Vicente Antonio Claro y Montenegro (Santiago 1782 - Santiago 1846), militar, hijo de Lorenzo Claro y Gutiérrez, oriundo de Colmenares en Castilla la Vieja y de Antonia Montenegro y Molina Astudillo. Casado con Carmen de la Cruz y Prieto, hija del coronel O´higginista, Luis de la Cruz y de María Josefa Prieto, cuyo matrimonio se realizó el 13 de mayo de 1819 en Valparaíso. Tuvieron diez hijos.
Vicente Claro se destacó en las campañas por la Independencia de Chile, participando en el Sitio de Chillán, en Yerbas Buenas y en la Batalla de Rancagua. También participó en el Sitio del Callao en Lima, en la Expedición Libertadora al Perú que planificara el general argentino, José de San Martín y Bernardo O´Higgins.
La carrera militar de Vicente Claro y Montenegro no estuvo exenta de grandes vicisitudes y desvelos, con altos y bajos llegó al grado de teniente coronel. Desde muy joven adhirió a la causa patriota con gran entrega. Formó parte de una de las dos compañías de dragones que venció al ejército español en Yerbas Buenas, al mando de Bueras. En el sitio de Chillán de 1813, estuvo ese invierno bajo las órdenes de José Miguel y Juan José Carrera. En el Desastre de Rancagua de 1814, no tuvo la suerte de escapar y cayó prisionero, desterrado por los españoles y enviado junto a otros patriotas hacia la isla de Juan Fernández, durante veintisiete meses.
Claro, dedicó gran parte de su vida a la causa de Bernardo O´Higgins, a quien admiraba profundamente y al cual le ofrendó una lealtad sin límites, pocas veces vista, cuyos sacrificios pusieron en riesgo a su familia y su propia vida en el curso de esta carrera. Alejado de su rango militar, no le fue permitido el uso del uniforme, le fueron embargados sus sueldos y su correspondencia era interceptada por agentes del gobierno. Desterrado en Quillota, en Melipilla, en Lima; perseguido por la mano del general Freire, no cesaba en su lucha por conspirar en el objetivo de traer de nuevo al Padre de la Patria al país y restablecer su rango al mando de la joven nación. En ese esfuerzo, trabajando en la clandestinidad, por un largo período alejado de su rango militar, pasando miserias, escondido en una hacienda de la zona del Bío Bío, no escatimó ningún esfuerzo, sacrificio e hizo todo lo humanamente posible visualizando siempre su ideal: que O´Higgins volviera a Chile a conducir la República.
Claro, mantuvo correspondencia asidua durante un par de décadas con su "amado general", desde el momento mismo en que éste salió en su exilio hacia Lima en 1823 y hasta su muerte. Su final estuvo muy cerca de su admirado amigo, Bernardo O´Higgins, quien fallece en Lima en 1842. Claro solicita su expediente de retiro en 1843 del Ejército, después de servir a la patria durante cuarenta y ocho años, fallece en Santiago en 1846.
Alicia Romero Historiadora