Asistir al kínder sí importa
María José Castro
Durante los últimos años se han implementado una serie de iniciativas encaminadas a institucionalizar la Educación Parvularia. Así, por ejemplo, hoy existen referentes curriculares exclusivos para el nivel y la superintendencia y el Sistema de Aseguramiento de la Calidad se encuentra en fase de implementación. En esta línea se enmarca el proyecto de ley que establece el kínder obligatorio. Esta iniciativa, aprobada en las comisiones de Educación y Hacienda de la Cámara de Diputados y del Senado, encontró una inesperada barrera en la sala del Senado, justo ahora que el proyecto se encuentra en el crepúsculo de su tramitación.
Cuesta explicar lo sucedido. Una de las respuestas puede estar en el polarizado ambiente político que sufre el país desde el estallido social y la pandemia. O ¿cómo se puede explicar que parlamentarios de oposición hayan avalado el proyecto, recomendando su aprobación, que la expresidenta Bachelet lo haya promovido, que haya sido votado favorablemente por las comisiones ad hoc de la Cámara y del Senado, pero que hoy este mismo sector desconozca el historial de la tramitación?
El proyecto de kínder obligatorio existe en países de la OCDE con los que frecuentemente nos comparamos, como Suiza, Grecia y Reino Unido. A su vez, países latinoamericanos como Brasil, Colombia y Perú exigen este nivel educativo en la Constitución.
No es un capricho de una administración. Asistir a kínder sí importa. Los primeros años son fundamentales en la trayectoria educacional de un niño, es la base de un proceso continuo con efectos significativamente positivos en el desarrollo futuro. Al institucionalizar el nivel, lo que se hace es decirles a las familias que el kínder sí importa y que lo que no se haga en esta etapa, no se recupera jamás.
Según la Encuesta Casen 2017, el 62% de papás con hijos entre 4 y 5 años declara no enviarlos a la educación parvularia pues los cuidan en el hogar, en tanto que el 10% responde que no le parece necesario que asistan. Institucionalizar el kínder creará conciencia en las familias de la importancia del nivel y le dará un impulso a la asistencia. Porque una cosa es que la matrícula actual del kínder llegue al 96% y otra distinta es que esos niños asistan. La jefa de Educación Inicial del Hogar de Cristo, Claudia Fasani, señaló en la comisión de Educación del Senado que, si bien hoy es alta la cobertura en kínder, 66% de esos niños son inasistentes crónicos, es decir, faltan más de 20 días al año. Peor aún, la mayoría de ellos proviene de hogares pertenecientes a los dos quintiles de más bajos ingresos. Por eso que aprobar este proyecto era una medida de justicia.
El Senado ha perdido la oportunidad de permitir que el origen socioeconómico no sea determinante en la trayectoria educativa de niñas y niños. Es de esperar que los diputados digan otra cosa.
*María José Castro es subsecretaria de Educación Parvularia.