La tres "P" de Chile
La pandemia en nuestro país tiene un componente especial. Si bien es cierto hay un abandono de la fase crítica y se han ido relajando las medidas de desconfinamiento, la luz al final del túnel se ve eclipsada por la posibilidad de dos rebrotes: uno de carácter sanitario y otro social. Es decir, a diferencia de otros países que han luchado contra el COVID casi como preocupación exclusiva, el agobio de Chile podría continuar más allá de la pandemia.
La escena política mantiene como gran protagonista al Plebiscito de octubre, marcado por las restricciones sanitarias; y una seguidilla de elecciones a partir de abril, destacando la de alcaldes, gobernadores regionales y, por cierto, la de convencionistas constituyentes.
Completa esta realidad de tres "P", el PIB, cuya caída ha sido la más grande en 40 años y que da cuenta de una economía en recesión, con más de un millón 300 mil personas sin empleo, que presionarán a un mercado laboral difícilmente capaz de absorberlas; más aún si sumamos a aquellos que saldrán a buscar trabajo.
Pandemia, política y PIB, han resultado ser los ejes centrales que han marcado con fuerza este periodo, quizás con el natural predominio de la primera por sobre las otras dos. El desafío está lleno de una incertidumbre que puede ser tan contagiosa como el virus y ante la cual parece no haber otra receta más que la confianza en nosotros mismos y en la idea de país que buscamos construir.
Catalina Maluk Abusleme, directora Escuela de Economía y Negocios, UCEN
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La gran virtud de la democracia no está en ganar una elección y acceder al poder gracias a la votación popular, más bien todo lo contrario. La gran virtud de la democracia está en perder la elección y poder dormir tranquilo al final de la jornada electoral; a sabiendas que el vencedor no podrá destinar su poder en nuestra contra gracias a una institucionalidad sólida que limita la discrecionalidad de su actuar.
Por esta razón, la democracia en Chile, la noche del 25 de octubre, no debería depender del triunfo del "Apruebo" o del "Rechazo", sino en la capacidad de aceptar de forma pacífica el resultado que determinen las urnas, con total independencia de la opción elegida.
Juan L. Lagos, Fundación para el Progreso
Portabilidad Financiera
A buena hora comienza a funcionar la Nueva ley de Portabilidad Financiera.
Según la Superintendencia de Banco e Instituciones financieras (Sbif) el 97% de la población adulta en Chile tiene algún producto financiero, y el 97,1% de las pequeñas empresas tienen algún instrumento financiero.
Con la nueva ley, se permitirá que las personas puedan cambiarse de manera más fácil, con menos trámites y a un menor costo, de una institución financiera a otra que le ofrezca mejores condiciones. Por ejemplo, se espera que se reduzca a la mitad el costo monetario y el tiempo que demora cambiar un crédito hipotecario, además de reducir los altos costo que se incurre para mejorar la opción actual.
Y si bien, las personas no dejarán de endeudarse, con esta ley al menos les permitirá cotizar, reducir sus gastos y en una visión optimista permitirá saldar las deudas con mayor rapidez, otorgando ofertas más convenientes, pero sobre todo entregando más competencia a un mercado que se caracteriza por no entregar opciones flexibles y a la medida del bolsillo de los chilenos.
Francisca Matamala Tocornal
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Desde el punto de vista educativo, el confinamiento ha traído consigo angustia e incertidumbre, pero a esto se suma el estrés que implica y el cubrir el currículum académico de los hijos y no atrasarse en lo que se considera los objetivos cruciales para cada nivel o curso. Lo que lleva tanto a docentes, padres y familia a apoyar el aprendizaje autónomo, promoviendo la apropiación de diversas estrategias de aprendizaje en vez de focalizarse solo en los contenidos curriculares.
Para potenciar distintas estrategias podemos considerar la motivación, como punto clave que inicia la búsqueda del aprendizaje y la contextualización, como aquellas actividades de aprendizaje que se relacionan con la vida de los niños y niñas, asumiendo la nueva realidad, pero aprovechando también las oportunidades.
Esto implica no proponer actividades descontextualizadas, aisladas, sin relación entre unas y otras, sino tareas completas y significativas, cercanas a su entorno. Como ejemplo, una profesora de tecnología en un contexto rural les pidió a sus estudiantes hacer pan con masa madre, para lo cual debieron investigar, con sus familiares o en internet, y organizar su trabajo: planificar, ejecutar, evaluar el proceso, corregir y evaluar su resultado.
Mirta Seguel Araneda, UST