Tatiana Aular Aguirre
Por más de 40 años mujeres jefas de hogar han trabajado desde septiembre a abril preparando y vendiendo mote con huesillo en la avenida Bernardo O'Higgins en Chillán, pero la pandemia del coronavirus hizo que 15 mujeres, junto a sus 30 trabajadoras levantaran el pasado 18 de marzo los locales donde se vendía la tradicional bebida, zanjando entre ellas una profunda incertidumbre al no contar con ningún tipo de certeza laboral que pueda asegurar los ingresos económicos.
La primera en asumir esta realidad es Ivón Rivera, presidenta de la Asociación de Mote Típico Chillán, quien compartió que "nosotras estamos súper complicadas, porque vivimos de esto, somos 15 locatarias que nuestra única fuente de ingreso son los mote con huesillo, de ello vivimos y pasamos todo el año".
La situación no es menor para esta mujer que por más de 20 años ha trabajado en el mismo sector, escenario que se multiplica por 14 de acuerdo a lo manifestado por Ivón Rivera "por qué no sabemos qué va a pasar con nosotras, estamos todas muy preocupadas, porque no tenemos ingresos".
Esto se debe a que la temporada les permite a este grupo de mujeres trabajadoras generar ingresos durante 8 meses del año, período que entró en el limbo de la incertidumbre porque se desconoce la evolución de la pandemia.
A pesar de ello, estas trabajadoras, habían empezado a establecer comunicaciones con entidades como Sernatur, seremía de Salud y Municipalidad de Chillán, con el fin de presentar protocolos apegados a las medidas de bioseguridad que les permita laborar desde su espacio tradicional en la avenida O'Higgins, pero cuyos planes entraron en pausa a causa de la nueva cuarentena.
La meta, comentó Rivera era "darles a conocer un proyecto que nosotras habíamos realizado, para vender desde nuestros locales, sólo para llevar, delivery, trabajando sólo las dueñas para evitar más exposición", esto lo tenía previsto, si la autoridad sanitaria lo aprobaba, para septiembre u octubre.
Mientras el comportamiento de la ciudadanía ayuda o no a avanzar o retroceder en el Plan Paso a Paso, mujeres como Carmen Cifuentes, madre de seis hijos debe apelar a lo que el futuro disponga, "porque los ahorros que pudimos juntar, que no fueron muchos, ya se están agotando y estábamos de brazos cruzados porque sin permisos, por el tema de la pandemia, no podemos trabajar y esa es nuestra fuente de trabajo, además de las niñas que dependen de nosotras, que trabajan cada temporada, que también son madres y dependen de eso".
Para ella sería ideal que las autoridades "nos pudieran autorizar trabajar desde nuestras casas, con todas las medidas sanitarias, eso sería de gran ayuda en estos momentos".
En tanto la motera Yolanda Muñoz se ha reinventado con la venta de dulces, cakes y panes que le ha permitido darle una pausa a los pocos ahorros que aún le quedan, y llama a las autoridades que una vez que el área se active, desde el sector turismo "nos hagan más publicidad, eso será fundamental para nosotros, porque el mote con huesillo es esencial en el turismo, en Chillán, que nos ayuden a reforzar, porque nosotras vivimos de esto y obviamente no vamos a tener muchos turistas, porque no se puede, pero al menos tener algo de publicidad".