Plebiscito
¿Cuándo será el día en que nuestros políticos, y sobre todo los cegados ideológicamente, comenzarán a elevar su mirada y pensaran en el futuro y bienestar del país? Impresiona que parlamentarios, dirigentes y otras personalidades se llenen la boca al decir que una supuesta nueva Constitución será la nueva casa de todas y todos, donde entraremos cada uno de los chilenos y estaremos prístinamente representados en ella.
Entonces, ¿por qué no aplazamos el plebiscito?, ¿por qué a algo tan importante y fundamental para el desarrollo de nuestra nación no le damos el peso y la envergadura que debería tener? Si queremos que una nueva Constitución sea el nuevo marco que guíe a nuestra nación hacia al desarrollo, ¿por qué no poner pisos mínimos de participación, lograr una votación segura, sin amedrentamientos, y generar un ambiente de debate sereno, fraterno y, sobre todo, franco?
Pareciera que la oposición lo único que está buscando es lograr su triunfo ideológico, llenarse de placer al ver el supuesto modelo caer y para eso da lo mismo que voten dos, tres o diez; sólo hay que lograrlo, sin importar las consecuencias ni las formas.
Un plebiscito no será válido sin una amplia participación de los ciudadanos de nuestra nación y menos si no logramos mantener un ambiente electoral y político fraterno entre todos los chilenos. Es mucho lo que hay en juego para dejarse embriagar por gustos ideológicos añejos.
Maximiliano Urenda Ossa.
Previsión y vivienda
La integración de dos políticas públicas, la previsión y la vivienda, no sólo es posible, sino también necesario para lograr una vejez tranquila para las personas.
Un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción, basado en la encuesta Casen 2015 y 2017, sostiene que el déficit habitacional del país es para 2,2 millones de personas, cifra alarmante que va al alza. Una de las barreras de entrada para la vivienda propia es el ahorro inicial que deben tener las personas para postular al subsidio habitacional.
Para el subsidio DS1, el ahorro inicial parte de las 30 UF, el cual aumenta según el tramo del subsidio. Hoy esa barrera se puede eliminar si se considera el ahorro previsional como ahorro inicial, sólo pudiendo traspasarlo en caso de adjudicar el subsidio y comprando la vivienda propiamente tal. La segunda barrera es la capacidad de crédito, la cual se rompe con un trabajo formal que genere ingresos para pagar los dividendos.
Ver a la previsión y a la vivienda como un círculo virtuoso será el primer paso a resolver dos políticas públicas prioritarias y pendientes.
Eduardo Jerez Sanhueza.
Educación
El aumento de años de escolaridad de 12 a 13 (permanentemente) y proponer kínder como nivel educacional gratuito y obligatorio es un proyecto de ley cuyo fin mira el proceso de formación como un todo continuo, integrado y en espiral en relación a la adquisición de aprendizajes.
En educación, la igualdad de oportunidades no necesariamente se traduce en una igualdad de resultados, pero cuando la desigualdad es causada por factores externos, aquella pasa a ser freno de entrada; es como iniciar una carrera de 5.000 metros resolviendo que algunos atletas partan un minuto después.
Llegarán al final, pero con tiempo en contra. El tiempo en educación sí importa, el desarrollo de habilidades cognitivas y hábitos morales en períodos sensibles es una predisposición innata a realizar determinadas acciones facilitando la adquisición del aprendizaje; "ventanas de oportunidad" que permiten intervenciones que maximizan la efectividad del esfuerzo educativo.
Mejorar la calidad de las oportunidades tiene que ver con compensar desde el momento más temprano las desigualdades.
Votar contra el kínder obligatorio es reducir las posibilidades poniendo a muchos niños y niñas tras la línea de partida, mientras otros ya crecen en conocimientos y habilidades.
El costo de jibarizar la educación, lamentablemente, lo pagan sólo algunos.
Solange Favereau C. Académica Facultad de Educación Universidad de los Andex.