven una oportunidad rápida de generar sus propios ingresos a través de la venta y entrega de comida a domicilio.
Es cosa de revisar cualquier red social o los grupos de WhatsApp, para que podamos encontrar una impresionante oferta de delivery, incluso mucho más amplia que la tradicional. Este comercio informal le hace daño a la industria establecida, como también a la seguridad alimentaria y por, sobre todo, a las mismas personas por generar alta movilidad en época de pandemia.
¿Qué viene ahora? Esperar, ya que primero hay que estar atento a lo que sucede con las recientes aperturas de los mercados, en los distintos países que partieron antes con el COVID-19. Muchos están dando ese paso en falso que nosotros no daremos, ya que la consigna es "aprender" de sus buenas y malas decisiones, tenemos la suerte de que por ningún motivo vamos a tratar de inventar la rueda. Esta es una industria que no va a bajar los brazos de manera tan fácil, definitivamente va a dar la pelea como lo ha hecho siempre.
Rodrigo Aljaro, gerente general de Grupo Gourmet
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Las residencias sanitarias que ha promovido el gobierno son una buena opción para los pacientes y sus familias. Es de esperar que se considere el trabajo en el área de la salud mental, pues las personas que acceden a estos servicios provienen de lugares lejanos, lo que pueden generar importante impactos.
Eduardo Palma