El domingo 24 de mayo el entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich, habló sobre la utilización de plasma de personas que superaron el covid-19 en el tratamiento de pacientes infectados. "Es extremadamente riesgoso", dijo, y lo descartó de plano.
Un equipo de profesionales del Hospital Base de Valdivia, todos docentes de la Universidad Austral, llevaba en esa fecha casi dos meses trabajando con terapia de plasma convaleciente en dieciocho pacientes y todos han superado la enfermedad, incluyendo una embarazada. Tan exitoso ha sido (en Chile y en el extranjero), que el doctor Enrique Paris señaló luego que que es "una terapia segura" y positiva".
La hematóloga Mónica Fuentes es parte de este grupo, que incluye infectólogos y tecnólogos médicos, y asegura que el procedimiento no sólo es seguro, sino que debería ser replicado en todo el país.
-¿En qué consiste la terapia de plasma?
-Es una terapia que ha probado cierto beneficio en otras enfermedades y consiste en recolectar de un paciente recuperado el plasma (la parte blanca de la sangre) que tiene los anticuerpos. Este se lo inyectamos por la vena a un paciente grave que está sufriendo la enfermedad. Obviamente hay que hacer exámenes muy rigurosos para asegurarnos que sea compatible, que este plasma que va a recibir con anticuerpos esté libre de todos los patógenos para no transfundir infecciones. Es una terapia muy antigua.
-¿Qué porcentaje de éxito tiene?
-Hay un estudio de la Clínica Mayo (publicado en junio) de más de 20.000 pacientes y se determinó que este es un procedimiento seguro. Pero todavía no hay un estudio grande que diga y determine internacionalmente el porcentaje de eficacia. Existe un estudio muy grande en curso que va a aclarar esta información. A nosotros afortunadamente nos ha ido bien en la gran mayoría de nuestros pacientes.
-El informe de la Clínica Mayo habla de un porcentaje de pacientes que tuvo problemas.
-Los riesgos son mínimos teniendo en cuenta la gravedad del paciente. Sí hay que cumplir ciertas criterios y protocolos establecidos en toda transfusión. Por ejemplo, nosotros somos súper estrictos en la selección de los donantes, que tienen que tener entre 18 y 65 años, ser hombres o ser mujeres que no hayan tenido hijos o no hayan tenido abortos. Algunas mujeres piensan que es una discriminación, pero yo como mujer te digo que no lo es. Lo que pasa es que cuando estamos en gestación se desarrollan anticuerpos por el solo hecho de tener una otra persona adentro nuestro, que es un hijo. Y ese anticuerpo queda circulante en el plasma y eso a la persona que lo recibe después puede generarle efectos pulmonares como una enfermedad que se llama trali, que es una afección pulmonar secundaria a una transfusión que puede ser mortal. Nosotros no hemos tenido ningún efecto adverso con nuestros pacientes.
-¿Y en qué etapa de la enfermedad se puede aplicar?
-Eso también es importante. Lo que se indica en la literatura es que en los primeros casos reportados en varios países los pacientes que han tenido efectos adversos son los que reciben plasmas en forma tardía, o sea, cuando ya están muy inflamados. Lo ideal es recibirlo dentro de las primeras 72 horas en que se inician los síntomas de gravedad. A este hospital cuando llega un paciente que cumple con criterios mínimos de disfunción respiratoria y/o parámetros de laboratorio que nos indican que ya se están empezando a inflamar y es muy probable que requiera manejo en unidad de paciente crítico, se activa un protocolo y se les transfunde plasma en forma precoz. De esos pacientes se ha ido uno a la UCI y el resto en se ha ido de alta a su casa.
-Esta terapia, ¿qué es lo que hace: aminora la sintomatología o frena el avance del virus?
-Las dos cosas. El paciente ve mejoría en los dos a tres primeros días. Lo que refieren es que sienten que la disnea o la dificultad al respirar se le aminora rápidamente. Al otro día ya sienten que tienen mucho menos dificultad respiratoria. No pasamos plasma a ciegas. Recolectamos el plasma y además en la Universidad Austral medimos la concentración de anticuerpos que tiene el donante. Porque hay pacientes que, no se sabe por qué, desarrollan muchos anticuerpos contra el coronavirus. Y otras personas que no desarrollan toda la inmunidad, desarrollan menos anticuerpos.
-¿Qué tal es la recepción de los pacientes cuando le proponen el tratamiento?
-En general todos han dicho que sí, porque es lo que han visto también, se sienten seguros en nuestro hospital.
-¿Y cuándo partieron?
-A fines de marzo. El 29 de abril se realizó la primera recolección de plasma y la primera transfusión fue el lunes 4 de mayo. Después salimos en la búsqueda de donantes por redes sociales y la gente de a poco nos empezó a donar. Lo bueno es que los donantes pueden donar más de una vez si siguen teniendo presentes los anticuerpos. Hay varios que se han repetido el plato. Es un procedimiento muy corto que no dura más de una hora, no causa dolor ni molestias, así que han vuelto felices a donar plasma.
-¿A cuántos pacientes han tratado?
-Dieciocho, incluido hospital, dos de una clínica y uno que tenía leucemia aguda en tratamiento del hospital de Los Ángeles (y que incluso mandó un video de agradecimiento ya recuperado). La primera paciente estaba embarazada, salió adelante ella y el recién nacido.
-¿Hay otros servicios de salud que estén explorando este camino?
-Yo sé que hay otros hospitales que están desarrollando el tema del plasma, pero la gran mayoría está afiliado a la FALP (Fundación Arturo López Pérez). Afortunadamente, nosotros nos conseguimos los recursos y tenemos la parte de investigación en la universidad que es bien potente. Nos ganamos un proyecto FIC (Fondo de Innovación para la Competitividad) del gobierno regional para seguir con este tratamiento.
-¿Es replicable este proyecto en el resto del país?
-El ideal sería replicarlo en todos los centros que se pueda para ayudar a la mayor cantidad posible de personas. Ahora, no todos los servicios de Salud tienen tratamiento de plasmaféresis como nosotros, que es la maquinita para poder extraer los anticuerpos del donante. Eso sería una limitante. Pero estamos disponibles para transmitir nuestra experiencia y lo que podamos aportar al resto de los colegas y pacientes. Nos queda covid para rato.
-Eso parece.
-Esperemos que la gente se siga cuidando, porque esto depende qué compromiso tenemos con nosotros mismos y con el prójimo. Si tuviste covid y tuviste la buena suerte de recuperarte, por decirlo de algún modo, te llamo a que dones el plasma para ayudar a otras personas que no les fue tan bien y que están complicadas. Pueden contactarme: donaplasmalosrios@gmail.com es el correo. Lo más caro son los insumos, porque cada vez que se usa hay que cambiar todo el circuito por una cosa de higiene. Cada kit cuesta 100 mil pesos. Tenemos una empresa que nos donó 100 de esos. Lo otro caro es procesar los anticuerpos.
"Pueden donar más de una vez si siguen teniendo presentes los anticuerpos. Hay varios que se han repetido el plato. Es un procedimiento muy corto que no dura más de una hora, no causa dolor".