Universidades en transición
Con el reciente anuncio del Ministerio de Salud de que nueve comunas del país comenzarían un proceso de transición, correspondiente a la segunda etapa del desconfinamiento, comenzó también a retomarse la discusión sobre la potencial vuelta a los establecimientos educativos, ya sea a nivel escolar o de educación superior.
Y es que, además de los protocolos que deberá elaborar y gestionar cada establecimiento educativo, siguiendo los lineamientos de los ministerios de Salud y Educación, es momento de reflexionar sobre el papel que han jugado los centros educacionales, especialmente las universidades, como espacios de desarrollo del conocimiento e innovación en el contexto de la pandemia por coronavirus.
Sin embargo, en contraposición a este enorme desafío, hoy la prioridad de la mayoría de las instituciones de educación superior en Chile se encuentra en otra parte: la supervivencia económica. Algunos institutos profesionales y universidades no adscritas a la gratuidad ya han manifestado sus complicaciones financieras para este y el próximo año. Dada la significativa crisis económica en ciernes y que promete agudizarse, muchas familias ya no optarán por el endeudamiento para invertir en la educación de sus hijos. Por el contrario, preferirán que ellos o ellas ingresen luego al mercado laboral para contribuir a sostener el hogar. En suma, la crisis pasara de los hogares a las universidades.
En este escenario, se pueden observar dos fenómenos. Primero, que la crisis económica está aumentando la brecha de desigualdad en el acceso a una educación superior de calidad y, segundo, la casi total ausencia de las universidades en el debate sobre el desafío a nivel educacional y cultural que nos impone el confinamiento, en cuanto a generación de conocimiento y procesos de cambio futuros. En los hechos, la mayoría de las universidades se ha focalizado en el día a día operacional para implementar sus sistemas de educación en línea, aprendiendo sobre la marcha - vía ensayo y error - sobre esta modalidad virtual. Porque ya se está generando una brecha de aprendizaje. Están quienes tienen más acceso a conectividad, tecnología y a académicos, y gracias a ello han ido progresando de manera paulatina en sus aprendizajes y, por otro lado, quienes no tienen el mismo acceso y acompañamiento.
Las universidades se encuentran en un proceso de transición, en un ensamblaje inédito entre los aprendizajes colaborativos, propios de la educación presencial, con los autónomos, que impulsa la educación a distancia.
José Albuccó, académico Universidad Católica Silva Henríquez
Aún hay riesgo
En Chile, la pandemia de COVID-19 aún afecta gravemente al país. A pesar de la disminución de casos observada durante las últimas semanas, el riesgo de salir y ser contagiado es muy alto.
Al aumentar la movilidad comunal, aumentará el número de susceptibles. Con esto, el número de infectados y también el aumento en la carga del sistema de salud, pues no conocemos la inmunidad contra el virus SARS-CoV-2 en la comunidad.
Es positivo destacar que se proponga una estrategia gradual de desconfinamiento, ya que si se comienza un rebrote, se retrocede en el plan a "Paso a paso" hacia "etapa cuarentena", nuevamente. Pero aún falta incorporar miradas regionales en la generación de indicadores y en la toma de decisiones.
Falta transparentar el cumplimiento de indicadores de trazabilidad a nivel comunal para comprender mejor el sistema "paso a paso" y clave para detener la propagación del virus.
María Jesús Hald , Epidemióloga Académica ISP UNAB
"A mano limpia"
La higiene personal, el lavado de manos: la higiene de las manos es extremadamente importante en la prevención de la propagación del virus de la COVID-19. Para eso es imprescindible que los trabajadores tengan a su disposición instalaciones con lavatorios suficientes para lavarse las manos, con agua, jabón, toallas desechables, etc.
Lavarse adecuadamente las manos (20 segundos) y con frecuencia; especialmente al llegar al trabajo, después de ir al baño, después de sonarse la nariz, toser o estornudar y antes de almorzar.
Colocar carteles y señales que promuevan el correcto lavado de manos. Allí donde no sea posible lavarse las manos con agua y jabón, se debe facilitar geles desinfectantes para manos a base de alcohol (con una concentración de un 60%-80% de alcohol).
Instruir a los trabajadores para que eviten el contacto con objetos o superficies que hayan sido utilizadas o tocadas por otras personas (por ejemplo, los tiradores de las puertas) y para que se laven las manos después del contacto con dichas superficies u objetos.
La higiene respiratoria cubrirse la boca y la nariz, con el codo flexionado o un pañuelo al toser o estornudar y desechar inmediatamente los pañuelos usados. Facilite pañuelos de papel y contenedores específicos para desecharlos (los contenedores cubiertos y de pedal son los más adecuados).
Luis Carrasco Garrido, académico Dpto. de Prevención de Riesgo y Medio Ambiente UTEM