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Hace 3 años | 15 de julio 2017

Levantan capilla en el caserío Linares

En sumayoría sonestudiantes de la U.Católica que participanen lamisión Trabajo País con el objetivo de ayudar a comunidades.

Hace 3 años | 15 de julio 2018

Descartan evacuación tras dos explosiones

Intendente Jorge Ulloa informó

anoche que se mantiene la alerta técnica Naranja, pese a registrarse la salida de material del macizo.

Hace 1 año | 15 de julio 2019

El perfil de las bandas "roba cables"

En dos años han sustraído 60 toneladas de conductores de cobre avaluados en $335 millones, sin embargo, a la fecha no hay personas detenidas.

Lo que viene

El regreso de lo que se entiende por normaldad tendrá que producirse acompañado de amistad.
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Inmersos en un escenario caótico de pandemia, contagios, muertes, camas críticas, y catástrofe, la mayoría del mundo, y Chile en particular, parece no tener tiempo o capacidad para entender que la tarea que viene es gigantesca: reconstruir, o mejor dicho costruirl no sólo la economía, sino, lo que es vitalmente importante, lo emocional, lo espiritual, principios y valores y todo lo relacionadon con la vida diaria de las personas.

En el caso de nuestro país, deberemos emprender a levantar una nación más justa y solidaria. Justa, con énfasis en la igualdad el social y el término de las iniquidades que nos han hecho daño durante más de un siglo, pese a las múltiples promesas de redención y ofertas de todas las ideologías. En lo solidario, con el entendimiento real de que , para hacer el bien y ser generoso con el prójimo, no hay que esperar que lleguen las cámaras de televisión ni un terremoto afecte a una o determinadas regiones. ¡La solidaridad verdaderan se construye todos los días!

La reconstrución espiritual deberá incluir, en primer término, el m retorno de principios y valores, como la integridad y la coherencia. Asimismo, el término del individualismo brutal que se incrustó en la sociedad chilena, donde hoy parece más importante tener un automóvil de alta gama o un celular último modelo, que ayudar a los que tienen poco o nada.

Tendrá que ponerse término a la vorágine consumista que mantiene endeudada y abrumada al 70 por ciento de la población. Deberemos terminar con el frenesí de compras y entender, finamente, que la fellicidad es un estado de bienestar superior que no puede comprar.

La agresividad y el sentido de competencia que aplastaron nuestras otrora buenas relaciones humanas tendrán que desaparecer,¡No se puede existir cotidianamente sobre la base de golpear o anticiparse a los demás.

El regreso de lo que se entiende por normaldad tendrá que producirse acompañado de amistad. De la verdadera amistad, que no espera sacar ventajas, sino compartir con el otro lo mejor de sí mismol

Cuando el chileno deje de usar mascarilla, ojalá recupere la voluntad y capacidad de sonreír, que ha ido perdiendo desde tanto tiempo, debido al estiilo de vida desesperado que en mala se len ocurrió cultivar

La tarea es ilimitada. No consiste en construir unn Chile nuevo, sino un Chile mejor, sin virus en el alma, sin pandemias ni estallidos sociales, sin odio, sin violencia, que respire libremente, sin ventilador ni nada artificial. Por sobre todo,sin miedo, sin hacia atrás,capaz de concentrarse en un futuro mejor.

Raúl Rojas Periodista y académico

Prudencia en las calles y rutas

Cuando se va a guiar un vehículo motorizado hay que hacerlo tomando todos los resguardos necesarios y respetando la normativa. Es necesario que quienes se desplazan en vehículo lo hagan extremando precauciones, toda vez que las condiciones climáticas propias del invierno, inciden en una mayor accidentabilidad.
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U n estudio elaborado recientemente por el Ministerio de Transportes da cuenta del aumento en las velocidades de desplazamiento de los vehículos en las áreas urbanas del país tras la llegada del coronavirus y el inicio de las medidas de confinamiento que buscan aminorar los contagios. Esto, en términos simples, significa que al haber menos automóviles en las calles los conductores tienden a desplazarse a velocidades más altas, lo que, lamentablemente, incide en el mayor número de accidentes de tránsito.

A ello hay que agregar las características propias del invierno, que inciden complejizando aún más el escenario por donde se desplazan los automóviles, disminuyendo la visibilidad de los conductores y haciendo más resbaladizas las pistas de circulación vehicular.

Ejemplo de ello son los accidentes de tránsito registrados a causa de las complejas condiciones meteorológicas en distintas ruta del país.

Si a este ya complejo escenario se le agrega la actual contingencia que vive el país a causa del coronavirus, con hospitales que destinan la mayor parte de sus recursos humanos y materiales para lograr la recuperación de los pacientes enfermos de covid-19, se hace en extremo necesario tomar la mayor cantidad de resguardos a la hora de conducir un vehículo motorizado, a fin de evitar la ocurrencia de accidentes de tránsito.

Frente a ello es urgente volver a insistir en que guiar un vehículo motorizado requiere, además de habilidades técnicas, altos grados de responsabilidad ciudadana, toda vez que se trata de una acción que se desarrolla en el espacio público y en la que de no mediar el respeto irrestricto a la normativa y el cuidado que indica el sentido común, puede generar daños a las personas.