Correo
El harakiri
La aprobación en discusión general en la Cámara de Diputados del proyecto que permite retirar 10% de los fondos de pensiones, fue un verdadero harakiri en cámara lenta para el oficialismo. Aún cuando resta todavía mucho partido para que el proyecto en cuestión vea luz verde, se dio una señal terrible. No solo con que 9 diputados de RN y 4 UDI no comprenden lo regresivo que es, esto es, que beneficiará a quienes más han cotizado y no a los más pobres, sino que dan la espalda al andamiaje de ideas del propio sector. Ni el más libertario se atrevió a una propuesta tan egoísta como esta. Era bastante más armónica la idea de introducir elementos de apoyo a la clase media mediante postergación de deudas o apremios y créditos blandos con cargo a rentas generales o impuestos y contingentes al ingreso. Pero fue más fácil caer ante la seducción demagógica, con la que ni economistas de la ex Concertación encontraban razones para promover. No olvidemos que el que con niño se acuesta, amanece mojado.
José Luis Trevia, investigador Fundación para el Progreso.
Apoyo a emprendedores
A poco más de cuatro meses desde llegada del coronavirus hemos visto cómo distintos sectores de la economía se han visto afectados, especialmente el de los pequeños emprendedores. Si bien ellos trabajan muchas veces en la informalidad, sin bancarizarse, hemos vuelto a comprobar que se trata de un sector responsable y comprometido. Con ellos reiniciamos la entrega de microcréditos en junio, luego de suspender por dos meses las devoluciones de sus préstamos a nivel nacional. Del más de centenar de grupos que hemos ido reactivando, el 87% ha podido hacer sus devoluciones y eso nos permite seguir reactivándonos en otras comunas donde más emprendedores esperan su capital de trabajo. Este comienzo auspicioso nos dice que cuando se entregan las oportunidades se responde, hay compromiso y sobre todo, mucho trabajo. El desafío está en seguir potenciando y creyendo en el emprendimiento en Chile, motor de desarrollo social y económico para nuestro país.
Héctor Feeley, gerente Fundación Banigualdad
"Nivelar hacia arriba"
El trabajo remoto ha aumentado drásticamente las apuestas en la gestión de la identidad y el acceso, y ha hecho que muchas empresas aceleren los planes de adopción a estos. Uno de los mayores problemas relacionados con la identidad a los que se enfrentan las empresas es el uso indebido de privilegios y las credenciales comprometidas, que son utilizadas por ciberdelincuentes para violar las redes. Los enfoques para la gestión de identidad digital están empezando a cambiar rápidamente; más allá de simples inicios de sesión y contraseñas; hoy se están utilizando cada vez más métodos de autenticación avanzados, como la biometría física y la supervisión del comportamiento.
Las empresas hoy están acostumbradas a "ponerse al día". Tienden a no participar en el proceso de diseño inicial de nuevos sistemas digitales o implementaciones de tecnología. Así, la transformación digital de la fuerza de trabajo, ha mostrado a los líderes de distintos rubros cómo la ciberseguridad es un facilitador empresarial crítico, y no debe ser percibida como un elemento disuasivo para el progreso. Cuando se hace correctamente un enfoque seguro por diseño, permite a las organizaciones defender de forma rápida y eficaz nuevos sistemas, innovar con confianza y adaptarse a los nuevos desafíos sin introducir riesgos indebidos.
De todas las aceleraciones causadas por COVID-19, la más importante podría ser la de la concientización en las personas sobre el impacto de la ciberseguridad. La ciberseguridad está en todas partes: desde nuestro trabajo hasta nuestros hogares, en el comercio, en la educación y hasta en los esfuerzos de investigación y desarrollo detrás de la introducción de nuevas vacunas. La situación actual nos debería obligar a una toma de decisiones más reflexiva, más segura y más eficaz en todas las empresas, organizaciones e instituciones en el futuro. Y ese, al menos, es un resultado positivo de esta crisis pandémica.
Nicolás Corrado
El harakiri
Es interesante ver como otras regiones y ciudades siguen a nuestra capital regional en materia de medidas para prevenir el contagio del coronavirus. La delimitación de las zonas para esperar, la peatonalización del centro, la restricción vehicular han sido adoptadas acá mucho antes que en cualquier otro lugar. Si esos esfuerzos se acompañan por una actitud responsable y cuidadosa de la gente, lo que empezó como un azote en marzo puede ir mejorando progresivamente. Es hora de hacer el mejor esfuerzo y pensar en los demás.
Eduardo Palma